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Cuidar el agua, la premisa de las bodegas calchaquíes

En los procesos productivos es básico el concepto de sustentabilidad.
Sabado, 24 de noviembre de 2018 01:22

Las bodegas salteñas lograron darles a los vinos locales un espacio privilegiado en los principales destinos del país y del mundo, pero también lo consiguieron a nivel local.

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Las bodegas salteñas lograron darles a los vinos locales un espacio privilegiado en los principales destinos del país y del mundo, pero también lo consiguieron a nivel local.

Para que un vino alcance la mesa de los consumidores, previamente hay todo un proceso de producción estratégicamente diseñado para alcanzar la calidad buscada. Pero también hay un trabajo diario y minucioso que apunta a los procesos limpios, al cuidado del medio ambiente, al buen manejo de recursos y a la responsabilidad social. En este sentido, las comunicadoras Daniela Nallim y Daniela Postigo de Comunidad RSE realizan una serie de planteos que apuntan a un futuro sustentable para las viñas salteñas: "Qué hay detrás de una botella de vino? ¿Cómo se produce? ¿Cómo se cuida la tierra? ¿Cuidan el agua? ¿Protegen la flora y fauna autóctona? ¿Las bodegas trabajan con la comunidad?". Las especialistas en responsabilidad social empresaria aseguran que en los Valles Calchaquíes las bodegas trabajan pensando en la sustentabilidad. "Comunidad RSE recorrió tres bodegas que producen vinos de la más alta calidad, emplazadas en el Valle de Cafayate: El Esteco, Domingo Molina y Dal Borgo; las tres son de características muy diferentes y, sobre todo, son distintas en su capacidad productiva y sin embargo pudimos observar puntos comunes entre las tres, sobre todo en cuanto a la conciencia ambiental", comentaron y detallaron: "Se notó un denominador común entre estas empresas: un objetivo claro puesto en el cuidado permanente del agua, como recurso fundamental para su trabajo y que, además, escasea en la zona. Las bodegas trabajan apostando cada vez más a la sustentabilidad, esa que no es solo mantenerse en el tiempo, sino hacerlo cuidando los recursos que son de vital importancia para toda la comunidad local y vinculándose con ella, con diversas iniciativas".

Sobre el trabajo en cada una de estas tres bodegas observada, comentaron que Domingo Molina es una bodega boutique de la familia Domingo, ubicada en Yacochuya, a 2 mil metros sobre el nivel del mar. En ese predio tienen 25 hectáreas y en otro cuentan con 30 hectáreas más. La cosecha se realiza de manera manual y recientemente instalaron un colector solar de 3 mil litros, con el objetivo de generar agua caliente, ya que el 90 por ciento de la materia prima se lava con agua caliente. La bodega cuenta además con una pileta de tratamiento para aguas grises.

El Esteco tiene 500 hectáreas y es una de las bodegas más grandes de la zona y también la más antigua, creada en 1892. Pertenece al grupo Peñaflor y exporta 4 millones de litros a 51 países. Con el paso de los años, se fue tecnificando. Con respecto al uso de agua, utilizan riego por goteo y manto, con el que pudieron ahorrar el recurso y plantar 10 hectáreas más.

En El Esteco dejaron de utilizar perfiles de palo santo y los reemplazaron por unos metálicos, para evitar el uso de este árbol. Tienen establecidos objetivos de disminución de consumo de agua y clasifican residuos para su reciclado.

La bodega Dal Borgo es una de las más nuevas. En 2017 tuvo su primera cosecha y fue gestada como una empresa de triple impacto: hicieron un cauce para utilizar el agua que viene de las lluvias y hacen uso de las malezas para el control de plagas y el cuidado del terreno. El manejo es lo más natural posible para conservar la flora y fauna natural. El objetivo de esto también es no utilizar insecticidas en los viñedos. Aplican riego por goteo para darle una mayor eficiencia a la aplicación de este recurso.

El vino, todo un mundo

En la actualidad se exportan desde la provincia de Salta 1.200.000 botellas de vinos premium a 30 países de todo el mundo, y aunque la participación de los salteños en la producción nacional es del 1%, la presencia de los vinos salteños se hace fuerte en materia de exportación con el 15% del volumen total, exportando inclusive más que las provincias de San Juan, La Rioja y Neuquén, por lo que actualmente Salta es uno de los destinos preferidos de la Argentina en enoturismo, registrando sus bodegas la visita de más de 183 mil turistas solo durante el año 2011, cantidad que año a año se incrementa notablemente.

Modernas bodegas equipadas con nueva tecnología han incorporado nuevos servicios para los turistas, que varían desde las tradicionales visitas guiadas por las plantas de producción y los viñedos, donde pueden degustarse vinos tintos, blancos y rosados con una calidad de primer nivel hasta alojamiento en confortables estancias entre los viñedos, infraestructura necesaria para la realización de eventos, servicios de spa, gastronomía, la posibilidad de participar en la elaboración del vino.

Cumplir con la Agenda 2030

Opinión de Daniela Postigo, Lic. en Comunicaciones Comunidad RSE

En Cafayate hay cerca de 3.500 hectáreas implantadas para la vitivinicultura. En el riego del cultivo y durante el proceso industrial, las bodegas hacen uso casi permanente del agua. Este recurso que, según ellos mismos, no abunda en la zona, es su principal preocupación. 

En 2015, los líderes mundiales adoptaron 17 objetivos globales, como parte de una agenda de desarrollo sostenible hasta 2030. Todos los países que adhirieron deben trabajar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que apuntan a un cambio de paradigma en el mundo, al conseguir la sostenibilidad social, económica y ambiental. 

Argentina adhirió a la Agenda 2030 y Salta no está al margen de esta tarea. El ODS número 6 apunta a “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. 

Alcanzar éste y los otros 16 objetivos no es una tarea exclusiva del Estado y sus estamentos, sino también del sector privado y las organizaciones intermedias. El aporte tiene que ser mancomunado. 

¿Es la producción vitivinícola un medio para el cumplimiento de este objetivo? Visiblemente, cada una de las bodegas -tanto en Salta como en otros lugares del país- tienen políticas distintas para el cuidado del agua, pero el fin es el mismo porque tienen muy en claro la importancia de trabajar con eficiencia, para que el agua no les falte y para que tampoco escasee en las comunidades circundantes. 

Las bodegas más grandes tienen estrategias mejor delineadas y objetivos medibles, que tal vez puedan aportar a los ODS. El desafío es incorporar a los más chicos y que los que recién se inician vean a la eficiencia como una condición para producir. El crecimiento de la actividad y la crisis hídrica actual, los obligan a replantear políticas para optimizar el uso del recurso. 

En 2030, ¿estaremos a la altura de las circunstancias?

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