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Un encuentro donde los niños disfrutaron y soñaron

Al festejo organizado por la Fundación Granito de Arena concurrieron 400 chicos de bajos recursos de la ciudad de Salta, Chicoana y Amblayo.
Domingo, 23 de diciembre de 2018 00:49

"Y así estaremos juntos, soñando un nuevo mundo, vivimos una historia sin final. Una vez más, un pacto de amistad", reza la canción que Alejandro Lerner hizo un hit en los 90. El tema se reproducía en todas las cenas de egresados del secundario de aquel momento. El sentimiento de pertenencia y de amistad era el deseo de los jóvenes de aquella época.

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"Y así estaremos juntos, soñando un nuevo mundo, vivimos una historia sin final. Una vez más, un pacto de amistad", reza la canción que Alejandro Lerner hizo un hit en los 90. El tema se reproducía en todas las cenas de egresados del secundario de aquel momento. El sentimiento de pertenencia y de amistad era el deseo de los jóvenes de aquella época.

Los miembros de la Fundación Granito de Arena son un ejemplo de deseo de hacer realidad las estrofas de la canción de Lerner. Hoy suman su grupo de amigos a los hijos y parejas. El objetivo es ese "soñar un mundo nuevo". Y logran desde hace casi 20 años, cambiando un día de la vida de cientos de niños, que en algunas ocasiones no tienen, ni siquiera, la posibilidad de tener un sueño.

El martes, los 30 miembros de la Fundación de Granito de Arena se multiplicaron y se convirtieron en 72 personas yendo y viniendo, decorando, acomodando mesas, viendo la cocina, ordenando regalos, vistiéndose de Papá Noel. Todos dejaron de lado el cansancio y las diferencias para lograr la sonrisa de 400 chicos.

Todos ellos alumnos de primaria, con los mejores promedios y provenientes de comedores y escuelas. Los chicos de entre 5 y 12 años llegaron del merendero Niño Jesús, del barrio Alto La Viña; Una sonrisa para nuestros niños, del barrio Calixto Gauna; capilla San Cayetano, de Villa Esmeralda; hogar Rosa Niño de Isasmendi; hogar Casita Feliz; Hogar Niño Jesús; escuela 2 de Mayo Crucero ARA General Belgrano, de barrio Solidaridad; Raíces de mi tierra, de barrio Floresta; escuela N§ 4.376 Chivilme; escuela

Nº 4.459 María Valdiviezo; escuela Nº 4.654 Coronel J. J. Pringles y escuela Nº 4.432 de San José de La Viña, todas de estas de Chicoana. Y además la escuela Nº 4.357 Del Milagro, de Amblayo.

En representación de los miembros de la Fundación, Miguel Ángel Farías agradeció la colaboración de "gente amiga y solidaria". "Lo que buscamos con estas cenas es que los chicos tengan un día diferente. Hay niños que llegaron del interior y no conocían la ciudad. Vino un grupo de Amblayo y 105 chicos de Chicoana, de Solidaridad, hogares transitorios del Gobierno. Estos pequeños están judicializados y queremos darles algo diferente", agregó.

Farías recordó que este grupo de amigos de Granito se conoce desde la secundaria y que en aquellas épocas juntaban la plata y se hacía algo por algún hogar o comedor. Ahora, el mecanismo es diferente: piden la colaboración de empresas, y personas en general para llegar al objetivo.

Muro de los sueños

Los chicos disfrutaban del menú: pollo al horno con papas, pero no sin antes haber colocado en un tendedero sus sueños y deseos expresados en dibujos y oraciones simples y claras. También dejaron mensajes recordando los derechos de los niños.

Claudia Liquín es profesora de la escuela San José de La Viña, del paraje El Mollar en Chicoana. La docente llegó con 21 niños de entre 6 y 14 años. "Se eligió a los tres mejores promedios de cada grado. Nos costó salir por la lluvia, pero fue más el estusiasmo que tenían los chicos. Es la primera vez que participamos de algo como esto. Ellos están muy felices", expresó.

En El Mollar quedaron los papás preocupados por el viaje y el destino de sus hijos, pero la docente les mandó fotos y videos de la jornada para llevarles tranquilidad.

Para poder llegar hasta la fiesta en Salta, los chicos de esta escuela se juntaron con los estudiantes de Bella Vista, que está a 2 kilómetros de su lugar de residencia, y con el sacrificio de los padres, pagaron un colectivo que se encargó de traerlos a la cena y llevarlos de regreso a su paraje.

Leonor Barrientos es la directora de la escuela de Amblayo. Desde esta localidad llegaron 14 niños en un camioneta para festejar el fin de año y las buenas notas de la escuela.

La directora recuerda que la invitación llegó en agosto y desde aquella época se pusieron a trabajar para contar con el apoyo del municipio para poder viajar. La escuela de Amblayo ofrece jornada completa a 20 niños. Una vez en la ciudad, los chicos se quedaron hasta el miércoles para dar una vuelta y recorrer un poco la ciudad.

María Frías atiende a 79 chicos en un comedor familiar que ofrece en las instalaciones de su casa. El nombre del lugar es Raíces de mi tierra y recibe a los chicos desde las 19 hasta las 23 para, además de brindarles la merienda y la cena, las clases de folclore. A la fiesta de Granito llegaron 32 chicos, porque se seleccionó a los que tenían entre 5 y 12 años. En este caso, el comedor recibe a varios adolescentes, pero este grupo de chicos no pudo asistir.

 

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