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Después de 35 años, una herida comienza a cerrar

 Finalmente, después de 35 años pudieron conocer, en el cementerio Darwin, la tumba de dos salteños caídos en combate. 
Miércoles, 28 de marzo de 2018 00:00

Tuvieron que aguardar casi 36 años para cerrar una herida. Para conocer dónde estaban enterrados los restos de sus familiares caídos en la Guerra de Malvinas. Fue una larga espera que produjo angustia. Pero finalmente, después de 35 años, para dos familias salteñas, Oscar Blas y Jorge Siterna ya no serán más un "soldado argentino solo conocido por Dios", frase que hacía referencia a los militares no identificados enterrados en el cementerio Darwin, en las Islas Malvinas.

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Tuvieron que aguardar casi 36 años para cerrar una herida. Para conocer dónde estaban enterrados los restos de sus familiares caídos en la Guerra de Malvinas. Fue una larga espera que produjo angustia. Pero finalmente, después de 35 años, para dos familias salteñas, Oscar Blas y Jorge Siterna ya no serán más un "soldado argentino solo conocido por Dios", frase que hacía referencia a los militares no identificados enterrados en el cementerio Darwin, en las Islas Malvinas.

Después de un intenso trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense se pudo conocer con exactitud dónde estaban enterrados los cuerpos de Oscar Humberto Blas y Jorge Luis Sisterna, un sargento del Ejercito Argentino y un cabo segundo de la compañía de Ingenieros Anfibios. Este lunes, en total, 214 familiares de 90 soldados argentinos finalmente pudieron llorar delante de sus tumbas y darles sepulturas a sus hijos, hermanos y tíos.

El regreso

En el contingente que viajó a Malvinas había dos familias salteñas que llegaron a las islas a reencontrarse con los restos de sus seres queridos. Ayer, a las 16.40 arribaron desde Aeroparque al aeropuerto Martín Miguel de Gemes, Walter Blas y Nora Juárez (hijo y esposa de Oscar) con Adelma Méndez y Daniela Sisterna (madre y hermana de Jorge). En una entrevista realizada en el aeropuerto, las dos familias compartieron su relato y la emoción de un viaje que les ayudó a cerrar una cuenta pendiente.

Nora estaba sensiblemente emocionada y prefirió no hablar, es por eso que su hijo Walter de 36 años contó lo que vivieron en el cementerio Darwin. "Fue muy fuerte, muy emotivo, tenía un año y dos meses cuando él falleció y toda una vida esperé este momento", fueron las primeras frases que manifestó el hijo de Oscar, que había visitado las islas cuando tenía diez años.

Adelma Méndez en la tumba de su hijo. Gentileza familia Sistern

"Fue muy fuerte para nosotros ir a cerrar ese duelo. Saber que él está ahí fue inolvidable. Fue una espera larga, los ADN comenzaron hace cinco años y terminaron en diciembre con una buena noticia. Era 50 y 50, esperábamos y no que sea un resultado positivo, pero gracias a Dios se dio así", remarcó.

Hasta hace unas semanas la familia de Oscar Blas no sabía si se hacía o no el viaje. "En un principio no había fecha", explicó Walter. Y agregó: "Este viaje fue para que podamos ir nosotros para cerrar nuestro duelo ahí, realmente es haber dejado a nuestro ser querido".

El hijo de Oscar contó que en las semanas previas al viaje sufrió mucha ansiedad, que se sumaron a las ganas de estar allá. "Mi señora me decía que estaba muy estresado, muy nervioso. Estuve toda una vida esperando esto", acotó.

Walter siguió los pasos de su padre y después de 18 años en el Ejército, asegura que su papá se preparó para ir al combate. "Si bien es una guerra, a la que nadie le gustaría ir, él se preparó para defender a su patria como lo hacemos nosotros día a día. Fueron hombres de bien, hombres de hombría que mostraron toda su garra en Malvinas. Para su familia y para todos nosotros es un orgullo que yo pueda llevar su apellido", resaltó emocionado. Y continuó: "Él está en su patria. Me encantaría tenerlo cerca y poder visitarlo más seguido, no tengo esa posibilidad, me encantaría tenerlo acá pero él hubiera querido estar ahí. Ahora está en su patria, todavía sigue cumpliendo con su deber".

El dolor de perder a un hijo

Adelma y Daniela también regresaron movilizadas sentimentalmente de las islas. "Para mí significó mucho visitar su tumba, fue como sepultarlo. Antes estuve en la isla pero no sabía en qué lugar se encontraba y ahora sé con certeza que está ahí. Son sentimientos encontrados los que tengo, un gran dolor de haber perdido a un hijo y un gran orgullo de saber que él fue lo que quería. Se preparó para eso, era infante de la marina y fue con gusto a Malvinas", explicó la madre de Jorge, quien aseguró que su hijo estaba defendiendo su patria.

Era su hijo mayor y fue muy compañero de su madre. "Sé que en este momento me haría mucha falta por su compañía pero estoy respetando lo que él quiso", manifestó Adelma.

La mayor preocupación de esta madre es luchar contra el olvido, es por eso que aseguró que les está enseñando la historia a sus nietos. "Es para que el día que ya no esté, sean ellos los que sigan recordándolo, que no lo olviden", dijo.

Cuando se enteró de la noticia de que el ADN era positivo, Adelma estuvo un poco caída porque no sabía cuándo iba a viajar. "Estaba desesperada porque quería ir. Al principio nos habían dicho en abril. Estaba muy ansiosa y ahora pienso tranquilizarme un poco y acompañarlo con mis oraciones para que él descanse en paz", expresó. Y agregó: "Significó mucho para mí saber dónde está sepultado mi hijo. Él murió en el cerro Dos Hermanas y por ahí creía que no lo habían levantado o lo habían agarrado prisionero, tantas cosas que he pensado. Cuando me entregan los documentos y vemos todo, era una certeza de que estaba ahí. Estaba ansiosa por ir al lugar", finalizó.

 

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