El pasado 3 de febrero, la Policía de la Provincia de Salta con asiento en Pichanal sintió el cimbronazo de la pérdida de uno de sus más fieles colaboradores: Chico, un perro que se supo ganar el cariño de todos los integrantes de la Fuerza, tanto de la comisaría N§ 21 de Pichanal como también de la comisaría 22 de la localidad Hipólito Yrigoyen, donde también cumplió tareas importantes.
inicia sesión o regístrate.
El pasado 3 de febrero, la Policía de la Provincia de Salta con asiento en Pichanal sintió el cimbronazo de la pérdida de uno de sus más fieles colaboradores: Chico, un perro que se supo ganar el cariño de todos los integrantes de la Fuerza, tanto de la comisaría N§ 21 de Pichanal como también de la comisaría 22 de la localidad Hipólito Yrigoyen, donde también cumplió tareas importantes.
Chico, como lo bautizaron "sus compañeros de trabajo", llegó hace años a Pichanal siendo simplemente un perro callejero que siempre se acercaba hasta la puerta de la comisaría, hasta que poco a poco se hizo parte de la institución, ganándose el cariño y la confianza del personal policial, convirtiéndose en "uno de ellos", cumpliendo una excelente labor, ganándose el respeto y los favores de todos los vecinos.
Chico se desempeñó como un verdadero can adiestrado que al observar el movimiento de los efectivos se subía de un brinco al móvil policial y salía a cumplir con su deber, con gran vocación de servicio, participando también de varios desfiles cívico-
militares, marchando orgullosamente con sus pares que siempre lo incluían en sus filas y contaban con su olfato.
"Hay muchas anécdotas de Chico, que asombrosamente sabía distinguir quién era el ladrón hasta reducirlos y ponerlos a disposición de la ley. No era cualquier perro, él eligió su oficio y lo desempeñaba muy bien", contó con tristeza un vecino.