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Dos salteñas fueron premiadas por proyectos con impacto local

Una colección de libros con información “amigable” sobre la fauna autóctona y una marca de indumentaria que recupera telas que se producen en la provincia se destacaron en un concurso en Jujuy.
Lunes, 29 de octubre de 2018 02:22

Dos salteñas recibieron premios el sábado pasado por sus proyectos de triple impacto, económico, ambiental y social, en el marco del cierre del curso Emprendimiento Global en Mercados Emergentes (EGME) que se hizo en Jujuy.

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Dos salteñas recibieron premios el sábado pasado por sus proyectos de triple impacto, económico, ambiental y social, en el marco del cierre del curso Emprendimiento Global en Mercados Emergentes (EGME) que se hizo en Jujuy.

Mariana Raposo fue una de las dos ganadoras en la categoría "emprendimientos sociales", por su proyecto de educación ambiental Amar lo Nuestro, que consiste en una serie de libros que promueven el conocimiento de especies animales autóctonas de la región.

Raposo ganó una beca completa para capacitarse junto a 70 emprendedores sociales de toda Latinoamérica, en noviembre, en Costa Rica.

Cecilia Zoccola ganó en la categoría "emprendimientos tradicionales", por su marca de indumentaria de mujer, Cecilia Zoccola - Diseño Sensible, que ofrece distintos tipos de ropa que combinan géneros urbanos con telas regionales del norte argentino.

Zoccola fue premiada con becas completas para capacitarse en los cursos ejecutivos de Minka y horas de consultoría con expertos.

"Para mí fue una experiencia maravillosa, no solo por las herramientas que me brindaron para potenciar mi proyecto, sino también por el grupo humano, tanto de docentes como de mentores. Además, los emprendedores que lograron reunir fueron geniales", destacó Mariana Raposo, una de las ganadoras.

Cecilia Zoccola, la otra salteña -por adopción- premiada, destacó también el grupo humano como lo mejor del curso. "Minka tiene un perfil muy especial para seleccionar a los emprendedores. Ellos quieren empresas tipo B, que tienen triple impacto: económico, social y ambiental. Todos los proyectos que estábamos en el curso teníamos esa mirada más allá de los números y del éxito económico", señaló.

Además, valoró que cada clase tratara un tema específico y que los profesores fueran especialistas llegados de toda Latinoamérica. Ambas obtuvieron porcentajes de becas para hacer el curso, que es pago.

Elefantes y tapires

Raposo es ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente por la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y fue premiada por el proyecto Amar lo Nuestro, que comenzó a inicios de 2017 y consta de una serie de libros sobre fauna autóctona, que pueden ser usados en todos los niveles educativos.

A principios del año pasado, uno de sus hijos entró al jardín, a la "sala del elefante". Además, había salas de la jirafa y de la cebra. A ella le llamó la atención que los nombres fueran de animales que son de otro continente y le preguntó a la maestra por qué no había nombres de especies de la región.

La docente le explicó que no tenían material didáctico para trabajar con los niños y que la información que había en internet estaba en un lenguaje complejo y técnico, que resultaba muy difícil adaptar para los niños.

Ella notó este vacío y decidió hacer material didáctico educativo para que bebés, niños y jóvenes conocieran un poco más acerca del patrimonio natural y cultural de esta región. Así surgieron "Nina, la flamenco andina", "Amir, el tapir" y "Teté, la yaguareté". Cada libro trata una especie en particular y el protagonista responde en primera persona las preguntas que suelen hacerse chicos y chicas: cómo es un flamenco, dónde vive, qué come, cómo son sus crías, entre otras.

Raposo aseguró que esta idea le surgió "como madre y como profesional", ya que no encontraba herramientas para enseñarles a sus hijos sobre los animales autóctonos y, además, visualizaba que desde la universidad y desde distintos institutos de investigación se generaba muchísima información científica sobre estos temas pero que no llegaba a comunidad en general.

El lema que orientó su trabajo fue que "nadie ama lo que no conoce" y "nadie conoce lo que no se enseña", agregó ella. "La única manera de conservar es conociendo y valorando lo que se tiene".

Lo primero que hizo fue editar estos tres libros infantiles, que fueron declarados de interés educativo, ambiental, científico y cultural por la Provincia de Salta. Luego produjo peluches artesanales de estos animales y empezó a dictar charlas en escuelas de gestión pública y privada de la provincia, a las que asistieron más de 2 mil chicos y chicas y alrededor de 50 docentes.

Los grados que más piden las charlas son tercero, cuarto y quinto pero, sobre todo, cuarto, cuando se ven las regiones del NOA. Sin embargo, también la llaman de los niveles inicial y secundario.

Para lograr productos que sean amenos y con rigurosidad científica, Raposo trabaja con una psicopedagoga, que la ayuda a "bajar" el material científico técnico, y con especialistas en cada especie animal, que revisan luego los textos. Además, contrata dibujantes profesionales para que los libros sean completamente ilustrados y resulten divertidos para chicos y chicas.

Raposo está pensando en generar materiales audiovisuales y espectáculos, a partir del éxito que tuvo "Nina y los patinadores", que en julio de este año vieron alrededor de 7 mil niños de manera gratuita en el Teatro Provincial de Salta. "Fue una experiencia maravillosa conformar un espectáculo que integrara arte y ciencia", comentó.

Pronto se presentará el cuarto libro, que se llamará "Cristal, la rana marsupial", que surgió a pedido de investigadores del Conicet de Jujuy, por el peligro de extinción que tiene este animal endémico de la región. "Este proyecto me da muchas satisfacciones y me sorprende a mí misma cómo ha crecido y cómo han aparecido aliados a lo largo del camino, que me ayudan a fortalecerlo", analizó.

Los libros, por ahora, se venden en cinco librerías del país. En Salta, está en Rayuela, Doce Letras y San Francisco. En Jujuy, en la librería Benicio, y en Córdoba, en Aforismos. Para contactarse con la autora, hay que buscar "Amar lo Nuestro" en Facebook o en Instagram.

"Por mis abuelos, tenía en los genes la fuerza de lo textil”    

Cecilia Zoccola ganó en la categoría “emprendimientos tradicionales”. Jan Touzeau. 


Cecilia Zoccola ganó en la categoría “emprendimientos tradicionales”, por su marca de indumentaria de mujer, Cecilia Zoccola - Diseño Sensible en el concurso que se realizó el fin de semana pasado en Jujuy. 
El emprendimiento de indumentaria de mujer de Cecilia Zoccola nació en 2010. Ella hace remeras, túnicas, camisas, camperas y tapados combinando géneros urbanos con telas regionales norteñas, que compra a la Hilandería Warmi o a artesanos de las comunidades aborígenes. 
Las prendas son sustentables porque los desperdicios de una colección son reutilizados y se convierten en el detalle principal de la colección siguiente. Zoccola contó que la ropa, en vez de número de artículo, lleva nombres que remiten a distintas emociones, que están escritas en las etiquetas. 
“Mi intención es trabajar las emociones y ayudar a las mujeres a que tengan un sentimiento de amor propio: que se valoren y se sientan seguras de sí mismas”, explicó. “Todo tiene un sentido. Trabajo geometía sagrada. No es una simple marca de ropa. Tiene mucho argumento atrás”, señaló.

Cambio de rumbo

Zoccola estudió diseño gráfico y diseño de indumentaria en Buenos Aires y trabajó durante cuatro años en una empresa mayorista, que dos veces al año la enviaba a Europa a estudiar las tendencias.
Aunque le iba bien y tenía muchos beneficios, ella no era feliz. Por eso, cuando descubrió lo que quería -hacer su propia marca de ropa en el norte argentino- decidió renunciar a este trabajo.
Cuando lo hizo, sus exjefes le dieron dinero para apoyar su proyecto: “Me dijeron que me enfocara en la administración porque con el diseño no tendría problemas. ‘Dejá el casette de empleada y ponete el de dueña’, me recomendaron”.


Embaló todas sus cosas y llegó a Jujuy, donde empezó con su proyecto. Allí fue socia de Humahua, una marca de ropa de hombres, de la que se disoció en 2013, cuando decidió instalarse en Salta para seguir con la línea mujer. 
La fuerza de la sangre la trajo al norte, ya que su abuela era salteña. Además, dice que no se sentía identificada con el mundo porteño. 
“No encajaba mi forma de ser con Buenos Aires. No era mi lugar”, analizó y contó que la pasión por las telas tiene un origen en sus antepasados. “Mi familia, por parte materna, es de origen salteño y mis abuelos, por la misma rama, eran sastres. Ya tenía en los genes la fuerza de lo textil. Por eso, estudié primero diseño gráfico y, cuando me recibí, sentí que me faltaba algo y empecé diseño de indumentaria”, recordó. 
En 2014, Zoccola ganó la Competencia Emprendedora, que fue organizada por Fundación Impulsar y Banco Macro. En 2015 y 2016, brindó capacitaciones a la Asociación Las Vicuñitas, una comunidad originaria de Rinconada, Jujuy, para que confeccionaran prendas con telas de telar.
En la actualidad, Zoccola está en el proyecto Colibrí, con la Subsecretaría de Promoción Comunitaria de la Municipalidad de Salta, y capacita a una cooperativa textil que se está formando. Además, está a la espera de que se aprueben dos proyectos para trabajar con estas cooperativas, con financiación de la Nación.
En Balcarce 406, ella comparte un local junto a otras cuatro diseñadoras. Un dato curioso: ella misma viste la ropa para publicitarla. 
 

El foco en el desarrollo de la región

El concurso que se realizó el sábado pasado en Jujuy fue organizado por el Instituto Inclusivo de Negocios Minka (www.institutominka.org), en una alianza con la fundación VIVA Idea. 
Minka es una fundación radicada en la provincia vecina que busca contribuir al desarrollo de la región, a través del impulso de organizaciones de triple impacto, con la educación como motor fundamental de cambio.
EGME es un curso semipresencial, ofrecido por Minka, que dura seis meses y cuyo objetivo es fortalecer a emprendedores para que escalen sus modelos de negocios, promover el impacto en sus organizaciones y alinearse con los objetivos de desarrollo sostenible.
En el curso se desarrollan nueve talleres presenciales, que duran entre uno y cinco días consecutivos; cuatro módulos virtuales, con apoyo de docentes y facilitadores; un programa de consultoría de mentores, que son empresarios reconocidos de la región; entrega de avances, cuatro visitas de campo a los emprendimientos participantes, diversas presentaciones de proyectos, evento de exposición a posibles inversionistas y concurso final.
“Es maravilloso encontrar gente que piensa en hacer cosas para mejorar el mundo, que es tan capitalista y tan individualista; gente que piensa en los demás y que tiene emprendimientos solidarios”, observó Mariana Raposo.
Para conocer las prendas que diseña Cecilia Zoccola hay que buscar “Cecilia Zoccola” en Facebook o en Instagram y “Cecilia Zoccola - Diseño sensible”, en Facebook.

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