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Artesanos logran un espacio de ventas fijo

Obras en platería, tejidos rústicos, talladas, cerámica y pintura se venden en Mitre 37.
Martes, 11 de diciembre de 2018 03:10

Alojados en el último piso de la estructura que se levanta en Mitre 37, un grupo de 60 artesanos de la provincia y de localidad de Jujuy exponen y venden sus productos. Si bien la muestra está desde hace dos meses, el público que recorre la recova de Mitre entre España y Caseros todavía no los conoce. El grupo de artesanos y emprendedores tendrá sus productos a la venta hasta septiembre de 2019. Algunos llegaron desde localidades lejanas a la ciudad de Salta, por lo que se organizaron en grupos para la atención y la venta en los puestos. Entre los cambios que deben afrontar está el de sumarse a la venta con tarjetas de crédito que si bien no todos lograron concretar aún, sí están en proceso de hacerlo.

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Alojados en el último piso de la estructura que se levanta en Mitre 37, un grupo de 60 artesanos de la provincia y de localidad de Jujuy exponen y venden sus productos. Si bien la muestra está desde hace dos meses, el público que recorre la recova de Mitre entre España y Caseros todavía no los conoce. El grupo de artesanos y emprendedores tendrá sus productos a la venta hasta septiembre de 2019. Algunos llegaron desde localidades lejanas a la ciudad de Salta, por lo que se organizaron en grupos para la atención y la venta en los puestos. Entre los cambios que deben afrontar está el de sumarse a la venta con tarjetas de crédito que si bien no todos lograron concretar aún, sí están en proceso de hacerlo.

El acceso a la muestra de los artesanos se puede hacer por el ingreso por escaleras a la parte superior de un centro comercial ubicado sobre Mitre 37, o por ascensor desde el patio de comidas.

Elsa, junto a su esposo, son oriundos de Bolivia y desde hace un mes se sumaron a la exposición con sus trabajos realizados en alpaca y asta. Entre ellos s se pueden encontrar yerberos, azucareras, candelabros y cucharillas. Todos ellos con un trabajo fino sobre la alpaca. Elsa contó que el artesano es su esposo y que aprendió el oficio de la mano de su padre. Lo mismo ocurre hoy con uno de sus hijos, que heredó el gusto por la artesanía. Leonardo Colque también vende sus productos en la plaza Belgrano durante los fines de semana.

Entre los productos que ofrece Elsa se encuentra un par de candelabros a 570 pesos; las azucareras se venden a 700, mientras que el yerbero a 1.500 pesos. Por el momento, el pago es solo de contado.

Un segundo sector se destinó a la venta de bijouterie, talabartería, cuadros y vinos artesanales. En este grupo está Alejandra Farfán, que se especializa en la bijouterie realizada en técnica de macramé. "Estos tejidos van armados con piedras semipreciosas que tengo de distintos lugares de Sudamérica, y también hago joyas con rodocrocita, la piedra nacional", contó la artesana. La mujer recorrió varios lugares de Sudamérica, pero muchas de las artesanías tejidas que hoy ofrece en Mitre 37 son modelos aprendidos en Cuzco, Perú.

Entre sus productos se puede encontrar pulseras desde 50 a 150 pesos. También ofrece modelos realizados con semillas de guaruru. "Esta semilla es común en la zona y se cree que atrae la abundancia. La gente la pide mucho", expresó.

Paula Padilla se dedica a la producción de carteras y billeteras. Su stand ofrece además otros accesorios realizados en cuero de escarne gamuzado. Paula reconoció que aprendió experimentando y que sus productos son hechos a mano. "Corto los modelos, perforo con un sacabocados y coso a mano", detalló la artesana que comercializa las billeteras en 350 pesos, mientras que la carteras se ubican desde 700 a 1.400 pesos; también realiza ventas con tarjetas de crédito.

Sobre uno de los laterales, sobre una pared blanca, se pueden ver los cuadros de Liliana Rosamundo, estudiante de la escuela de Felipe Catalán. "Estudié en Salta con Felipe y fue él quien me enseñó toda la técnica de dibujo intuitivo y en mi caso lo apliqué a las artesanías", contó Liliana, mientras muestra su colección de imanes, a los que denomina "imanes con arte". "Están pintados a mano con motivos del norte. También realizo pequeño formato en tinta acrílica", detalló. Entre sus obras también se pueden ver cuadros en formato grande que ha logrado exponer gracias a que vende sus productos en un lugar con techo. "En mi caso no vendo en otros lugares, y estoy ocupando todo en tiempo en esto para poder salir de la calle. Lo ideal para mí era estar en una galería junto a otros artesanos. También espero poder empezar a dar clases de pintura y dibujo a través del garabato", expresó la artista.

Los imanes se pueden encontrar desde 60 pesos, los cuadros en pequeño formato entre 350 y 500 pesos y también cuadros grandes que se comercializan entre 2.500 y 12 mil pesos.

Crespín Condorí llegó desde Jasimaná, donde trabaja junto a su familia en la producción de tejidos artesanales. En su mesón, Crespín ofrece mantas, peleros, ruanas, pie de camas, cubrecamas, chales y productos de menor tamaño como medias, guantes y polainas.

Los tejidos de don Condorí son a base de lana de llamas. "Nosotros hacemos todo el proceso, criamos los animales, los esquilamos, hacemos la lana", detalló el artesano. Entre sus productos se puede encontrar un chal triángulo con tejido trabajado que se comercializa a 1.200 pesos, los cubrecamas de dos plazas se venden a 4.500 pesos. Crespín Choque atiende de 10 a 21, incluso los domingos y vende con tarjetas de crédito.

En la esquina de los tejidos también se ubican los vendedores de la Cooperativa Punha de Abra Pampa, Jujuy. Cuenta con 60 artesanos que se dedican a la producción de prendas tejidas con lana de llamas. En este caso, los artesanos buscaron innovar y ofrecen prendas que fueron teñidas en forma natural con cochinilla, yerba mate, repollo, remolacha, achihuete. También buscaron ofrecer sweters de distintos modelos actuales pero con lana artesanal. La Cooperativa ofrece chalecos en 750 pesos, solapas a 1.400 pesos. "Hemos aprendido la necesidad de trabajar con tarjetas, así que ya lo estamos implementando", contó María Cruz, miembro de la Cooperativa jujeña.

Los dulces tradicionales lo podían faltar, y es por eso que además de mermeladas artesanales también se puede encontrar caramelos de miel de caña, bombones y alfajores que se pueden comprar desde 10 pesos a 35.

También se pueden encontrar obras de cerámica negra. "Estas obras fueron ahumadas en el horno y por eso son de este color. Las obras representan imágenes de la cultura diaguita calchaquí.

Un edificio rico en arquitectura e historia

El sector de los artesanos muestra también un poco de historia salteña. 

El edificio, ubicado en Mitre 23, fue levantado en 1913 sobre un terreno que perteneció a la iglesia de la Compañía de Jesús. Fue sede del tradicional y aristocrático Club 20 de Febrero, y una parte fue utilizado como vivienda familiar de la familia Day, que se extiende hasta la numeración de Mitre 37. El Club compró las tierras al Obispado en 1908, levantando su sede en ese lugar con un marcado estilo academicista francés.
Fue planeado por el arquitecto Arturo Prins y ejecutado por los ingenieros Cornejo y Correa, estableciéndose como un exponente de la arquitectura del eclecticismo en Salta; su interior está adornado con escaleras, en torno al vacío del hall principal, se usó columnas y perfiles de hierro y bronce, lo cual fue muy vanguardista en su época. Se le colocó pisos policromados de tipo veneciano, parqué de roble de Eslovenia y fueron importados de Milán unos vitreaux que decoraron las paredes.
Para el año 1950, el sector de Mitre 23 comenzó a funcionar como Casa de Gobierno. Para poder alojar a sus nuevos inquilinos, el lugar sufrió grandes reformas. Funcionó como Casa de Gobierno hasta 1987 y se destinó ese sector del edificio para actividades culturales. El sector de la familia Day, en Mitre 37, se mantuvo por algunos años, hasta que en la última década se transformó en una galería comercial con un salón de exposición. 

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