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Soledad Barruti: “Los niños son utilizados por la industria alimenticia para ingresar los peores productos"

Domingo, 02 de diciembre de 2018 19:11

En su último libro, “Mala leche”, Soledad Barruti devela las trampas que encierran los alimentos ultraprocesados ofrecidos a diario en las góndolas y realiza un fuerte cuestionamiento a la industria alimentaria que, amparada en la publicidad, logra el consumo de alimentos que pueden provocar desde diabetes e hiperactividad en los niños hasta cáncer en los adultos.
La periodista, también autora de “Mal comidos”, parte en esta oportunidad de su experiencia como madre primeriza que la llevó a investigar sobre las falsas bondades de los lácteos y el lobby de las grandes marcas para liderar el tope de ventas.
En diálogo con Télam habló sobre esas problemáticas que abordó en el libro, editado por Planeta, y de lo que ocurre en México, Brasil y Chile hasta donde viajó para recoger de primera mano cuál es la estado de sus políticas alimentarias. 
¿Por qué la alimentación de tus hijos fue el motor del libro? 
Cuando fui madre descubrí que a través de mi hijo, como si fuera un caballito de Troya, se metieron en mi casa un montón de productos con ingredientes excesivos como el azúcar, sin la posibilidad de tener un alerta encendida. Los niños están siendo utilizados por la industria para ingresar a las familias los peores productos y en algunos casos lo primero que un chico come es un producto industrial. Eso es maravilloso para el negocio porque en la góndola está todo articulado para llamar la atención de los padres y eso hace que el negocio funcione de maravillas. El punto es cómo nuestra alimentación se distorsiona.
Si hicieras un ranking de los alimentos más nocivos ¿cual estaría al tope de la lista?
Un grupo de especialistas brasileños clasificó los alimentos no por sus nutrientes, sino por su procesamiento y dicen que los alimentos que más necesitamos son los naturales o mínimamente procesados; los que menos necesitamos son los procesados y los que no necesitamos para nada son los ultraprocesados. Dentro de los ultraprocesados entran las galletitas, los jugos, los yogures, las comidas congeladas, los postrecitos, y lo peor son las bebidas azucaradas porque hace que las personas coman caramelos líquidos sin darse cuenta, con un montón de ingredientes extra que hacen daño. Está comprobado, por ejemplo, que los colorantes generan problemas de hiperactividad.
¿Qué otros ingredientes tienen los ultraprocesados que los hacen tan nocivos?
Estos alimentos están hechos con productos que no tenemos en la alacena como aditivos, colorantes, saborizantes, espesantes, emulsionantes, y están fortificados con vitaminas, porque sus ingredientes son refinados y no tienen propiedad alimenticia como harina blanca, azúcar, aceite refinados, sal, y derivados de la industria láctea o cárnica. 
Creo que la gente compra con la idea de que lo que se vende en los supermercados no puede hacer daño porque son productos habilitados para el consumo.
El tema es que no estás comiendo una salchicha con triquinosis, sino que lo que hace daño es la dieta que te propone el sistema industrial. Hay casas donde los chicos desayunan chocolatada con galletitas, almuerzan patitas con papas de paquete o fideos, toman té o jugo con galletitas y cenan pastas rellenas. Esa es una casa donde la alimentación es industrial y es lo que enferma gravemente. En ese contexto alimentario crecen en base a una dieta que no tiene alimentos y a los ocho años terminan con diabetes tipo dos, hígado graso, problemas de aprendizaje o con menos capacidades que las personas bien alimentadas. El 75% de azúcar y sal agregada que se consume no están adicionadas por una persona sino por una empresa que se mete en tu dieta a través de un producto, no de un alimento y eso es incontrolable, a menos que no comas esas cosas.
 

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En su último libro, “Mala leche”, Soledad Barruti devela las trampas que encierran los alimentos ultraprocesados ofrecidos a diario en las góndolas y realiza un fuerte cuestionamiento a la industria alimentaria que, amparada en la publicidad, logra el consumo de alimentos que pueden provocar desde diabetes e hiperactividad en los niños hasta cáncer en los adultos.
La periodista, también autora de “Mal comidos”, parte en esta oportunidad de su experiencia como madre primeriza que la llevó a investigar sobre las falsas bondades de los lácteos y el lobby de las grandes marcas para liderar el tope de ventas.
En diálogo con Télam habló sobre esas problemáticas que abordó en el libro, editado por Planeta, y de lo que ocurre en México, Brasil y Chile hasta donde viajó para recoger de primera mano cuál es la estado de sus políticas alimentarias. 
¿Por qué la alimentación de tus hijos fue el motor del libro? 
Cuando fui madre descubrí que a través de mi hijo, como si fuera un caballito de Troya, se metieron en mi casa un montón de productos con ingredientes excesivos como el azúcar, sin la posibilidad de tener un alerta encendida. Los niños están siendo utilizados por la industria para ingresar a las familias los peores productos y en algunos casos lo primero que un chico come es un producto industrial. Eso es maravilloso para el negocio porque en la góndola está todo articulado para llamar la atención de los padres y eso hace que el negocio funcione de maravillas. El punto es cómo nuestra alimentación se distorsiona.
Si hicieras un ranking de los alimentos más nocivos ¿cual estaría al tope de la lista?
Un grupo de especialistas brasileños clasificó los alimentos no por sus nutrientes, sino por su procesamiento y dicen que los alimentos que más necesitamos son los naturales o mínimamente procesados; los que menos necesitamos son los procesados y los que no necesitamos para nada son los ultraprocesados. Dentro de los ultraprocesados entran las galletitas, los jugos, los yogures, las comidas congeladas, los postrecitos, y lo peor son las bebidas azucaradas porque hace que las personas coman caramelos líquidos sin darse cuenta, con un montón de ingredientes extra que hacen daño. Está comprobado, por ejemplo, que los colorantes generan problemas de hiperactividad.
¿Qué otros ingredientes tienen los ultraprocesados que los hacen tan nocivos?
Estos alimentos están hechos con productos que no tenemos en la alacena como aditivos, colorantes, saborizantes, espesantes, emulsionantes, y están fortificados con vitaminas, porque sus ingredientes son refinados y no tienen propiedad alimenticia como harina blanca, azúcar, aceite refinados, sal, y derivados de la industria láctea o cárnica. 
Creo que la gente compra con la idea de que lo que se vende en los supermercados no puede hacer daño porque son productos habilitados para el consumo.
El tema es que no estás comiendo una salchicha con triquinosis, sino que lo que hace daño es la dieta que te propone el sistema industrial. Hay casas donde los chicos desayunan chocolatada con galletitas, almuerzan patitas con papas de paquete o fideos, toman té o jugo con galletitas y cenan pastas rellenas. Esa es una casa donde la alimentación es industrial y es lo que enferma gravemente. En ese contexto alimentario crecen en base a una dieta que no tiene alimentos y a los ocho años terminan con diabetes tipo dos, hígado graso, problemas de aprendizaje o con menos capacidades que las personas bien alimentadas. El 75% de azúcar y sal agregada que se consume no están adicionadas por una persona sino por una empresa que se mete en tu dieta a través de un producto, no de un alimento y eso es incontrolable, a menos que no comas esas cosas.
 

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