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Dramático relato de una criolla y su hija atacadas por indígenas

El hijo de la mujer y un vecino se encuentran detenidos acusados de robo.La septuagenaria y su hija relataron el momento de terror que vivieron hace diez días.
Jueves, 01 de noviembre de 2018 01:43

Todo se produjo la noche del 23 de octubre, cuando un numeroso grupo de aborígenes que residen en la comunidad El Quebrachal de General Ballivián incendiaron tres viviendas, una camioneta y dos ciclomotores de la familia Landriel, quienes residen en un predio colindante al barrio wichí.

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Todo se produjo la noche del 23 de octubre, cuando un numeroso grupo de aborígenes que residen en la comunidad El Quebrachal de General Ballivián incendiaron tres viviendas, una camioneta y dos ciclomotores de la familia Landriel, quienes residen en un predio colindante al barrio wichí.

Jonatan Félix, cacique de El Quebrachal, justificó la reacción de sus pares asegurando que la familia Landriel "le vende droga a los chicos y han cometido un montón de delitos.

Como se los denuncia y la Justicia no hace nada hicimos justicia por mano propia", argumentó Félix ese día.

Pero Silveria Anaquín y su hija, Andrea Landriel, tienen otra versión de los hechos; ambas se presentaron en la Agencia Tartagal de El Tribuno y manifestaron que en la actualidad, junto a un cuñado de 77 años, que también fue víctima del saqueo, "estamos viviendo agregados en Mosconi, porque no nos dejaron ni ropa para cambiarnos".

"Pero no es verdad que quemaron todo; los aborígenes saquearon y robaron todas las pertenencias que con mucho esfuerzo y sacrificio teníamos en nuestra casita, donde vivimos hace más de 20 años, aunque a General Ballivián llegamos hace 38. Lo que le pedimos a la Justicia es que detenga a los responsables y que hagan que nos devuelvan nuestras cosas, porque todo lo vendieron en Ballivián y muchos de nuestros muebles y electrodomésticos están en la misma comunidad", relató.

Nos buscaban para matarnos

Silveria comenzó relatando que la familia Landriel "ocupamos un terreno que nos dio el municipio en la época en que el intendente era don Samuel, padre del actual intendente Gerardo Córdoba".

"Al lado vive mi nieto Leonardo, que ya tiene 19 años, a quien lo crié como si fuera mi hijo y como ya se está haciendo hombre yo quería que viva solo. Yo me dedico a comprar muebles en la misión El Quebrachal y en mi camioneta los llevo a vender a Tartagal y a otras localidades, ese es mi medio de vida", contó la mujer.

Y agregó: "Por eso cuando nos atacaron tenía en mi casa mesas, sillas, bancos, camas y mesitas plegables y plata, porque había vendido muebles los días anteriores".

La mujer recordó que "la noche del lunes de la semana pasada salí con mi hija a comprar pan, como a las 10 de la noche, y cuando volvíamos lo encontré a mi nieto Leonardo con un muchacho de apellido Reyes en la puerta de su casa. Nos íbamos a mi casa y cuando levanté la vista vi que desde la misión venía la paisanada; eran como 80 aborígenes con palos a los gritos y tirando piedras; había chicos y grandes y muchas mujeres, todos encabezados por el cacique, que también es concejal y maestro bilinge: Jonatan Félix".

Y continuó su relato diciendo que "al frente de esa turba que parecía un enjambre de avispas estaban también Antonio Escalada y Florentina Nicasio, otros dos dirigentes aborígenes. Yo le pregunté a María Escalada, aborigen a quien le compro algunos muebles, por qué nos atacaban y me respondió que venían a quemar todo".

Las mujeres recordaron que "cuando se acercaban le dieron una pedrada a Leonardo, que cayó al suelo y al otro muchacho Reyes también le pegaron. Pero se ayudaron a levantarse entre ellos mismos y salieron corriendo hacia el pueblo. Nunca supe por qué era el ataque, porque yo les preguntaba, pero cuando me dijeron que nos iban a matar corrimos con mi hija y nos escondimos en la casa de un vecino de apellido Luna. Luego la paisanada atropelló para sacarnos, pero el dueño de casa salió con un rifle y así logró que se retiraran; hasta eso ganamos tiempo y logramos escapar con mi hija".

Los aborígenes -recordó la joven de 20 años- gritaban "entreganos a las dos que le vamos a cortar el cogote. Lo que estábamos viviendo era una verdadera salvajada sin que ninguna autoridad nos defienda. Cuando apareció la policía vino un oficial con dos agentes. A uno de ellos le rompieron el brazo, porque eran más de 80 y estaban enardecidos".

El saqueo antes de la quema 

“Nos sacaron heladera, freezer y otros muebles antes de quemar todo”.

Restos de las viviendas de las mujeres.

Andrea Landriel recordó: “Algunos ya venían preparados, porque vimos cuando le echaban un líquido a la casa de mi hermano y le prendían fuego. Pero antes sacaron heladeras, un frezzer, los muebles, camas y todo lo que pudieron; hasta las chapas se llevaron; es mentira que quemaron todo”.

“Primero nos saquearon y después quemaron la casa”, aseguró la joven, quien ofreció un video que ella y algunos vecinos alcanzaron a filmar como testimonio de sus palabras.

Su madre, por su parte, aseguró que “no es la primera vez que los aborígenes de Ballivián atacan a los criollos, pero como saben que nadie les dice nada se sienten impunes. El año pasado fueron a quemarle la casa a un señor porque le había pegado una cachetada a un indio que quiso robar en su negocio. Pero como salió a recibirlos con la escopeta en la mano se fueron sin provocarle daños; esta vez se abusaron porque somos mujeres y mi nieto es un muchacho que se asustó al verlos”.

Ambas mujeres pidieron “que la Justicia actúe con todos por igual; mi nieto está preso igual que el otro muchacho. Pero Jonatan Félix que es concejal y maestro bilingüe, junto a todos sus cómplices andan tranquilos después de semejante daño. Nos quemaron camioneta, dos motos, tres casas y robaron todo lo que encontraron; un poco vendieron y otro se lo hicieron quedar. Pero como son aborígenes nadie se anima a actuar”, se lamentaron las mujeres que, atemorizadas porque sienten que su vida corre peligro, están viviendo en casa de unos familias en Mosconi. 

“Nos dijeron que si volvemos nos van a matar a todos. Sabemos que dicen la verdad y que nadie saldrá a defendernos, esa es la única verdad”, concluyó.

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