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El ajedrez de 2019

Sabado, 29 de diciembre de 2018 00:00

Las elecciones presidenciales de octubre 2019 tienen un componente similar a las de 1995. Ambas acontecen en un panorama de contracción económica local, una derivada del efecto tequila y la otra por la influencia del aumento de las tasas de interés de la FED. Además, en ambos casos las economías eran dependientes de la entrada de capitales extranjeros. Sin embargo, existen grandes diferencias entre una y otra. Mientras que en 1995 la inflación era casi nula, la inflación proyectada para el 2018 se acerca al 48%. Por otra parte, en 1995 no se debió llevar una política de ajuste presupuestario como la que debió llevar a cabo la administración de Mauricio Macri.

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Las elecciones presidenciales de octubre 2019 tienen un componente similar a las de 1995. Ambas acontecen en un panorama de contracción económica local, una derivada del efecto tequila y la otra por la influencia del aumento de las tasas de interés de la FED. Además, en ambos casos las economías eran dependientes de la entrada de capitales extranjeros. Sin embargo, existen grandes diferencias entre una y otra. Mientras que en 1995 la inflación era casi nula, la inflación proyectada para el 2018 se acerca al 48%. Por otra parte, en 1995 no se debió llevar una política de ajuste presupuestario como la que debió llevar a cabo la administración de Mauricio Macri.

Pese a estas similitudes y diferencias, ambas tienen una característica casi única. La continuidad del plan económico depende de la elección y la sensación de "si no hay reelección la crisis va a ser profunda". En 1995 estaba en juego la convertibilidad. En este caso están en juego las tasas de interés y el escaso acceso de entrada de capitales extranjeros.

En este escenario económico, las elecciones presionan fuertemente a la Argentina y las evidencias ya se hacen presentes. El riesgo país argentino se ubica en 781 puntos básicos y parte de ello se debe a la falta de un claro ganador en las elecciones de octubre. Debido a esto, el panorama electoral se complica aún más, ya que el rendimiento económico argentino se verá afectado por el incremento del riesgo país generando un círculo vicioso.

En medio de este ida y vuelta entre la política y la economía se deben ubicar los candidatos y mucho dependerá de cómo se conformen las listas. En caso que la expresidente Cristina Fernández de Kirchner se presente, la polarización entre el macrismo y el kirchnerismo acaparando casi 2/3 del electorado llevará posiblemente a que la elección se defina en un balotaje. El riesgo de esta situación es que mientras mayor sea la posibilidad de que Fernández de Kirchner se alce victoriosa, la presión exterior aumentará y tanto el riesgo país como la cotización de las divisas extranjeras irán en aumento. Será fundamental para esto evaluar si desde el oficialismo optan por un trade-off entre inflación y votos, utilizando la caja del Estado como mecanismo de financiamiento a través de la obra pública, con el riesgo de que cualquier expectativa de no cumplimiento de las metas de déficit cero inicie otra corrida cambiaria y acelere la inflación.

Los partidos de izquierda, si bien sus posibilidades son nulas, acaparan más o menos entre el 2% y el 3% del electorado. En el otro extremo, se encuentra el nuevo partido liberal con el economista José Luis Espert como posible candidato. Es una incógnita. El diputado salteño Olmedo tampoco tiene grandes posibilidades. El electorado argentino y el brasileño no son iguales.

Por último, se debe tener en cuenta qué hará el denominado "peronismo federal". En dicho espacio se encuentran figuras como Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto, Marco Lavagna, Juan Manuel Urtubey y Roberto Lavagna, entre otros. Las posibilidades para que este espacio pueda resultar victorioso son reales. Sin embargo, dependería si la elección no se polarizase entre el oficialismo y el kirchnerismo. Para esto, Fernández de Kirchner no se debería presentar como candidata presidencial. Las repercusiones para la economía son relativamente inciertas en caso de que gane este espacio. En caso de que opten por refinanciar la deuda, Alternativa Federal tiene figuras con experiencia para llevar esto a cabo. Por todo esto, se puede decir que la falta de un claro ganador para octubre del 2019 complejiza el panorama económico argentino, el cual puede a su vez atomizar la elección. En el fondo, la economía y las elecciones de octubre 2019 se influyen mutuamente.

 

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