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Una súper vergüenza: cronología de una tarde de furia

Atacaron a pedradas el micro de Boca en el ingreso al estadio e hirieron a Pablo Pérez. Tras horas de bochornosa espera e incidentes, el histórico partido se suspendió para hoy a las 17. 
Domingo, 25 de noviembre de 2018 00:15

En una jornada bochornosa por donde se la mire, la violencia le volvió a ganar al fútbol y una brutal agresión de un grupo de simpatizantes de River al micro que trasladaba al plantel de Boca, que provocó lesiones en al menos dos de ellos, más los incidentes durante horas entre hinchas “millonarios” y la policía en las inmediaciones del estadio Monumental, obligaron a los clubes a alcanzar un “pacto de caballeros” con la Conmebol para postergar para hoy a las 17 la superfinal de la Copa Libertadores.

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En una jornada bochornosa por donde se la mire, la violencia le volvió a ganar al fútbol y una brutal agresión de un grupo de simpatizantes de River al micro que trasladaba al plantel de Boca, que provocó lesiones en al menos dos de ellos, más los incidentes durante horas entre hinchas “millonarios” y la policía en las inmediaciones del estadio Monumental, obligaron a los clubes a alcanzar un “pacto de caballeros” con la Conmebol para postergar para hoy a las 17 la superfinal de la Copa Libertadores.

Todo comenzó con disturbios en los ingresos a la cancha, con hinchas sin entradas que presionaban en los accesos, y alcanzó su clímax de violencia a las 14.50, cuando el ómnibus que llevaba a los jugadores de Boca recibió una lluvia de piedras, botellazos e incluso gases.
Las pedradas provocaron rotura de vidrios en el vehículo, lo que derivó en lesiones cortantes para varios futbolistas, mientras que otros padecieron los efectos del gas, con mareos y vómitos. Los más afectados fueron el capitán Pablo Pérez y el juvenil Gonzalo Lamardo -con lesiones en sus ojos-, mientras que Agustín Almendra, Carlos Tevez, Darío Benedetto y Carlos Izquierdoz sufrieron problemas respiratorios producto del gas.

A partir de ese momento, comenzaron los idas y vueltas y los rumores de postergación, confirmados a las 16.37, cuando Conmebol comunicó vía redes sociales que el encuentro se iba a jugar a las 18. En el medio, continuaban los incidentes en las afueras del estadio, mientras Pérez y Lamardo eran trasladados al Sanatorio Otamendi para recibir atención médica por sus lesiones oculares. Con los dos futbolistas fuera del estadio, Conmebol emitió un comunicado asegurando que desde el punto de vista médico no había motivo

s para suspender el encuentro y que si bien Pérez y Lamardo “refirieron lesiones en la córnea”, éstas no pudieron ser constatadas por los facultativos de la entidad. Poco después, a las 17.38, la entidad rectora del fútbol sudamericano anunció que el partido se volvía a postergar, para las 19.15, y casi al mismo tiempo Pérez y Lamardo volvían de la mencionada clínica porteña con apósitos en sus ojos.

Los pasillos del Monumental eran un hervidero y los dirigentes xeneizes expresaban su enojo por la decisión de Conmebol de no suspender el partido. Pérez finalmente volvió al estadio Antonio Vespucio Liberti a las 18.15 y, minutos después, Tevez y Fernando Gago salieron a la puerta del vestuario a denunciar que querían obligarlos a jugar el partido, pese a que no estaban en condiciones. “No estamos en condiciones de jugar. Nos están obligando a jugar”, disparó el Apache. En paralelo, continuaban las negociaciones entre los dirigentes de los clubes y los de Conmebol.

Cuando el reloj marcaba las 19.15, el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, anunció que finalmente el partido se suspendió tras un “pacto de caballeros” entre los clubes y se postergó para hoy, a las 17, en Núñez, con público. “Hay un pacto de caballeros entre los clubes, ya que se desnaturalizó el juego y nadie quiere ganar en estas condiciones”, anunció Domínguez.

Pero... la suspensión no trajo paz, porque continuaron los incidentes fuera del estadio, hubo corridas en los anillos internos y hasta Rodolfo D’Onofrio tuvo abandonar una entrevista televisiva para resguardarse de los desmanes.

Tanto D’Onofrio como Daniel Angelici coincidieron en que los incidentes fueron provocados por “10 o 15 inadaptados” y que lo más sensato era decidir la suspensión del encuentro.

Pero los elogios mutuos de los presidentes de los clubes no tuvieron eco en los futbolistas de Boca. Tevez cargó contra sus rivales por no haberse acercado al vestuario de Boca para interiorizarse sobre su estado físico y anímico, y disparó: “River hizo siempre lo que quiso en el resto de la Copa, que le den la Libertadores y listo”.

Y Benedetto lanzó: “Que le den la Copa a River, si hace lo que quiere en la Conmebol”.
 

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