Unos minutos antes del brindis de Navidad, un hombre de 31 años convirtió lo que iba a ser un festejo en una escena de terror en la localidad de Manuel Alberti en Pilar. Mató a su hijo de 2 años de un disparo en la sien, después se acostó al lado y se suicidó. "Hay que seguir analizando el caso pero creemos que pudo ser una venganza de él hacia su ex", dijo a Télam una fuente cercana a la investigación.
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Unos minutos antes del brindis de Navidad, un hombre de 31 años convirtió lo que iba a ser un festejo en una escena de terror en la localidad de Manuel Alberti en Pilar. Mató a su hijo de 2 años de un disparo en la sien, después se acostó al lado y se suicidó. "Hay que seguir analizando el caso pero creemos que pudo ser una venganza de él hacia su ex", dijo a Télam una fuente cercana a la investigación.
De acuerdo a las primeras versiones, Marcelo Pupich se había separado hace siete meses de su mujer y madre del nene asesinado, pero no estaba llevando bien la situación. Incluso le habría advertido hace unos días que "algo iba a ocurrir", según publicó el diario El Resumen.
Finalmente, cumplió con la amenaza este martes. Un cuñado de Pupich, extrañado porque el hombre no había salido de la habitación para brindar con la familia, golpeó la puerta varias veces y, al no tener respuesta, entró por la fuerza. Así descubrió la macabra escena.
Los dos cuerpos estaban en la cama. El nene, con un disparo en la cabeza, estaba acostado boca abajo al lado de su padre, quien se había quitado la vida de un tiro en la boca. El arma usada en ambos casos fue la misma: una pistola calibre 9 MM marca Bersa.
La principal hipótesis de los investigadores es que se trató de un femicidio vinculado. Es decir, Pupich mató al hijo que tenía en común con su exmujer para provocarle un daño irreversible. Esta tarde se practicarán las autopsias en la Morgue Judicial de San Fernando.