Bajo una tenue llovizna, la histórica dirigente justicialista Antonia Oropeza sintetizó ayer en Limache, frente a la escultura que recuerda a Roberto Romero, el sentimiento que se vivía en el homenaje al ex gobernador y figura central en la historia de El Tribuno y de medio siglo de la vida de Salta.
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Bajo una tenue llovizna, la histórica dirigente justicialista Antonia Oropeza sintetizó ayer en Limache, frente a la escultura que recuerda a Roberto Romero, el sentimiento que se vivía en el homenaje al ex gobernador y figura central en la historia de El Tribuno y de medio siglo de la vida de Salta.
"A pesar de los años transcurridos, lo recordamos como si fuera ayer... Lo extrañamos porque fue inigualable su dedicación a la gente, su honestidad de trabajo, su humildad y su reconocimiento a la militancia". Fue la primera oradora en un acto del que participaron sus hijos Lucía, Silvia, Juan Carlos y Sergio Romero, muchos de sus nietos, incluida la diputada Bettina Romero; el vicegobernador de Salta, Miguel Isa; el ministro de Gobierno, Marcelo López Arias; la intendenta de Cerrillos, Yolanda Vega, dirigentes políticos, militantes, exfuncionarios e históricos amigos.
Además de Antonia Oropeza hablaron sobre la figura y la proyección de Romero los periodistas Juan Guillermo Gonza, de Nueva Propuesta, y Francisco Sotelo, de El Tribuno.
Por su parte, el sacerdote Juan de Dios celebró una misa y, al evocar a Romero lo describió como "un hombre de esperanza". El religioso destacó la personalidad del exgobernador, y manifestó el deseo de que "todos dejemos a las nuevas generaciones un ejemplo, una marca y un legado".
Un grupo de militantes colocó una placa recordatoria; el administrador de Horizontes SA, Norberto Freyre, y el jefe de Redacción, Carlos Russo, depositaron una ofrenda floral y los nietos, en nombre de toda la familia, también le rindieron homenaje.
La figura
Roberto Romero falleció el 15 de febrero de 1992, en un accidente automovilístico en Brasil. Tenía 64 años y se encontraba en la plenitud de su madurez como empresario y como dirigente político.
En ambas funciones había evidenciado una pujante vocación por el progreso constante, la organización empresaria y el compromiso con la gente.
Por sus orígenes humildes y su formidable desarrollo personal, fue una figura relevante en Salta desde el momento que asumió la dirección de El Tribuno y se proyectó como un emprendedor formidable.
Entre 1983 y 1987 fue gobernador en un ciclo muy especial, que se mantiene en la memoria de los salteños.
La militancia
En su discurso, Antonia Oropeza recordó "las caminatas codo a codo, en cada barrio y en cada pueblo de la provincia, compartiendo mate con bollo con las familias más sencillas y enseñándonos el camino del trabajo social".
"Nosotros mantenemos intacto el espíritu, el ímpetu, y las ganas de colaborar, como en aquellos tiempos; seguimos acompañando a sus sucesores políticos y levantamos el escudo partidario que honró nuestro querido Roberto Romero", agregó. Y con un tono de demanda, Oropeza advirtió que "los jóvenes son necesarios, porque son la sangre nueva que fluye y moviliza, pero los viejos tenemos la sabiduría y la experiencia ganada en cada paso, caminando junto a caudillos peronistas como fue don Roberto, y eso nos hace dignos de ser escuchados y consultados".
“Un ideario cuyo centro estaba en Salta y los salteños”
En un emocionado discurso, el periodista Juan Guillermo Gonza habló de Roberto Romero como “inconmensurable amigo; amigo nuestro por una pertenencia que él construyó”.
Su homenaje se centró en “su potencia de emprendedor, de empresario, por su empuje, por un ideario que no desdeñó nunca su origen y su digna cuna rica en humildad”.
Gonza, quien fue siempre un colaborador de Roberto Romero, recordó su visión del “Norte Grande como pieza clave para la integración regional y el desarrollo de toda esta región ubicada en el corazón de América”.
“Romero concibió una nueva Salta, protagónica, con capacidad de convocar al turismo y al deporte, capaz de ofrecer el Delmi y el Teleférico, las obras que algunos descalificaron por ‘faraónicas’... pero luego la historia puso las cosas en su lugar. Una Salta con viviendas dignas y trabajo para todos; con un sistema ejemplar de atención primaria de la salud; una Salta con escuelas... y él hubiera deseado más y mejores escuelas”.
“Por su estatura política, por su dimensión como salteño, por su capacidad de liderazgo y su tenaz ejemplo de trabajo y constancia, cada vez son más quienes reconocen la proyección histórica de Roberto Romero. Reconocen su compromiso con la democracia, los derechos humanos, las libertades, la dignificación del pueblo y, por supuesto, la justicia social”, enfatizó Gonza.