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Perón, Trump, Bolsonaro...

Miércoles, 14 de noviembre de 2018 00:00

Perón, Trump, Bolsonaro... ¿y ahora qué? Los tres se caracterizan por un carácter fuerte, asertivo, arrollador. Los tres son populistas de derecha, representantes de una ideología que, en condiciones de estabilidad y convivencia armónica y pacífica, no tienen un caudal electoral significativo.

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Perón, Trump, Bolsonaro... ¿y ahora qué? Los tres se caracterizan por un carácter fuerte, asertivo, arrollador. Los tres son populistas de derecha, representantes de una ideología que, en condiciones de estabilidad y convivencia armónica y pacífica, no tienen un caudal electoral significativo.

Perón captó el sentimiento de menoscabo de un conjunto de argentinos, que más allá de encontrarse en una situación económica igual o mejor que la de los países europeos, "sentían", en gran parte con razón, que sus opiniones no valían. Ni los socialistas, ni los comunistas, ni los anarquistas, supieron descifrar el anhelo de este segmento de la población, que no se focalizaba en consignas revolucionarias, ni en reivindicaciones laborales o económicas; tan sólo pretendían un trato social y ciudadano más "igualitario" y justo. Perón interpretó este sentimiento.

Donald Trump también supo interpretar al norteamericano medio, el del "país profundo"; aquel que veía estancado su desarrollo económico (los "yankies" protestantes son menos "sentimentales" que los criollos católicos), que veía el aumento en los impuestos y que veía que sus contribuciones se destinaban para acciones "políticamente correctas" que no forman parte de los idearios fundamentales del país del norte: "self made man" y "my decision, not your business" (cada cual es artífice de su destino y mis decisiones no son tu problema).

¿Y Bolsonaro? Los dos pilares que parecen sustentar su éxito, son su clara y terminante posición en contra de la delincuencia común y de la corrupción. Por un lado el ciudadano de a pie, cansado de pagar con sus bienes o con su vida, el tributo que imponen los malhechores, dueños de las calles; y por el otro los sectores trabajadores, hartos de los negociados que todo Brasil debe solventar; vieron en el discurso llano y directo de este extrovertido político, reflejados sus desvelos y una contundente propuesta para terminar con esos flagelos.

Ahora pregunto. ¿Estará nuestro país esperando un Bolsonaro? ¿Estará nuestro país preparado para un Bolsonaro? Sólo el tiempo lo dirá.

 

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