El merendero Sembrando Esperanzas, de barrio Siglo XXI, comienza a andar su camino solitario. Y para eso necesita un apoyo solidario de la comunidad.
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El merendero Sembrando Esperanzas, de barrio Siglo XXI, comienza a andar su camino solitario. Y para eso necesita un apoyo solidario de la comunidad.
El merendero está ubicado en el sudeste de la ciudad de Salta y está inmerso en una realidad que conmueve por los altos índices de pobreza que existen en el barrio.
"Yo comencé a darles comida a los niños desde hace casi dos años. Nosotras, como vecinas, sabemos que no tienen las cuatros comidas mínimas porque las familias muchas veces no tienen el dinero para comprar. Entonces decidimos armar este merendero que, al menos, brinda una ayuda. Los chicos vienen, comen, se divierten y se vuelven a sus casas con algo más", dijo Candelaria López, quien es la persona que está al frente del merendero.
Una casa de barrio y una ampliación pequeña. La cocina de familia, un horno grande y la voluntad de cuatro mujeres hacen que todos los días, de lunes a viernes, 35 niños lleguen a recibir una buena merienda. Junto a ella trabajan Margarita, Lili y Carina que son madres más jóvenes que comienzan con la tarea desde la mañana y que a las 16 o 17 brindar los alimentos por tandas porque los chicos son muchos para un espacio pequeño.
"A veces vienen las mamás también a comer y les tenemos que dar. Con ese nivel de necesidades estamos en la zona", dijo Candelaria.
A ese merendero asisten mamás y niños de los barrios Siglo XXI, Libertad y Democracia.
El grave problema de Graciela comenzó cuando cambiaron las autoridades en el Concejo Deliberante capitalino. "A nosotros nos daban un subsidio cuando estaba Ricardo Villada de presidente. Ahora (Matías) Cánepa nos cortó el subsidio y no tenemos más que nuestro trabajo para comprar las cosas", aseguró la mujer.
Ella trabaja de niñera y su esposo es albañil. Mucho no tiene.
Tomma 23
El el miércoles llegó la última ayuda de un grupo de ex estudiantes secundarios franciscanos que se autodenomina Tomma 23. Fueron dos veces hasta el merendero, llevando la primera vez ollas, tazas, platos y cubiertos que Candelaria pedía. Además, llevaron mercaderías y otras ayudas importantes para el lugar.
Ahora concluyeron con su ayuda llevando un tablón que les hacía falta para que todos los niños merienden juntos y ya no más en tandas.
Al grupo de voluntarios también se sumó Liliana Estrada, quien es nutricionista y les brindó asesoramiento y una orientación para diversificar los alimentos.
Ahora bien, este grupo solidario que ya lleva casi 20 años unido está siendo convocado por César Aguierre.
"Nuestra tarea, el compromiso asumido por el grupo con el merendero fue conseguir las cosas que les hacían falta a las mujeres del merendero. Ya las conseguimos y nuestra tarea concluyó. Ahora vamos a seguir por otro camino y con otra tarea solidaria en otro barrio", dijo el delegado César.
El grupo ya estuvo ayudando a un comedor de La Silleta, brindando una cena de Navidad en 2017 como hecho destacado.