Intendentes del departamento San Martín, legisladores, fuerzas vivas, religiosos, fuerzas de seguridad y medios de comunicación del departamento participaron de un emotivo acto para celebrar un año más de una valiosa institución, presente siempre en todos los acontecimientos que hacen al diario vivir del norte de la provincia.
El pasado 13 de diciembre, luego de un acto por el cambio de jefatura de la Compañía Cazadores de Monte 17, a cargo de la cual asumió el mayor Fernando Martín Carbone, la comunidad de Tartagal representada por autoridades, instituciones intermedias, empresas de la zona y público en general participó del acto realizado en el lugar emblemático como es la plaza de armas del Regimiento 28 de infantería Generala Juana Azurduy con asiento en Tartagal que el día 15 de diciembre celebró sus bodas de diamante.
inicia sesión o regístrate.
Intendentes del departamento San Martín, legisladores, fuerzas vivas, religiosos, fuerzas de seguridad y medios de comunicación del departamento participaron de un emotivo acto para celebrar un año más de una valiosa institución, presente siempre en todos los acontecimientos que hacen al diario vivir del norte de la provincia.
El pasado 13 de diciembre, luego de un acto por el cambio de jefatura de la Compañía Cazadores de Monte 17, a cargo de la cual asumió el mayor Fernando Martín Carbone, la comunidad de Tartagal representada por autoridades, instituciones intermedias, empresas de la zona y público en general participó del acto realizado en el lugar emblemático como es la plaza de armas del Regimiento 28 de infantería Generala Juana Azurduy con asiento en Tartagal que el día 15 de diciembre celebró sus bodas de diamante.
Los “rodillas negras”
Honrar al Rimte. 28, a los rodillas negras como se identifica a sus soldados de monte, es una forma de enaltecer a la propia historia de Tartagal y del norte salteño que lo vio nacer hace 75 años; el mismo norte que cuenta con el incondicional apoyo de esta institución nacida como consecuencia de la guerra del Gran Chaco (que enfrentó a las hermanas naciones de Bolivia y Paraguay) entre 1935 y 1938, y en cuyo tratado de paz Argentina fue la principal garante.
Cuando la zona no se identificaba como departamento San Martín, el actual regimiento llegó a la localidad de Aguaray -16 de septiembre de 1932- bajo la forma de un batallón que respondía a los mandos del Regimiento 18 de Santiago del Estero.
Las autoridades de aquel entonces decidieron que su instalación se realizara al oeste del río Pilcomayo siempre atendiendo a la situación de guerra que se vivía en la región y como forma de garantizar la seguridad en el territorio nacional.
En esa localidad permaneció el regimiento hasta el año 1935 en coincidencia con el tratado de paz firmado entre las dos naciones beligerantes.
Esos pocos años constituyeron los cimientos sólidos para una unidad militar que supo tejer lazos firmes de amistad con las incipientes comunidades de aquellos años.
En Aguaray se inauguró, por ejemplo, un club de tiro y una banda de música y en ambas participan miembros de ese batallón pero también los jóvenes del pueblo.
La instalación definitiva
En los primeros meses de 1939 y durante la presidencia de Roberto Marcelino Ortiz se dispuso la instalación de una brigada dependiente del Regimiento 18 de Caballería en Orán pero la comunidad de Tartagal de aquel entonces solicitó a las autoridades nacionales la instalación definitiva de una unidad en esta ciudad. Dos años más tarde arribaban las tropas del regimiento con asiento en Tucumán para ocupar las laderas se los cerros del oeste. Fue en Regimiento 20 Cazadores de los Andes quienes finalmente el 15 de diciembre del año 1943 dejaban inaugurada la guarnición militar que ocupó las oficinas, viviendas del personal, hospital y otras instalaciones que años antes había levantado la compañía Americana Standard Oil Company, en estilo californiano atendiendo las condiciones climáticas del cálido norte.
Durante algunos años fue denominado regimiento escuela, ya que cadetes y suboficiales llegaban al regimiento más norteño de la geografía argentina para concretar su formación definitiva; con la institucionalización del servicio militar voluntario se lo designó con el nombre de la heroína de la Independencia Juana Azurduy de Padilla.
En el acto por las bodas de diamante y el cambio de jefatura estuvieron presentes suboficiales que se retiraron después de 35 años de servicios y un veterano suboficial a quienes el Coronel Pando les dedicó especiales palabras de agradecimiento y reconocimiento por la tarea concretada.
Momento trascendente en la vida
El jefe de la Tercera Región, coronel Marcelo Pando, expresó: “No debe haber momento más trascendente para un oficial del Ejército que recibir una unidad. La Infantería, para Tartagal, elige a sus mejores hombres y acá no viene cualquiera, porque el Regimiento 28 es una unidad de prestigio. Por tanto no dudo que el teniente coronel Trejo va a estar a la altura en todas sus actividades en este regimiento, que es cuna del monte, para seguir prestigiando la especialidad y el arma de Infantería”.