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Personal Fest 2018: Lorde, MGMT y Warpaint hicieron delirar

La neozelandesa de 21 años cerró el festival en un plan entusiasta que contrastó con la oscuridad de su debut local, cinco años atrás. El dúo estadounidense y el cuarteto femenino también fueron muy bien recibidos por un público mayoritariamente sub 25.
Lunes, 12 de noviembre de 2018 09:58

 

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Una neozelandesa enamorada de Buenos Aires se presentó el domingo a la noche en el Personal Fest, y aportó su enorme cuota de seducción para coronar la 14 edición del Festival, reducido a una sola jornada por la tormenta que el sábado azotó a la ciudad.
Esta misma compositora alegre, sonriente, apasionada por su público y vestida como una Cenicienta tornasolada es la misma que, cinco años atrás, debutó en nuestro país con sus canciones dark, un look emo predominantemente negro y muy pocas interacciones con la audiencia.
La oscura adolescente en blanco y negro de hace cinco años mutó a una Cenicienta tornasolada que invitó a bailar a sus fans.
En el Club Ciudad algo más de 15 mil personas se dieron cita luego del accidentado sábado, se vio la mutación de la artista a un mundo feliz, edulcorado y de ¿devoción por sus fans? Su último disco, Melodrama, parece nombrar exactamente el proceso que lleva a cabo públicamente.
“Es un placer estar con ustedes después de cinco años sin verlos. Definitivamente hay alguien que está de nuestro lado. No llueve y no hay tormentas. Bailen, boludos”, expresó en sus pocas palabras aprendidas en español entre las que más tarde incluyó: “Argentina es re piola”. 
Esta conversión de la nueva Lorde encajó perfecto con un festival en constante mutación por las condiciones climáticas. 
En un cronograma apretado, solo 11 artistas pudieron mostrar su música y competir directamente con la superfinal entre Boca y River. Sin embargo, al público centennial pareció no importarle la definición de la Copa Libertadores que tiene en vilo a gran parte del país.

Los artistas

Los elegidos para enfrentar la competencia por el rating fueron Mercury Rev. Sobrevivientes del día 1 y únicos reubicados en la grilla de la segunda jornada, la banda de Buffalo hizo su esperado debut en Argentina para festejar los 20 años de Deserter’s Songs. Sin embargo, la poca convocatoria remarcó un problema de adecuación con el público.
El 90% de los asistentes eran menores de 25 años, y pertenecientes a la generación que busca música para pantallas con sus celulares retratando todo lo que sucede. Lamentablemente muchos de ellos se perdieron un demostración de rock genuino de Mercury Rev, fiel a su cancionero de la época del grunge.
Fue llamativo el cambio en la cantidad de público. Sólo cinco minutos después de que Jonathan Donahue cerrara su presentación, Gus Dapperton convocó a una multitud de jóvenes al escenario principal. El neoyorkino de 21 años, representante de un estilo que deciden denominar “Bedroom Pop”, es un exponente de la camada más joven, y fue el primero de una seguidilla de performances que respetaron esa característica.
Juan Ingaramo fue uno de los tres artistas argentinos que quedaron en pie después de las lluvias. Ibiza Pareo y Valdés abrieron la única fecha, y el también cordobés Ingaramo fue el que tuvo un horario más convocante. Como exponente de los grupos indie que vienen conquistando la industria local, presentó sus temas más populares y decidió incluir un set de trap con Dakillah, y cantar Ladran con Louta. Pero el segmento local fue fugaz, y rápidamente volvieron a sonar los invitados internacionales.


Mientras que Connan Mockasin hizo una demostración de su estilo experimental, sorprendente para muchos, los aplausos más generosos se los llevaron las chicas de Warpaint, con el número más destacado de la noche.
El girl power enérgico de las cuatro estadounidenses se apoderó del escenario Huawei y mostró un indie rock hipnotizante. La fuerza en conjunto sorprendió con el sonido consolidado del grupo que viene dando que hablar hace varios años. Verlas en escena las ratifica como una de las pocas bandas totalmente femeninas que encajan a la perfección en este tipo de festivales.
Otro debut esperado fue el de Death Cab for Cutie. La banda gestada en el Washington de los ‘90, encendió los primeros minutos de la noche con su rock alternativo que sonó melancólico para muchos de los presentes. Ben Gibbard musicalizó muchas adolescencias que en esta joven adultez aplaudieron, ovacionaron y cantaron a viva voz en el show de una hora que dejó ganas de escuchar más.
Los tiempos se acortaron y rápidamente le llegó el turno a MGMT. El dúo que siempre llega al país en formatos de festivales, maduró en sus presentaciones logrando representar la magia de su primer disco sin olvidarse del traspiés en el camino.
Finalmente, llegó el turno del cuento de hadas de Lorde. Ovacionada -sus fans inclusive le cantaron el feliz cumpleaños-, tuvo su declaración de amor entre el hit Tennis Court y Buzzcut Season: “Pasamos tan lindos momentos en Buenos Aires. Conocimos gente muy buena. Ustedes son diferentes a todos los que conocí y estoy tan agradecida por eso. Siempre es un placer venir acá”.
En su versión amorosa, Lorde cerró de ese modo un festival surcado por la mutación.
 

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