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Se trata de una unidad militar muy particular por sus características

Martes, 18 de diciembre de 2018 02:26

Más allá de la tarea estrictamente militar que el regimiento 28 de Tartagal realiza, esta institución ha volcado grandes esfuerzos a la acción social en el norte argentino, caracterizado por comunidades que se encuentran muy alejadas, algunas monte adentro del chaco salteño, otras hacia las zonas de las serranías como el Valle de Acambuco u otras más alejadas aún, como las ubicadas en la margen del río Itaú que separa Argentina de Bolivia. Los “rodillas negras” del Rimte 28 son precisamente, padrinos de la escuela del paraje Madrejones, al que se llega luego de una travesía de 180 kilómetros cruzando el departamento de Orán y parte del territorio boliviano. Las campañas solidarias, de salud, la ayuda permanente en los eventos climáticos que suelen darse en la zona donde los más perjudicados resultan ser las familias de más escasos recursos tiene a las tropas del regimiento prestas para brindar la ayuda que se necesita trasladar a las comunidades. 
Los tartagalenses no olvidarán el rol que tuvo el regimiento cuando en febrero de 2009 un alud que bajó por el cauce del río Tartagal destruyó viviendas y afectó a la ciudad. Por semanas los soldados prepararon miles de raciones de comida para las familias a las que la naturaleza los dejó prácticamente sin nada; en las instalaciones del Regimiento se acopió la ayuda solidaria que se distribuía entre los damnificados del evento climático más severo que padeció Tartagal. 
Ya en otro aspecto, si hay un cuerpo que se caracteriza por su participación en actos, celebraciones y conciertos es la banda de música José Giribone, que con una gran calidad suele interpretar un variado repertorio. 
Como lo recuerda el ceremonialista y sargento retirado Eduardo Arroyo “dentro del Rimte funcionó desde 1944 una escuela primaria que recibía a los soldados analfabetos, quienes escribían sus primeras palabras acompañados de los docentes de la escuela Manuel Belgrano que funcionaba dentro de la propia unidad militar”. Los hombres del Rimte 28 -antes de la incorporación de la mujer- participaban activamente de festivales de pesca en el río Bermejo. En 1988 junto al periodista de El Tribuno Isidoro Méndez Luchessi y la vieja LW2 Radio Tartagal organizaron el primer Festival de la Patria, génesis del actual Trichaco.
En la pista de equitación el siempre recordado sargento “Cachito” Medina -rememora Arroyo- era el encargado de preparar a los jinetes para las festividades de la población. 
Y aunque parezca increíble, fue en el Regimiento 28 donde nació el primer boliche bailable de Tartagal en los salones “Alto Verde” donde se destacaba el animador Eduardo “Tuna” Esper, el propio Eduardo Arroyo y grupos musicales locales.
Será por esa razón, por sentirse parte de Tartagal desde su creación, por su compromiso con la región, por no haber sido nunca un ámbito cerrado a la comunidad, que el Rimte 28 -aún en los años más difíciles de nuestro país- nunca perdió la estima, el respeto y el acompañamiento de los norteños. 

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Más allá de la tarea estrictamente militar que el regimiento 28 de Tartagal realiza, esta institución ha volcado grandes esfuerzos a la acción social en el norte argentino, caracterizado por comunidades que se encuentran muy alejadas, algunas monte adentro del chaco salteño, otras hacia las zonas de las serranías como el Valle de Acambuco u otras más alejadas aún, como las ubicadas en la margen del río Itaú que separa Argentina de Bolivia. Los “rodillas negras” del Rimte 28 son precisamente, padrinos de la escuela del paraje Madrejones, al que se llega luego de una travesía de 180 kilómetros cruzando el departamento de Orán y parte del territorio boliviano. Las campañas solidarias, de salud, la ayuda permanente en los eventos climáticos que suelen darse en la zona donde los más perjudicados resultan ser las familias de más escasos recursos tiene a las tropas del regimiento prestas para brindar la ayuda que se necesita trasladar a las comunidades. 
Los tartagalenses no olvidarán el rol que tuvo el regimiento cuando en febrero de 2009 un alud que bajó por el cauce del río Tartagal destruyó viviendas y afectó a la ciudad. Por semanas los soldados prepararon miles de raciones de comida para las familias a las que la naturaleza los dejó prácticamente sin nada; en las instalaciones del Regimiento se acopió la ayuda solidaria que se distribuía entre los damnificados del evento climático más severo que padeció Tartagal. 
Ya en otro aspecto, si hay un cuerpo que se caracteriza por su participación en actos, celebraciones y conciertos es la banda de música José Giribone, que con una gran calidad suele interpretar un variado repertorio. 
Como lo recuerda el ceremonialista y sargento retirado Eduardo Arroyo “dentro del Rimte funcionó desde 1944 una escuela primaria que recibía a los soldados analfabetos, quienes escribían sus primeras palabras acompañados de los docentes de la escuela Manuel Belgrano que funcionaba dentro de la propia unidad militar”. Los hombres del Rimte 28 -antes de la incorporación de la mujer- participaban activamente de festivales de pesca en el río Bermejo. En 1988 junto al periodista de El Tribuno Isidoro Méndez Luchessi y la vieja LW2 Radio Tartagal organizaron el primer Festival de la Patria, génesis del actual Trichaco.
En la pista de equitación el siempre recordado sargento “Cachito” Medina -rememora Arroyo- era el encargado de preparar a los jinetes para las festividades de la población. 
Y aunque parezca increíble, fue en el Regimiento 28 donde nació el primer boliche bailable de Tartagal en los salones “Alto Verde” donde se destacaba el animador Eduardo “Tuna” Esper, el propio Eduardo Arroyo y grupos musicales locales.
Será por esa razón, por sentirse parte de Tartagal desde su creación, por su compromiso con la región, por no haber sido nunca un ámbito cerrado a la comunidad, que el Rimte 28 -aún en los años más difíciles de nuestro país- nunca perdió la estima, el respeto y el acompañamiento de los norteños. 

Alberto Trejo asumió la jefatura

Alberto Oscar Trejo, quien asumió al frente del Regimiento 28 de infantería, es bachiller universitario en Relaciones Internacionales, profesor para la enseñanza media y superior en escuelas militares, además de ser paracaidista profesional; el militar realizó diversos cursos de perfeccionamiento y participó en misiones de paz en Haití y en otros países. Fue el coronel Marcelo Pando jefe de la Tercera región quien le tomó juramento al militar al asumir al frente del Rimte 28 y en su discurso remarcó las condiciones y cualidades del flamante jefe que reemplazó a Luis Omar Parodi, un militar que tejió una gran amistad con la comunidad local.
Los intendentes de San Martín le entregaron a Parodi placas de reconocimiento por la labor realizada por el Rimte 28 durante sus dos años de gestión. En su discurso de despedida el saliente jefe, Tte. Cnel. Omar Parodi, expresó que “el Rimte 28 es una unidad decana de las tropas de monte y de su especialidad. Los montaraces de Tartagal son soldados diestros, capaces de vencer cualquier adversidad y estas bodas de diamante reafirman una vez más el compromiso de trabajar al servicio de nuestra comunidad”. 

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