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Con la pasión del superclásico y de la pesca en un catamarán

Para retener a sus pescadores, un catamarán pondrá en vivo el Boca-River. Una embarcación de 40 personas a bordo vibrará la gran final junto con la pesca. 
Miércoles, 07 de noviembre de 2018 01:08

Un Boca-River o River-Boca se mira desde cualquier rincón de Salta, del país o del mundo. Es apetecible desde cualquier ubicación, en la tierra o en el aire, y en el agua, cómo no. 
La pasión por el superclásico que definirá el torneo más importante en el continente es de única naturaleza. Es quizá el único evento con la fuerza para desplazar cualquier otro tipo de asunto, menos la pesca que ya tiene programada uno de los tantos catamaranes que parten diariamente en el dique Cabra Corral.
La embarcación que pertenece a Ariel Villar hará fusionar la pasión del superclásico por la de la pesca, una actividad que en Salta tiene su propia comunidad. 
“Siempre dije que el día que tenga un catamarán, iba a ponerle cosas distintas, lo que a otros les falta. Y cuando armé el mío, me puse a pensar qué podía ponerle, como para diferenciarme del resto, y una de esas cosas fue la tele. Puse un LED en la parte del comedor y los pescadores lo disfrutan en todos los viajes porque también pasamos boxeo o ponemos videos de bloopers para que la gente se divierta mientras está comiendo, pescando o cuando no hay pique”, le contó Ariel a El Tribuno.
Villar es un profesional de la pesca desde siempre y miembro de la comisión directiva del club de pescadores de Villa Cristina. Cuenta también que la música se visualiza a menudo en su pantalla chica.
Ariel y su nave ya tenían su agenda cerrada. Para el sábado 10 estaba programada una salida sin asientos vacíos y con su tripulación asegurada para partir a las 19. Hasta entonces, el clásico se jugaba el miércoles 7, o sea hoy, pero los planes cambiaron, vino la modificación de la fecha y Ariel comenzó a recibir varios llamados para suspender la salida. “Los changos me querían fallar porque querían ver el partido, les dije que se tranquilizaran porque iban a poder verlo acá en el catamarán”, antes de partir y sin suspender el viaje. Villar no tuvo más remedio que acudir al servicio de televisión satelital para asegurarse la transmisión del gran partido entre xeneizes y millonarios. 
Los hinchas-pescadores irán llegando desde las 15 para tener todo preparado antes del encuentro que verán desde la costa. Anclado todavía en el puerto Conea, un club y camping privado en la orilla del dique que se ubica a unos cuantos kilómetros del puente, el catamarán vibrará con las emociones del superclásico.
Ni bien pite el final en la Bombonera el árbitro chileno Roberto Tobar, el minibarco zarpará aguas adentro, donde la señal de televisión se vuelve débil e inconstante. La embarcación tiene previsto llegar hasta la zona de Los Cajones, Ablomé o Guachipas para iniciar la pesca, a unos 30 minutos de tierra firme.
“‘Va a estar muy bueno porque la mitad va a venir con camisetas de Boca y la otra mitad con la de River, después del partido disfrutaremos todos de una linda pesca”, comentó Ariel. Su nave tiene capacidad para 40 personas y ni una persona más podrá sumarse a la movida. El sábado también hay un concurso de pejerrey en el puente y varios quisieron asegurarse un lugarcito frente al plasma de 32 pulgadas. Solo podrán ver el superclásico aquellos que tienen reservado el día. Los catamaranes salen a las 19 y regresan a las 2, por reglamentación, todos los días.
Villar, de 42 años, hará de timonel pero también tendrá dos personas como asistentes, los que estarán atentos ante cualquier situación rara, incómoda o violenta. Sin embargo, Ariel no cree que pueda haber problemas entre los pescadores. “No hará falta, los 40 son conocidos, son amigos”, dijo el capitán de la nave que no imagina más que sanas gastadas. “Cuando clasificaron, estábamos pescando, y muchos escuchaban el partido por radio, había bromas y risas, nada más”, recordó.
Ariel vivirá el superclásico distendido porque no tiene interés personales en dicho partido. Es hincha de Gimnasia y Tiro pero si tiene que elegir un bando, se inclina, apenas, por los de Boca.
La jornada especial que se vivirá en su embarcación este sábado se repetirá también en la revancha del 24, fecha para la cual tampoco queda lugar.

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Un Boca-River o River-Boca se mira desde cualquier rincón de Salta, del país o del mundo. Es apetecible desde cualquier ubicación, en la tierra o en el aire, y en el agua, cómo no. 
La pasión por el superclásico que definirá el torneo más importante en el continente es de única naturaleza. Es quizá el único evento con la fuerza para desplazar cualquier otro tipo de asunto, menos la pesca que ya tiene programada uno de los tantos catamaranes que parten diariamente en el dique Cabra Corral.
La embarcación que pertenece a Ariel Villar hará fusionar la pasión del superclásico por la de la pesca, una actividad que en Salta tiene su propia comunidad. 
“Siempre dije que el día que tenga un catamarán, iba a ponerle cosas distintas, lo que a otros les falta. Y cuando armé el mío, me puse a pensar qué podía ponerle, como para diferenciarme del resto, y una de esas cosas fue la tele. Puse un LED en la parte del comedor y los pescadores lo disfrutan en todos los viajes porque también pasamos boxeo o ponemos videos de bloopers para que la gente se divierta mientras está comiendo, pescando o cuando no hay pique”, le contó Ariel a El Tribuno.
Villar es un profesional de la pesca desde siempre y miembro de la comisión directiva del club de pescadores de Villa Cristina. Cuenta también que la música se visualiza a menudo en su pantalla chica.
Ariel y su nave ya tenían su agenda cerrada. Para el sábado 10 estaba programada una salida sin asientos vacíos y con su tripulación asegurada para partir a las 19. Hasta entonces, el clásico se jugaba el miércoles 7, o sea hoy, pero los planes cambiaron, vino la modificación de la fecha y Ariel comenzó a recibir varios llamados para suspender la salida. “Los changos me querían fallar porque querían ver el partido, les dije que se tranquilizaran porque iban a poder verlo acá en el catamarán”, antes de partir y sin suspender el viaje. Villar no tuvo más remedio que acudir al servicio de televisión satelital para asegurarse la transmisión del gran partido entre xeneizes y millonarios. 
Los hinchas-pescadores irán llegando desde las 15 para tener todo preparado antes del encuentro que verán desde la costa. Anclado todavía en el puerto Conea, un club y camping privado en la orilla del dique que se ubica a unos cuantos kilómetros del puente, el catamarán vibrará con las emociones del superclásico.
Ni bien pite el final en la Bombonera el árbitro chileno Roberto Tobar, el minibarco zarpará aguas adentro, donde la señal de televisión se vuelve débil e inconstante. La embarcación tiene previsto llegar hasta la zona de Los Cajones, Ablomé o Guachipas para iniciar la pesca, a unos 30 minutos de tierra firme.
“‘Va a estar muy bueno porque la mitad va a venir con camisetas de Boca y la otra mitad con la de River, después del partido disfrutaremos todos de una linda pesca”, comentó Ariel. Su nave tiene capacidad para 40 personas y ni una persona más podrá sumarse a la movida. El sábado también hay un concurso de pejerrey en el puente y varios quisieron asegurarse un lugarcito frente al plasma de 32 pulgadas. Solo podrán ver el superclásico aquellos que tienen reservado el día. Los catamaranes salen a las 19 y regresan a las 2, por reglamentación, todos los días.
Villar, de 42 años, hará de timonel pero también tendrá dos personas como asistentes, los que estarán atentos ante cualquier situación rara, incómoda o violenta. Sin embargo, Ariel no cree que pueda haber problemas entre los pescadores. “No hará falta, los 40 son conocidos, son amigos”, dijo el capitán de la nave que no imagina más que sanas gastadas. “Cuando clasificaron, estábamos pescando, y muchos escuchaban el partido por radio, había bromas y risas, nada más”, recordó.
Ariel vivirá el superclásico distendido porque no tiene interés personales en dicho partido. Es hincha de Gimnasia y Tiro pero si tiene que elegir un bando, se inclina, apenas, por los de Boca.
La jornada especial que se vivirá en su embarcación este sábado se repetirá también en la revancha del 24, fecha para la cual tampoco queda lugar.


 

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