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El 40% de las consultas son por diarrea en el hospital

Al Materno Infantil han llegado unos 120 casos diarios de esta enfermedad.
Sabado, 17 de febrero de 2018 00:00

Durante este verano, el 40% de los pacientes ambulatorios pediátricos que ingresaron al Hospital Público Materno Infantil (HPMI) llegaron por cuadros de diarrea, que representa la principal afección de la época.

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Durante este verano, el 40% de los pacientes ambulatorios pediátricos que ingresaron al Hospital Público Materno Infantil (HPMI) llegaron por cuadros de diarrea, que representa la principal afección de la época.

La guardia atendió a alrededor de 300 niños por jornada, de los cuales a 120 se les diagnosticaron problemas intestinales. El resto de las patologías que se presentaron son problemas respiratorios, picaduras de alacrán, mordeduras de víboras y de perros, accidentes con cuerpos extraños, caídas, heridas por accidentes de tránsito, reacciones alérgicas, cuadros de gripe y quemaduras, entre otras.

"Tenemos la mitad del recurso humano con licencia pero se ha dado respuesta tanto a la población como a los ingresos, a las derivaciones del norte y a los cuidados que hay que tener dentro del hospital porque también tenemos un 85% de internados", señaló a El Tribuno Susana Balcarce, directora de Pediatría del HPMI.

La médica aseguró que en esta época las diarreas son normales y esperables y que en verano todo el hospital y las áreas operativas se preparan para atender los casos que llegan. "La diarrea es una patología que se presenta en las consultas diarias tanto en los consultorios como en los centros de salud en las guardias. Así como para invierno son las infecciones respiratorias (las que priman), para esta época son las diarreas, por diferentes causas o agentes. Pueden ser provocadas por virus, bacterias, parásitos o por transgresiones alimentarias", explicó Balcarce.

Entre las bacterias, se destacan la salmonella, la shigella, y la escherichia coli, que puede producir también el síndrome urémico hemolítico. "Son bacterias que se producen por falta de higiene, porque no hay una buena cadena de frío o una correcta preparación de los alimentos. Cuando estos están contaminados, salen las toxinas y provocan la diarrea", dijo.

Para saber si la alteración intestinal es producto de una de estas bacterias, hay que consultar en el hospital ante los primeros síntomas para que los profesionales vean las características y cómo se presenta.

"También hay diarreas por virus -el rotavirus aparece con las mismas características y con mucha fiebre y vómito. Para estas se tiene que hacer un tratamiento sintomático con sales de rehidratación", contó. Las sales se entregan de manera gratuita en todos los centros de salud y hospitales y con ellas los niños incorporan el agua y los minerales que pierden. A los bebés hay que ofrecerles el pecho materno.

"El niño está sin potasio, entonces no tiene fuerza, tiende a dormirse y después, si no tiene agua, no puede orinar. No esperemos a que pase eso. Es importante que la mamá (y/o el papá) miren los signos y síntomas que da una diarrea o un síndrome gastrointestinal: están irritables, juntan pocas lágrimas, tienen los ojos hundidos, la piel seca y orinan poco", aclaró.

Como los niños tienen dolor y lloran, hay que dejarlos en "reposo gástrico": deben tomar líquidos fraccionados de a poco. Si no lo toleran porque vomitan, tienen que internarse. El 75% de las diarreas se resuelve en la sala de internación abreviada que hay en el área de emergencia pediátrica. "Por lo general, las diarreas se autolimitan con la higiene, la hidratación, la dieta y con el pecho materno para los más chiquitos", analizó.

Agua segura

Balcarce manifestó que es importante consumir agua: "Hay que dejarla correr y, si creen que no es segura, hacerla hervir de 7 a 10 minutos o poner dos gotitas de lavandina en un litro de agua".

A los niños hay que darles agua de la canilla y no agua mineral porque esta tiene sales.

"Por estudios que hizo Aguas del Norte y lo que informó Epidemiología (de la Provincia), se ha demostrado que no hay problemas con el agua de la canilla", aseguró la pediatra.

"Los niños están todavía de vacaciones. Hay que estar atentos. Hay que tener cuidado con la cocina, con el fuego, las ollas y las pavas", dijo la médica y recomendó comprar comida en lugares limpios y seguros.

Picaduras de alacrán

Este verano ha habido entre tres y cuatro consultas por picaduras de alacranes en el HPMI. El alacranismo puede ser leve, moderado o grave. Los últimos dos casos requieren de suero, que está disponible en el HPMI. Por eso es importante consultar en el hospital ante la primera sospecha.

Balcarce aconsejó tener cuidado con las rendijas, tapar todos los lugares de riesgo, como las cloacas, las paredes rotas y los árboles que tienen huecos; no dejar que los niños metan sus manos allí; revisar el jardín y mantenerlo limpio y, por la noche, sacudir la ropa y los zapatos antes de usarlos.

"Esto puede ocurrir ahora, que hay mucha humedad y los pastos están crecidos. Los alacranes se alimentan de cucarachas y, mientras haya cucarachas, habrá alacranes", explicó.

 

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