La historia de amor entre Katy Perry y Orlando Bloom va sobre ruedas. No se esconden y no tienen miedo a gritar lo mucho que se quieren a los cuatros vientos con gestos como publicar comentarios subiditos de tonos en las redes sociales o ir juntos a conocer al mismísimo papa Francisco. Ahora ha sido la cantante la que ha dejado claro que su chico es de ella y de nadie más.
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La historia de amor entre Katy Perry y Orlando Bloom va sobre ruedas. No se esconden y no tienen miedo a gritar lo mucho que se quieren a los cuatros vientos con gestos como publicar comentarios subiditos de tonos en las redes sociales o ir juntos a conocer al mismísimo papa Francisco. Ahora ha sido la cantante la que ha dejado claro que su chico es de ella y de nadie más.
Perry actuó durante el festival solidario One Love Malibu para recaudar fondos para las víctimas de los terribles incendios que afectaron a California el mes pasado dejando 88 muertos hasta la fecha, 25 desaparecidos, y miles de personas sin hogar (entre ellos estrellas como Miley Cyrus y Liam Hemsworth). Además de poner su granito de arena con su música, la intérprete de 'Roar' fue más allá.
En este evento los famosos subastaban experiencias junto a ellos, como un paseo en moto con Orlando Bloom. Su novia fue la encargada de presentar este 'regalo', y lo hizo a la grande. "Podéis ir en moto con él y a comer a cualquier restaurante. Eso significa que iréis en la moto junto a él agarrándole de una forma que no me hace mucha gracia", comentó Katy. Además dejó claro que durante ese viaje podrían tocar los pectorales y abdominales del actor.
¿Cómo resistirse? La puja llegó a los 20.000 dólares pero cuando Katy vio que estaba a punto de cerrarse dejó a la afortunada, una mujer llamada Laura, con las ganas. "Laura lo siento. Voy a comprarlo yo por 50.000 dólares", dijo Katy. Tiró el micrófono al suelo y se fue del escenario. Así, como la diva que es.
Cualquiera compite con esa cantidad de dinero, y más después de conocer hace dos semanas que Perry es la cantante mejor paga de 2018 con unas ganancias de 83 millones de dólares. Orlando es enterito de ella y de nadie más. Aunque sea por un buena causa.
La pareja empezó a salir en 2016. Se separaron temporalmente en febrero del año siguiente, pero volvieron un par de meses después. Parece que para ellos, segundas partes sí que fueron buenas y que Katy no tiene intención de compartir esta felicidad.