Los hinchas de Boca Juniors y River Plate ingresaban hoy al estadio de Real Madrid, donde ambos equipos jugarán la superfinal de la Copa Libertadores, empavesándolo con sus colores, ante la mirada atenta de personal de seguridad y la sorpresa de periodistas locales por la pasión de los simpatizantes argentinos.
"Hoy te vinimos a alentar, para ser campeón hoy hay que ganar (...) el que no salta es un gallina" coreaban los hinchas de Boca en su ingreso al estadio de Real Madrid, donde su equipo jugará con River la superfinal de la LIbertadores desde las 16:30 hora argentina.
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Los hinchas de Boca Juniors y River Plate ingresaban hoy al estadio de Real Madrid, donde ambos equipos jugarán la superfinal de la Copa Libertadores, empavesándolo con sus colores, ante la mirada atenta de personal de seguridad y la sorpresa de periodistas locales por la pasión de los simpatizantes argentinos.
"Hoy te vinimos a alentar, para ser campeón hoy hay que ganar (...) el que no salta es un gallina" coreaban los hinchas de Boca en su ingreso al estadio de Real Madrid, donde su equipo jugará con River la superfinal de la LIbertadores desde las 16:30 hora argentina.
Los hinchas xeneizes ingresan al estadio ante la mirada atenta del personal de seguridad privado contratado por el club español, que también mostraba sorpresa y admiración por la pasión que trasluce el hincha argentino. Las cámaras de Telam acompañaron asimismo el ingreso de los hinchas de River Plate, que coreaban "vamos el millo", aunque menos bulliciosos que los boquenses.
En tanto, varios colegas de la prensa española, que habitualmente siguen la Liga de fútbol local y hasta los partidos de la Champions League, se ven sorprendidos por el aliento de los hinchas de River y Boca en su ingreso al estadio Santiago Bernabéu, ubicado sobre el Paseo de la Castellana, una de las avenidas más emblemáticas de la ciudad
“Hace más de cinco años que vengo a este estadio y es la primera vez que veo al Bernabéu tan animado”, dice a Télam el periodista Jean Decotte. Los colegas españoles dicen no estar acostumbrados a gritos, silbidos y tanta pasión de la “afición”, como llaman a los hinchas y simpatizantes de los clubes de fútbol.
En Madrid, relatan, están acostumbrados a vivir el fútbol de otra manera, al punto que en los bares alrededor del estadio pueden compartir mesas los aficionados de equipos rivales.