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Identidad de género: pocas mujeres trans acceden a una jubilación

No logran hacer los aportes por la precariedad en el empleo. El dato se conoce tras el caso de un salteño que cambió de DNI cerca de la edad de retiro para las trabajadoras.
Domingo, 25 de marzo de 2018 00:00

Tras el debate nacional que surgió por el caso de un hombre que habría cambiado de identidad de género solo para jubilarse cinco años antes en Salta, organizaciones sociales difundieron que son contadas las mujeres trans que llegan a obtener una jubilación, por la precariedad laboral que sufren.

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Tras el debate nacional que surgió por el caso de un hombre que habría cambiado de identidad de género solo para jubilarse cinco años antes en Salta, organizaciones sociales difundieron que son contadas las mujeres trans que llegan a obtener una jubilación, por la precariedad laboral que sufren.

El caso de Sergia Lazarovich, que tiene 60 años y hasta hace poco se llamaba Sergio, generó un debate sobre la ley de identidad de género y la edad jubilatoria.

Lazarovich negó que haya modificado su DNI para retirarse antes, luego de que sus compañeros difundieran que no se habría cambiado de nombre por convicción.

Sin embargo, el debate se instaló. Distintas voces repitieron la versión de que muchos podrían estar cambiando sus nombres masculinos a femeninos para dejar de trabajar antes, ya que las mujeres pueden retirarse a los 60 y los hombres a los 65.

En este marco, las organizaciones que trabajan por los derechos de la diversidad sexual difundieron que los beneficios de la seguridad social en realidad siguen siendo inalcanzables para las mujeres trans por el efecto combinado de dos males de la discriminación: "una expectativa de vida de solo 35 años" y "la falta de acceso al mercado laboral formal".

Difundieron que las mujeres trans que lograron jubilarse con su nuevo nombre siguen siendo "contadas con los dedos de las manos", a casi seis años de aprobada la ley de identidad de género.

La norma permitió cambiar de nombre en el DNI sin necesidad de esperar una autorización judicial y sin realizar estudios psicológicos o psiquiátricos.

La semana pasada fue noticia el caso de Jorgelina Pineda, de 60 años, la primera travesti que realizó el trámite en la provincia de Santa Fe.

Una de las mujeres trans próximas a jubilarse en la ciudad de Buenos Aires a pesar de haber hecho su transición antes de los 20 años es Valeria del Mar Pereira (61), sobreviviente de tres décadas en situación de prostitución y del centro clandestino de detención El Pozo de Banfield, donde estuvo detenida 15 días en 1977 por travesti.

"Yo salí a trabajar en la rotonda de Lavallol a los 20 años, justo en 1976. No era consciente de los riesgos: me sentía femenina, me sentía una mujer, me salía de adentro, ¿y qué más iba a hacer? Otra opción no tenía", contó Valeria del Mar, quien accederá al beneficio como ama de casa.

"La mayoría de nosotras no accedemos a un empleo formal sino solo a la prostitución, por eso estamos en la Asociación de Meretrices (Ammar) luchando para que se reconozca el trabajo sexual como trabajo: esa sería una solución porque te podés poner como monotributista", aseguró Valeria del Mar.

Florencia Guimaraes, activista trans integrante de la Corriente Nacional Lohana Berkins, aseguró: "Solo el uno por ciento de nosotras llega a los 60 años".

Entre las 15 mujeres trans fallecidas en los primeros 50 días de 2018, el promedio de edad fue de 36 años, según el Archivo de la Memoria Trans.

"Hoy por hoy no tenemos acceso al trabajo ni formal ni informal, y el 80 por ciento subsiste de la prostitución", agregó Guimaraes, para quién "son contadas con los dedos de las manos las que hoy pueden hacer aportes y el día de mañana tendrán jubilación".

Una de ellas es la catamarqueña Blasia Gómez Reinoso (59) que lleva poco más de un año jubilada tras 35 de ejercicio de la docencia, 6 de los cuales los ejerció como mujer trans.

"Yo primero me casé con el matrimonio igualitario y cuando salió la ley de identidad de género lo hablé con mi pareja que me dijo que lo importante era que yo fuera feliz. Entonces yo, que nunca me había travestido, empecé a transicionar sintiéndome fascinada y muy libre", dijo.

Tras el cambio, Blasia se tomó un par de días antes de volver a la escuela secundaria donde era vicedirectora. Contó que los alumnos la "ovacionaron" por su decisión y que hoy se considera "una privilegiada de formar parte de ese número minúsculo" de jubiladas trans.

Causas de muerte

Las causas de muerte de personas trans son también muy diferentes a las del resto de la población. Predominan el VIH, los asesinatos y los problemas derivados de las inyecciones silicona, según un informe elaborado por el Ministerio Público de la Defensa de la Nación.

El estudio muestra que solo el 9 por ciento tiene un trabajo formal y el 87 por ciento de quienes están en la prostitución la dejarían si pudieran.

"De mis amigas (trans) de mi edad, algunas no están porque antes no había posibilidad de trabajar en otra cosa que no sea la prostitución y se fueron muriendo", dijo la rosarina Jorgelina Pineda (60), quien inició recientemente los trámites de jubilación en Rosario tras 39 años de aportes, los primeros 20 en el Banco Provincia de Santa Fe y el resto en el Ministerio de Transporte.

Guimaraes explicó que las personas que tienen hoy un empleo habiendo asumido su identidad a temprana edad "son las que tuvieron la suerte de entrar al Estado", situación que es más común entre "las compañeras que transicionaron muy de grandes y no tendrán inconvenientes para jubilarse porque pudieron hacer aportes".

Exclusión, complicaciones y esperanza

Una mujer trans podría convertirse en la primera en jubilarse en la provincia.

Tras la difusión del caso de Sergia Lazarovich, la directora del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, Pía Ceballos, habló de la precariedad laboral que sufren las mujeres trans en Salta y de lo lejano que resulta para ellas pensar en una jubilación.

“El año pasado nos presentamos en la Anses con una compañera que llegaba a tener la edad. Fuimos a solicitar la jubilación mínima por ama de casa. Ella jamás tuvo aportes jubilatorios. Es una persona que, en su juventud y hasta hace pocos años, trabajó en la prostitución. Nunca tuvo un empleo formal. Fue expulsada a los 15 años de su hogar y cumplirá 61 años”, relató.

Ceballos aseguró que en marzo del año pasado Anses le respondió a esta mujer trans que no podía acceder al beneficio porque no tenía aportes jubilatorios. “La mandaron a inscribirse en la AFIP como monotributista y le solicitaron realizar aportes durante un año como mínimo. Ahora ya cumplió lo que le pidieron. Con mucho esfuerzo hizo los pagos mínimos, y días atrás logró hacer la presentación para ver si le dan la mínima”, aseguró.

Si llega a jubilarse, sería el primer caso de una salteña trans que obtiene este beneficio. “Vive sola. Pasó meses presa solo por ser trans, sobrevivió a la época de la dictadura y luego a la democracia. Está rogando acceder para sobrevivir. Es una historia de vida distinta a la persona de la que se está hablando”, expresó Pía Ceballos, en referencia a Sergia Lazarovich.

La referente además pidió no relativizar la importancia de la ley de identidad de género por un supuesto caso de estafa.

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