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Cristian López: “Es difícil saber cuándo llega la lluvia de inversiones”

Lunes, 19 de febrero de 2018 01:04

Cristian López está a cargo del manejo de una de las principales consultoras de servicios financieros del país, Consultatio Asset Management. El jueves pasado vino a Salta para brindar un taller sobre coyuntura económica e inversiones, que organizó la consultora local Finex.
En una de las pausas de la actividad, López dialogó con El Tribuno sobre las expectativas para este año.

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Cristian López está a cargo del manejo de una de las principales consultoras de servicios financieros del país, Consultatio Asset Management. El jueves pasado vino a Salta para brindar un taller sobre coyuntura económica e inversiones, que organizó la consultora local Finex.
En una de las pausas de la actividad, López dialogó con El Tribuno sobre las expectativas para este año.

¿Cuál es el panorama económico para 2018?
Es un año que comienza con algo de volatilidad. De todas maneras tenemos una mirada constructiva, creemos que este año el país tendrá un crecimiento del producto bruto interno cercano al 3,5%, de que se va a cumplir la meta fiscal y en el tema inflacionario ya se han modificado las expectativas, pero así y todo este es un punto desafiante porque hay retraso cambiario y una carga inflacionaria de los últimos meses de 2017 y la de este primer trimestre donde viene el ajuste tarifario y las paritarias, que le ponen cierta presión. 

¿Las tarifas y los salarios son la explicación de que los niveles de inflación no bajen como esperaba el Gobierno?
Creo que el Gobierno forzó la expectativa inflacionaria en una primera instancia. El sendero que se habían trazado para cumplir las metas de inflación era prácticamente imposible de llegar. Nosotros hicimos un estudio en el que analizamos a los países que tenían 20 puntos de inflación y lograron llevarla a 10, que era la meta para este año previa al reacomodamiento de la meta inflacionaria. Analizamos los casos de Israel, Brasil, Chile y Perú, donde el promedio para bajar 10 puntos fue de tres años y medio. Ningún país logró bajar esa cantidad en un año y para que se pueda lograr se necesita tener una caída en el producto bruto muy significante, que una economía como la de Argentina no resistiría. Lo que hizo el Gobierno es sincerar una meta que fue planteada con baja probabilidad de éxito.

¿Y la meta del 15% de inflación es alcanzable para este año?
Creemos que no, pero si es que se logra tener una inflación cercana al 18% y que se vaya convalidando un ajuste fiscal con un sendero de inflación hacia la baja en el tiempo habrá un poco de oxígeno. Para cumplir esa meta de inflación, de 15 puntos, debería haber una política monetaria un poco más rígida que traería más fricciones y atraso cambiario y le pondría otros problemas a la economía. Es preferible tener algo alcanzable y razonable. Hay que ver en qué condiciones cierran las paritarias y si son con cláusula gatillo, que pueden dejar un arrastre inflacionario para el año entrante. 

¿Qué le recomendaría a una empresa radicada en Argentina, invertir en producción o en Letras del Banco Central? La pregunta se relaciona con lo que pasa con el ingenio San Isidro, que decidió retirarse de Salta... 
Normalmente el empresario conoce más el negocio que nosotros y tiene el olfato cuando es el momento de acelerar o no o de construir materia prima. El caso del ingenio es bastante sectorial. Como todo modelo, hay ganadores y perdedores. Tomando un poco el ejemplo del empresario Eduardo Constantini, el patrimonio debería estar invertido en tres partes: un tercio en el mercado de capitales, otro tercio en real estate (sector inmobiliario) y lo restante en la compañía, que es un buen mix de diversificación. La explicación no es que la tasa alta de las Lebacs frena la inversión. Cuando uno tiene que decidir una inversión tiene que ver la parte impositiva, la presión tributaria, los costos de logística y laborales. En términos de dólares, los salarios en Argentina están por encima de la media de la región.

La pregunta entonces sería si es que las tasas tan altas del Banco Central son convenientes para el desarrollo del país...
Lo que pasa es que si se ofrece una tasa de interés más baja lo que va a ocurrir es que habrá un desplazamiento más agresivo hacia la dolarización y eso llevará a tener más presión inflacionaria. La Argentina está en una transición donde es como un malabarista que tiene cinco pelotas en el aire y tiene viento de todos lados, con lo cual tiene que estar prestando mucha atención porque un desajuste puede costar caro. De todas maneras, si la tasa está relativamente alta, como lo estuvo, genera también venta de dólares y apreciación del tipo de cambio que también pega en contra cualquier modelo de análisis de inversión.
 
¿Cuándo llega la famosa lluvia de inversiones?
Es una pregunta difícil de responder. Cuando se tiene que decidir una inversión extranjera en un país como Argentina, que venía con un gran deterioro en sus condiciones macro y con problemas en sus precios relativos uno lo que espera es que haya algo del desarrollo del nuevo programa nacional. El mercado empezó a convalidar, después de las elecciones de medio término, la idea de que Macri va a terminar este Gobierno y que tiene posibilidades de reelección. Además se van perdiendo los fantasmas de que vuelva un gobierno de sesgo populista y eso va a generar que haya un poco de ganas de volcar dinero. Ahora hay que tener en claro que el Gobierno está tratando de reacomodar unas variables que a priori resultan pocos convenientes. Todavía sigue siendo un país con fuerte presión tributaria, con costos rígidos, de logísticas y laborales y tenemos una inflación relativamente alta y un tipo de cambio retrasado.

¿Cómo analiza el nivel de endeudamiento que lleva la Argentina?
Es uno de los activos, sino el único, heredado del Gobierno anterior. Lo que veo es que Argentina es un país poco endeudado, básicamente porque estaba en default y porque no existían las condiciones de confianza para tomar deuda en el exterior. 
Cuando se acepta un gradualismo fiscal de alguna manera hay que financiarlo, con lo cual otra alternativa no hay. El nivel de deuda sobre el PBI del sector privado es de 33 puntos y en Brasil, por ejemplo, está en el orden del 60, con lo cual estamos bastante bien. Lo que sí no se puede es seguir a este ritmo de financiamiento eternamente.
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