Miguel Escalante/Yamil Salomón
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Miguel Escalante/Yamil Salomón
Una auditoría solicitada por la Corte de Justicia sobre el Juzgado Federal de Orán arrojó como saldo el faltante en sus depósitos de varios kilos de cocaína de secuestros antiguos, el cambio de “ladrillos” de la misma droga por otros similares rellenados de sustancias aún no peritadas, pero que sería de menor cuantía a lo que estaba bajo custodia federal y un escándalo en puertas por la pérdida de confianza sobre la fuerza que resguarda la seguridad y los bienes del Juzgado Federal más caliente de la República.
Pero estos detalles que suenan espantosos, quedan empequeñecidos con el hallazgo en los muros internos del Juzgado Federal 3 de un boquete que comunicaba los distintos depósitos con oficinas en desuso o utilizadas como archivos de expedientes y otro a medio terminar que pretendía llegar al corazón de los secuestros de droga pública, donde están almacenados hoy por hoy más de 1.200 kilos de cocaína de máxima pureza.
La auditoría federal puso al descubierto o desbarató -según una fuente- el robo del siglo, si se tiene en cuenta el valor de mercado de la cocaína allí depositada.
El propio juez federal Gustavo Montoya dijo ayer a los medios de Orán que esto surge como consecuencia de que se están tocando intereses muy fuertes con el tema droga.
Montoya brindó ayer detalles del relevamiento hecho en el último depósito con droga que quedaba desde la gestión del hoy detenido y ex juez federal, Raúl Reynoso y que deparó una sorpresa mayúscula.
El magistrado dijo: “Ya prácticamente hemos finalizado el relevamiento del último depósito con droga que venía desde la gestión anterior de este juzgado. Concluimos en un faltante de 3 kilos de cocaína en un secuestro de 13 kilos y lo más llamativo se dio en un secuestro del cual no falta ni un solo kilo, pero los envoltorios no coinciden con las fotos originales del secuestro. Toda la documentación ya fue girada a la Fiscalía Federal”, empezó diciendo.
Luego, mostró en parte la dimensión del hallazgo y su inmediata consecuencia al decir: “Lo que sí quiero confirmar es que hubo en los últimos días un intento de sabotaje a este último depósito ya que descubrimos un boquete en una pared contigua al mismo con el convencimiento de que quisieron robarse la cocaína que allí estaba depositada. Si bien es materia de investigación indudablemente aquí hay una connivencia entre los delincuentes y quienes tienen a su cargo la seguridad del Juzgado”, afirmó Montoya.
“Creo que todo lo que está sucediendo en nuestro Juzgado obedece a que estamos tocando intereses muy fuerte con el tema droga porque por ejemplo hoy ya hemos superado la cantidad de droga que pudimos secuestrar durante todo el 2017”, deslizó.
“El intento de ingresar por el boquete se habría dado en los últimos 30 días, todo esto motivó que en las próximas horas llegue personal del CIF para peritar el lugar. También me informó en las últimas horas del fiscal Carlos Amad que pedirá el cambio de custodia en el Juzgado, en este caso se haría cargo personal de la Policía Federal reemplazando a Gendarmería Nacional”, concluyó Montoya.
Luego trascendió que en los próximos días serán incinerados unos 1.200 kilos de cocaína los que se hallaban en el depósito que no pudieron saquear en los últimos días una supuesta banda, con ramificaciones internas en el juzgado o en la fuerza que lo custodia.
Además fuentes de seguridad de la zona de frontera advirtieron tiempo atrás que el mejicaneo constante de los envíos terrestres de cocaína provocó una inusitada oferta de cocaína robada en distintos mercados de ciudades argentinas.
Los últimos escándalos minaron la confianza
Desde un tiempo a la fecha varios narcogendarmes fueron detenidos.
En los últimos meses el Juzgado Federal de Orán fue noticia dos veces por la transformación o mutación de los ladrillos de cocaína de máxima pureza en yeso para mampostería. Fueron decenas de kilos de cocaína que manos anónimas robaron de los depósitos del Juzgado federal de Orán dejando un símil de yeso en los depósitos.
Esos hechos, cinematográficos si se quiere, le costaron el puesto a un comandante de Gendarmería, pero poco después se volvió a repetir al igual que la detención de personal de esa fuerza ligada a cargamentos medianos de cocaína.
Las investigaciones, las escuchas telefónicas y las delaciones, propias de la zona donde la guerra comercial entre dos potencias en la materia se puede palpar, han mostrado la desconfianza de Justicia Federal para con una de las tantas fuerza federales. Para rubricar esta apreciación Montoya dijo ayer “si bien es materia de investigación aquí hay connivencia entre los delincuentes y quienes tienen a su cargo la seguridad del Juzgado”.