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A 30 años de la actuación en los JJOO que inspiró un filme

En bobsleigh, hicieron un papel inédito. “Jamaica bajo cero”, la película.
Martes, 20 de febrero de 2018 21:37

En 1988, hace 30 años, un grupo de jamaiquinos protagonizó una actuación en bobsleigh que sirvió como argumento de una de las películas más recordadas de los 90: “Jamaica bajo cero”.
Un grupo de atletas se enfrenta al desafío de prepararse para un deporte que desconoce y en un clima que jamás tuvo. El argumento del filme “Jamaica bajo cero” de Cool Runnings en Estados Unidos se transformó en un absoluto éxito. Aunque no fue más que la réplica de la esencia de un evento histórico: el debut de la pequeña isla caribeña en una disciplina exótica para ellos como lo fue en su momento el bobsleigh.
Hace tres décadas, un equipo jamaiquino representó a su país en la competencia de trineos de los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary (Canadá) y generó un auténtico furor. Disney tomó su historia y la inmortalizó con ciertas licencias en la película que rompió las taquillas en 1993. 
Jamaica fue uno de los tres países sin tradición en deportes de nieve que participó ese año en esta disciplina junto con México y Nueva Zelanda.
Todo comenzó con la fantasía que se plantearon dos dirigentes políticos de peso en Jamaica: el agregado comercial de la embajada de Estados Unidos en Kingston George Fitch y su amigo, el coronel Ken Barnes, padre de quien fuera entrenador de la Selección de fútbol de ese país en 2008. 
La intención era demostrar que los deportistas de gran rendimiento pueden adaptarse a cualquier disciplina. La utópica idea comenzó a tomar forma un año antes de la competencia. “Dije: ‘Tienes grandes atletas y un gran atleta debería poder hacer cualquier deporte’”, rememoró tiempo después Fitch.
Por casualidad, Fitch se cruzó con una carrera de unos trineos con ruedas en la Blue Mountains, donde está ubicado el pico más alto de ese país. Creyó ver una similitud en los movimientos entre esa disciplina y el bobsleigh. 
La tarea de contactar gente fue más compleja de la esperada: ningún deportista local quería arriesgar su físico a poco de disputarse los Juegos de verano en Seúl, Corea del Sur. 
Y la incursión de su amigo militar, el coronel Ken Barnes, terminó siendo fundamental para que el proyecto no quedara trunco.
 

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En 1988, hace 30 años, un grupo de jamaiquinos protagonizó una actuación en bobsleigh que sirvió como argumento de una de las películas más recordadas de los 90: “Jamaica bajo cero”.
Un grupo de atletas se enfrenta al desafío de prepararse para un deporte que desconoce y en un clima que jamás tuvo. El argumento del filme “Jamaica bajo cero” de Cool Runnings en Estados Unidos se transformó en un absoluto éxito. Aunque no fue más que la réplica de la esencia de un evento histórico: el debut de la pequeña isla caribeña en una disciplina exótica para ellos como lo fue en su momento el bobsleigh.
Hace tres décadas, un equipo jamaiquino representó a su país en la competencia de trineos de los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary (Canadá) y generó un auténtico furor. Disney tomó su historia y la inmortalizó con ciertas licencias en la película que rompió las taquillas en 1993. 
Jamaica fue uno de los tres países sin tradición en deportes de nieve que participó ese año en esta disciplina junto con México y Nueva Zelanda.
Todo comenzó con la fantasía que se plantearon dos dirigentes políticos de peso en Jamaica: el agregado comercial de la embajada de Estados Unidos en Kingston George Fitch y su amigo, el coronel Ken Barnes, padre de quien fuera entrenador de la Selección de fútbol de ese país en 2008. 
La intención era demostrar que los deportistas de gran rendimiento pueden adaptarse a cualquier disciplina. La utópica idea comenzó a tomar forma un año antes de la competencia. “Dije: ‘Tienes grandes atletas y un gran atleta debería poder hacer cualquier deporte’”, rememoró tiempo después Fitch.
Por casualidad, Fitch se cruzó con una carrera de unos trineos con ruedas en la Blue Mountains, donde está ubicado el pico más alto de ese país. Creyó ver una similitud en los movimientos entre esa disciplina y el bobsleigh. 
La tarea de contactar gente fue más compleja de la esperada: ningún deportista local quería arriesgar su físico a poco de disputarse los Juegos de verano en Seúl, Corea del Sur. 
Y la incursión de su amigo militar, el coronel Ken Barnes, terminó siendo fundamental para que el proyecto no quedara trunco.
 

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