“Cultura de mi Pueblo”, es el espectáculo, que durante tres días, presentaron el solista Matías Peña y la academia de danzas folclóricas Jesús de Nazareth, con la dirección del profesor Javier González. Se cristalizó en el corredor de la Balcarce.
“El objetivo fue mostrar como se vive el carnaval en nuestra Salta, y sobre todo exhibir como era el carnaval de antaño y cuyas actividades, hoy muchas están olvidadas”, aseguró Peña.
“Desenterramos el carnaval, siempre primero pidiendo permiso a la Pachamama, nuestra Madre Tierra, para que sea ella quien lo suelte al pujllay, y también para que sea la encargada de atarlo...cuando lo volvamos a enterrar. Además, realizamos el tradicional topamiento de compadres; también de mujeres con varones, de copleros, y todos cantando alrededor del mojón, lanzando sus coplas floridas y pícaras para el deleite del público. Hubo coplas a cargo de Sarita la Guachipeña y Nely Vilte, acompañadas por el gaucho Baty Mercado”, dijo González.
El último día se cumplió la despedida y quema del pujllay. Se continuó la fiesta con serpentinas, albahaca, talco perfumado, y pintura.
“Ofrecimos pintura a la gente para que se pinten las caras, haciendo alusión a ese pícaro juguetón que hay en el hombre y que al igual que el pujllay, muchas veces necesita taparse la cara con pintura o talco u ocultarse, para hacer sus travesuras o llegar a expresar eso tan profundo que está guardado y no se animan a manifestarlo. Siempre acompañado del perfume del carnaval: la ramita albahaca”, acotó Peña.
Matías Peña fue el encargado de ponerle su música a la gran fiesta. Pero lógicamente ya había que despedir al pujllay “Lo corremos por la calle con agua bendita y ruda, luego se lo ató y posteriormente se lo quemó. El tiempo del carnaval ya había terminado, todos teniamos que convertirnos en ceniza”, agregó el profesor de danzas.
“Gracias a la Pacha todo se realizó en un marco de alegría y amistad, entre turistas, familias y público en general”, sostuvieron al unísono.
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“Cultura de mi Pueblo”, es el espectáculo, que durante tres días, presentaron el solista Matías Peña y la academia de danzas folclóricas Jesús de Nazareth, con la dirección del profesor Javier González. Se cristalizó en el corredor de la Balcarce.
“El objetivo fue mostrar como se vive el carnaval en nuestra Salta, y sobre todo exhibir como era el carnaval de antaño y cuyas actividades, hoy muchas están olvidadas”, aseguró Peña.
“Desenterramos el carnaval, siempre primero pidiendo permiso a la Pachamama, nuestra Madre Tierra, para que sea ella quien lo suelte al pujllay, y también para que sea la encargada de atarlo...cuando lo volvamos a enterrar. Además, realizamos el tradicional topamiento de compadres; también de mujeres con varones, de copleros, y todos cantando alrededor del mojón, lanzando sus coplas floridas y pícaras para el deleite del público. Hubo coplas a cargo de Sarita la Guachipeña y Nely Vilte, acompañadas por el gaucho Baty Mercado”, dijo González.
El último día se cumplió la despedida y quema del pujllay. Se continuó la fiesta con serpentinas, albahaca, talco perfumado, y pintura.
“Ofrecimos pintura a la gente para que se pinten las caras, haciendo alusión a ese pícaro juguetón que hay en el hombre y que al igual que el pujllay, muchas veces necesita taparse la cara con pintura o talco u ocultarse, para hacer sus travesuras o llegar a expresar eso tan profundo que está guardado y no se animan a manifestarlo. Siempre acompañado del perfume del carnaval: la ramita albahaca”, acotó Peña.
Matías Peña fue el encargado de ponerle su música a la gran fiesta. Pero lógicamente ya había que despedir al pujllay “Lo corremos por la calle con agua bendita y ruda, luego se lo ató y posteriormente se lo quemó. El tiempo del carnaval ya había terminado, todos teniamos que convertirnos en ceniza”, agregó el profesor de danzas.
“Gracias a la Pacha todo se realizó en un marco de alegría y amistad, entre turistas, familias y público en general”, sostuvieron al unísono.
El solista
Matías Peña inició su carrera como solista en 2008, fue revelación en la Serenata a Cafayate; también formó parte de un par de agrupaciones vocales de la ciudad de Salta. Como solista recorre con su música las distintas peñas, en las cuales los salteños, turistas nacionales e internacionales, disfrutaron de su pasión por el canto.
Matías no solo recorre el cancionero folclórico, sino también el género tropical, música del recuerdo y una variedad de ritmos latinos.
En la actualidad, es uno de los solistas más reconocido por su carisma y forma de interactuar con el público.
Jesús de Nazareth
La academia de danzas folclóricas Jesús de Nazareth fue fundada el 1 de octubre de 2003. Con domicilio en Germán Buch 3027, de Villa Los Sauces, lleva 14 años creando en sus alumnos el sentido de pertenencia a ésta tierra, conjuntamente con el amor y los valores que ella mantiene.
La institución cuenta con más de 100 alumnos, dicta clases de folclore nativo, proyección, tango, danzas latinoamericanas y expresión corporal. Está destinada a niños, jóvenes y adultos. Tiene importante participación en muestras, festivales e innumerables eventos en la provincia de Salta. Es reconocida por la destacada actuación de sus alumnos, creando lazos de amistad, respeto y solidaridad, en un clima de camaradería.