¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
29 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

“El verdadero tiempo”, una instalación sorprendente en Galería El Palacio 

Macarena Matorras e Isidoro Zang se aliaron en una obra conjunta que remite a la muerte. Podrá visitarse hasta el 23 de este mes en Caseros 662 con entrada gratuita. 
Jueves, 15 de noviembre de 2018 17:58

Refiere la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou en su cuento “Las coronas” (Chico Carlo, 1944) que la visita al cementerio de su pueblo “no era triste, sino amable, casi alegre” porque había flores especiales para cada muerto según la estación. También las había para recibir cada sacramento como los azahares de novia o las clelias de la Primera Comunión. 
A ese significado profundo de nacimiento, muerte y resurrección; pero también festivo, nostálgico y maravilloso alude “El verdadero tiempo”, de Macarena Matorras e Isidoro Zang. La muestra (instalación y fotografía) se puede ver gratuitamente en Galerías El Palacio (Caseros 662). Allí unas estructuras tubulares de rosas, claveles, begonias, margaritas, pimpollos y rococó serpentean del suelo al techo hasta que la mirada del espectador es captada por un collage de dos fotos sobreimpresas rodeado de fragmentos de obituarios que lo hacen asemejarse a un macrocosmos mandálico. 
Macarena Matorras (20) afirma que es jujeña, pero que en Salta volvió a nacer cuando inició su producción artística. Ella se formó en el complejo educativo José Hernández de San Salvador de Jujuy, un secundario con orientación en Economía. “Me gradué en 2015, aunque no lo había practicado con seriedad ni tenía conocimiento teórico del arte, era lo que más me llamaba la atención. Mi papá desde su desconocimiento me dijo que eligiera una carrera más rentable relacionada con el área y me inscribí en arquitectura. La cursé durante medio año y luego la dejé, pero me fui a un taller de dibujo y pintura que dictaba Carlos Melián”, contó a El Tribuno Macarena, hoy estudiante del segundo año del Profesorado de Arte Tomás Cabrera. 
Añadió que mientras preparaba un trabajo para el Taller de Escultura que dicta la profesora Viviana Ovalle en esa institución publicó algunas fotografías de la obra en sus redes sociales y recibió el interés del artista plástico José Guerrero. Invitada por él Macarena comenzó a frecuentar el circuito de muestras individuales y colectivas local. En ese ámbito trabó amistad con Javier Farfán y Milenka Vasquez Castro, del Kiosko de Arte, y el fotorreportero Isidoro Zang, quienes le allanaron el camino para lograr su primera exposición.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Refiere la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou en su cuento “Las coronas” (Chico Carlo, 1944) que la visita al cementerio de su pueblo “no era triste, sino amable, casi alegre” porque había flores especiales para cada muerto según la estación. También las había para recibir cada sacramento como los azahares de novia o las clelias de la Primera Comunión. 
A ese significado profundo de nacimiento, muerte y resurrección; pero también festivo, nostálgico y maravilloso alude “El verdadero tiempo”, de Macarena Matorras e Isidoro Zang. La muestra (instalación y fotografía) se puede ver gratuitamente en Galerías El Palacio (Caseros 662). Allí unas estructuras tubulares de rosas, claveles, begonias, margaritas, pimpollos y rococó serpentean del suelo al techo hasta que la mirada del espectador es captada por un collage de dos fotos sobreimpresas rodeado de fragmentos de obituarios que lo hacen asemejarse a un macrocosmos mandálico. 
Macarena Matorras (20) afirma que es jujeña, pero que en Salta volvió a nacer cuando inició su producción artística. Ella se formó en el complejo educativo José Hernández de San Salvador de Jujuy, un secundario con orientación en Economía. “Me gradué en 2015, aunque no lo había practicado con seriedad ni tenía conocimiento teórico del arte, era lo que más me llamaba la atención. Mi papá desde su desconocimiento me dijo que eligiera una carrera más rentable relacionada con el área y me inscribí en arquitectura. La cursé durante medio año y luego la dejé, pero me fui a un taller de dibujo y pintura que dictaba Carlos Melián”, contó a El Tribuno Macarena, hoy estudiante del segundo año del Profesorado de Arte Tomás Cabrera. 
Añadió que mientras preparaba un trabajo para el Taller de Escultura que dicta la profesora Viviana Ovalle en esa institución publicó algunas fotografías de la obra en sus redes sociales y recibió el interés del artista plástico José Guerrero. Invitada por él Macarena comenzó a frecuentar el circuito de muestras individuales y colectivas local. En ese ámbito trabó amistad con Javier Farfán y Milenka Vasquez Castro, del Kiosko de Arte, y el fotorreportero Isidoro Zang, quienes le allanaron el camino para lograr su primera exposición.

Inspiración  
Macarena trabaja desde los 14 años en el comercio de su familia, una florería y santería con dos sucursales en San Salvador y una en Salta. “Entre el año pasado y este tenía muchas ganas de transformar algún aspecto del negocio en algo que tuviera que ver conmigo”, recordó Macarena. Así rastreó su savia para que se volviera arte, pero un arte desmesurado y transformador de preferencia. “La idea inicial era una explosión que invadiera el lugar y luego se fue modificando hasta llegar al instante en el que tuvo una relación directa con la muerte. Y la idea de la explosión fue impulsada por el deseo de hacer algo grande y muy vistoso para que no pase desapercibido porque vi en muestras anteriores a las que asistí, que en las aperturas eran visitadas, pero durante el resto del tiempo que duraba la exposición se perdía la frecuencia de las visitas”, definió Macarena. Su instalación lleva apliques de fibrofácil: varillas, roscadas, arandelas y roscas, alambre de gallinero y flores de tela, unos 500 ramos. 
“La idea del alambre surgió de la disposición de las flores que están a la venta en el local. Se podría decir que fue una reinterpretación y los obituarios son aleatorios y surgieron a último momento para hacerle ese marco a la fotografía de Isidoro Zang. Fue muy provechoso para mí tener el depósito lleno de mercadería y poder disponer de ella”, asumió Macarena. Acerca de exponer a la mitad de su formación académica señaló: “Lo tomo como un reto y aunque no tenga mucha experiencia produciendo fue un gran motor el que encontré en Viviana Ovalle. Con esto solo aspiro a cambiar la rutina de las personas con un poco de arte, que las detenga a pensar y así tal vez se vuelvan cada vez más críticas. Creo que el arte necesita mayor visibilidad, y ese es el motor de la próxima idea que estamos gestando”. En ese sujeto inclusivo Macarena engloba a sus mentores en el arte, honra la genealogía familiar y a sus educadores, como el profesor del secundario Martín García, de Administración y Gestión Empresarial, que “siempre nos dijo que las buenas ideas son lo más valioso que podemos tener y apuesto a seguir por ese camino”. Y tal vez de esto también se trate “El verdadero tiempo” de ser conscientes de que el tiempo es hoy y nada debe distraernos de su calidad de perecedero.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD