La necesaria producción de alimentos mediante la agricultura y la ganadería y la sustentabilidad y cuidado del medio ambiente pueden ir de la mano. No son necesariamente caminos opuestos, sino que pueden y deben confluir y potenciarse. Así quedó demostrado ayer en dos disertaciones que ofreció el XI Congreso Regional CREA NOA 2018, que se realiza hasta hoy en el Centro de Convenciones de Limache.
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La necesaria producción de alimentos mediante la agricultura y la ganadería y la sustentabilidad y cuidado del medio ambiente pueden ir de la mano. No son necesariamente caminos opuestos, sino que pueden y deben confluir y potenciarse. Así quedó demostrado ayer en dos disertaciones que ofreció el XI Congreso Regional CREA NOA 2018, que se realiza hasta hoy en el Centro de Convenciones de Limache.
La institución que nuclea a empresarios agropecuarios se puso el desafío de "escuchar para construir". Ese es el lema del congreso y que cobra una importancia fundamental en el contexto actual de la provincia de Salta, donde el enfrentamiento dialéctico entre el desarrollo de la producción agraria y el cuidado de los recursos naturales llevó al estancamiento de los dos objetivos o, más bien, al retroceso.
Los expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) José Volante y Gregorio Gavier Pizarro disertaron ayer en el panel de Ambiente y Tecnología de la jornada del CREA. Con datos científicos, mostraron los caminos que puede tener la actividad agroganadera en el norte.
Si se sigue el rumbo actual habrá pérdidas de millones de hectáreas productivas por la salinización de suelos, inundaciones, desaparición de biodiversidad y, en definitiva, menos producción. Es el camino del pan para hoy y hambre para mañana. La otra senda, la que propone el INTA, es la de un desarrollo sustentable, en el que se produzca mucho más que ahora, pero también se conserve el medio ambiente.
José Volante describió la investigación que desarrolla el INTA en la zona productiva de Salta y Santiago del Estero, donde se detectaron los vitales servicios al ecosistema que brindan los montes chaqueños. Hay dos esenciales: la evotranspiración, que es el agua del suelo que vuelve a la atmósfera como consecuencia de la evaporación y de la transpiración de las plantas, y el otro ecoservicio es la fotosíntesis de la vegetación, que permite frenar la erosión de suelos y el control de inundaciones, entre otros beneficios.
"Cuando aumenta la actividad agropecuaria caen los servicios ecosistémicos. Eso está fuera de discusión, la discusión es si ese proceso tiene una forma sustentable o no", dijo el doctor en Ciencias Agropecuarias y afirmó que el equilibrio se logra con "intensificación ecológica". "Se debe trabajar en intensificación agrícola y ecológica", sostuvo.
Puso como ejemplo un estudio en Joaquín V. González, en el que se determinó que si no cambian las condiciones de producción, dentro de 40 a 70 años en esa zona se elevarían las napas freáticas hacia la superficie, lo que provocaría salinidad y suelos improductivos.
Hacía cuál camino debe ir la provincia es algo que no debe quedar solo en las manos de los productores sino que debería ser una decisión de política de Estado, hasta ahora ausente.
Ecología del paisaje
En su disertación, Gregorio Gavier Pizarro planteó la necesidad de una mirada más general sobre el uso del suelo y el entorno ambiental. Explicó que de nada sirve que un productor tenga un manejo agropecuario excelente y conservacionista en su campo si es que en la finca vecina a su propiedad no hacen lo propio y de manera coordinada. Sufrirá en la misma medida el daño al ecosistema.
Dijo que las políticas de producción agraria deben ser integrales y no segmentadas por fincas. Apuntó hacía el manejo sustentable de territorios de grandes extensiones, de un paisaje ecológico.