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Con poca o mucha lluvia, el servicio de agua potable sigue siendo malo

La presión es muy baja o directamente no hay agua en vastos barrios de Mosconi y Tartagal. Muchas familias optan por juntar agua en tachos por la noche. La temperatura ya supera los 40 grados.
Miércoles, 14 de noviembre de 2018 00:51

Durante dos semanas las lluvias propias de la época se hicieron sentir en todo el departamento San Martín, con tanta intensidad que hasta produjeron la caída de un cerro en el paraje Yariguarenda, al norte de Tartagal, situación que mantiene movilizado a personal de defensa civil del municipio y del Ejército Argentino que trabajan para liberar una laguna que se formó por endicamiento y que representa una amenaza para ese lugar.

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Durante dos semanas las lluvias propias de la época se hicieron sentir en todo el departamento San Martín, con tanta intensidad que hasta produjeron la caída de un cerro en el paraje Yariguarenda, al norte de Tartagal, situación que mantiene movilizado a personal de defensa civil del municipio y del Ejército Argentino que trabajan para liberar una laguna que se formó por endicamiento y que representa una amenaza para ese lugar.

Pero en las viviendas y al abrir la canilla la presión es muy baja o directamente no hay agua en vastos barrios de Mosconi y Tartagal. Muchas familias optan por juntar en tachos en horas de la noche porque la temperatura ya supera los 40 grados y literalmente se hace imposible vivir sin agua disponible. Pero el sentido común indica que no es agua lo que falta sino instalaciones donde almacenarla y cómo depurarla para que llegue a los usuarios que en promedio abonan unos $700.

Fuentes de la empresa prestataria del servicio explican que en definitiva "la lluvia nos complica en algunos casos porque se colapsan las tomas de los ríos donde se encuentran las bombas que captan el agua. A su vez, producen mucha turbiedad porque arrastran gran cantidad de sedimentos; a eso se suma que la energía eléctrica registra una baja tensión y todo hace un combo que influye en la producción de agua".

Las zonas más afectadas son los barrios del oeste, pero en general todas las poblaciones que dependen del sistema Itiyuro padecen el mismo problema. "O tengo agua a la mañana o tengo a la tarde, pero nunca todo el día; por suerte compré un tanque de reserva y una bomba porque de otra manera no sé cómo me arreglaría", explicó una comerciante cuyo local está ubicado en pleno centro de la ciudad.

Respetuosos de la Justicia

El diputado provincial por el departamento San Martín, el médico Manuel Pailler, uno de los autores del recurso de amparo presentado para plantear el tema del agua y rechazado por la jueza Carmen Juliá, se refirió al tema del mal servicio "no solo en cantidad, sino también en calidad. Cuando en marzo pasado presentamos el amparo, hacíamos especial hincapié en esos dos aspectos. Pero la Justicia nos rechazó el amparo argumentando que nosotros éramos y actuábamos en calidad de legisladores y que solo correspondía si hubiéramos sido una asociación o entidad de usuarios. Podíamos haber apelado pero los autores de ese amparo (los legisladores Tito Ángel y Gladys Paredes, por San Martín) aceptamos lo que la Justicia decidió".

Pailler consideró que "mientras las obras no se hagan, los problemas van a seguir porque en la zona no falta agua. En las audiencias que se hicieron antes del rechazo al amparo la empresa le mostró a la jueza las obras que estaban haciendo, que todas iban muy bien, a buen ritmo y que los problemas que planteábamos eran prácticamente tema resuelto. Así como nosotros respetamos a la Justicia, esperamos que las obras se hagan pero mientras tanto, soluciones no vamos a tener", expresó el legislador norteño.

 

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