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El mandatario renunció esta tarde, un día antes de ser somentido a un nuevo juicio político acusado de comprar votos.
La crisis política que mantiene en vilo a Perú desde diciembre pasado tuvo como protagonista central a Pedro Pablo Kuczynski, el presidente bajo fuego opositor tras las revelaciones del mayor caso de corrupción en la región cuyo origen son los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Presidencia débil
El gobierno de Kuczynski ha sido muy débil desde el inicio. El expresidente ganó las elecciones en 2016 con 50,12% frente a 49.87% de Keiko Fujimori. La candidata no solo demoró en felicitar al presidente electo, sino que anunció una rotunda oposición al gobierno.
Oposición fuerte
Aunque Keiko Fujimori perdió la presidencia, su bancada ganó la mayoría en el Congreso, con 73 congresistas. El fujimorismo se convirtió desde el primer día en una fuerza importante de presión hacia el ejecutivo. En agosto, ya se voceaba en los medios un posible pedido de vacancia presidencial, que se dio de la forma más inesperada.
Caso Odebrecht
Kuczynski estaba comprometido por unos depósitos realizados por Odebrecht a una de sus empresas cuando fue ministro de Economía de Alejandro Toledo. Luego de reiterados mensajes a la Nación, en uno de ellos dio a conocer que si había vacancia, sus vicepresidentes renunciarían, produciéndose así, nuevas elecciones.
Pacto
Kuczynski accedió a indultar al expresidente Alberto Fujimori, condenado por corrupción, por razones humanitarias a cambio del voto de un sector del fujimorimo liderado por Kenji. Tras la votación, Kuczynski conservó el puesto.
Nueva imputación
PPK volvió a ser acusado de incapacidad moral, derivada de que ocultó nexos profesionales con la constructora brasileña Odebrecht, involucrada en casos graves de corrupción en 12 países.
¿Qué es la vacancia?
Es una figura contemplada en la Constitución que le permite al Congreso destituir al presidente en caso de incapacidad moral o física, para lo cual necesita el voto de al menos 87 de los 130 parlamentarios.
Sucesión
Si el vicepresidente Martín Vizacarra no acepta la presidencia, entonces esa responsabilidad le correspondería a la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz, actual jefa del gabinete ministerial. Si ella tampoco acepta asumiría el presidente del Congreso, el opositor Luis Galarreta, pero solo por un tiempo breve para convocar nuevas elecciones generales.
Fuente: La Nación