Desde hace semanas aunque se trate de una leve llovizna su temor se acrecienta porque unos 7 kilómetros al oeste en las serranías de Tartagal y como consecuencia de las lluvias intensas que se registraron en todo el norte, se produjo el desmoronamiento de un cerro cuyas rocas cayeron sobre un arroyo que bordea el paraje desde el Santuario Virgen de la Peña hasta cruzar la ruta nacional 34. Ese evento geológico a su vez trajo como consecuencia la formación de una laguna por endicamiento que amenaza a ese paraje cuyas viviendas se ubican a pocos metros del cauce del arroyo. El que se encuentra más cerca aún del arroyo es la Iglesia, el santuario y la casa de retiros espirituales de la comunidad franciscana.
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Desde hace semanas aunque se trate de una leve llovizna su temor se acrecienta porque unos 7 kilómetros al oeste en las serranías de Tartagal y como consecuencia de las lluvias intensas que se registraron en todo el norte, se produjo el desmoronamiento de un cerro cuyas rocas cayeron sobre un arroyo que bordea el paraje desde el Santuario Virgen de la Peña hasta cruzar la ruta nacional 34. Ese evento geológico a su vez trajo como consecuencia la formación de una laguna por endicamiento que amenaza a ese paraje cuyas viviendas se ubican a pocos metros del cauce del arroyo. El que se encuentra más cerca aún del arroyo es la Iglesia, el santuario y la casa de retiros espirituales de la comunidad franciscana.
Todo el problema se remonta a comienzos de noviembre cuando los vecinos del paraje ubicado a 13 kilómetros al norte de Tartagal y al pie de los cerros del oeste, notaron la disminución en el caudal de agua del arroyo que baja de la Serranía de Tartagal, a pesar que durante días se habían registrado intensas lluvias en esa zona de Yungas.
Ellos mismos desandaron el camino hacia la creciente del arroyo y encontraron que sobre el mismo una inmensa roca -comparada con un edificio de tres plantas- impedía el normal desplazamiento del agua. Metro más arriba apareció ante ellos una gran laguna que se formó por endicamiento.
Apenas conocieron la novedad se la hicieron saber a los responsables de Defensa Civil del municipio de Tartagal, quienes en una rápido operativo convocaron a Defensa Civil de la Provincia y a gente del Regimiento 28 de Infantería, especialistas en el trabajo de monte y en la voladura controlada de grandes rocas como la que impide el normal desplazamiento del arroyo, aguas abajo.
La versión de los vecinos
Ramón Franco es uno de los pobladores del paraje Yariguarenda y recordó: "La semana pasada escuchamos y leímos en los medios que la situación ya estaba solucionada, que se había desagotado la laguna, que la gente del ejército puso explosivos para hacer una voladura controlada y liberar el arroyo".
"Pero nosotros subimos y está todo igual; prueba de ello, son las fotos que tomamos. Si se la desagotó con bombas como se dijo las lluvias en las altas cumbres volvieron a llenar la laguna porque sigue ese taponamiento" explicó el baquiano que subió varias veces estas semanas a ese bello pero a la vez peligroso lugar de las serranías.
Franco explicó: "Subimos el fin de semana y lo que el ejército hizo fue sacar el agua con bombas, según pudimos apreciar por cómo quedó todo. El agua sigue saliendo de a poquito hacia el arroyo pero por debajo de las piedras, como era antes de la voladura. Pero tomé la precaución de tomar varias fotos para que la gente entienda porqué tenemos miedo en el paraje. Lo que se hizo no soluciona nada".
Y explicó: "En la parte más alta del estanque bajan dos quebradas que se unen en ese lugar. No sabemos si la gente del ejército subió hasta allí y saben de eso. Cuando crecen, las dos bajan con mucha fuerza por eso es que la laguna, en pocos días se volvió a formar".
El poblador precisó que "esa gran piedra que obstruye el arroyo se encuentra unos 700 metros más abajo de la laguna pero sigue como estaba antes. También hay árboles caídos y grandes troncos que los vimos hace varias semanas, la primera vez que nos encontramos con este estanque. Por eso le habíamos pedido a la gente de defensa civil y del regimiento que ya que no se puede llevar máquinas, por lo menos consigan dos motosierras para trosear esos árboles. Si se sacan las piedras esos troncos igual siguen haciendo la contención pero lo único que llevaron fue una bomba para desagotar".
Voladura controlada
El pasado 14 de noviembre El Ejército Argentino informó oficialmente que "con el Batallón de Ingenieros de Montaña 5 de Salta llevó a cabo una operación de protección civil para evitar la inundación de la comunidad de Yariguarenda, mediante la ejecución de una voladura con medios explosivos para desagotar el dique natural que se hallaba a 7 kilómetros del área poblada".
El teniente coronel Julio Ithurrart explicó que "del reconocimiento surgió la necesidad de hacer bajar el nivel de las aguas con bombas de 20.000 litros por hora, actividad que se desarrolló en cuatro días para drenar el 80% del agua acumulada. Luego, con la finalidad de abrir el cauce normal de desagote del dique, obstaculizado con piedras por efecto de un alud, se procedió a ejecutar una voladura con explosivos".