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16 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Roly Serrano con El Tribuno: “Volver a Salta es cargar las baterías”

Se encuentra en Salta para filmar el cortometraje "Hay coca", a cargo del cineasta salteño José Issa como director y guionista. 
Martes, 10 de abril de 2018 09:15

 

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Nora Figueroa
El Tribuno


Guachipeño, 63 años, se define como un resiliente que tuvo la suerte de encontrarse con gente buena que lo fue llevando por el buen camino. Ese es Roly Serrano, un actor polifacético, con una mirada dulce y una risa firme y estridente. 
Se encuentra en Salta para filmar un cortometraje a cargo de José Issa como director y guionista. “Hay coca” lleva por nombre y tiene un doble sentido entre la idiosincrasia salteña y la actriz fantasía de tantos: la Sarli. 
Café de por medio, en diálogo con El Tribuno recuerda lo dura que fue su vida y lo afortunado que es ahora, aunque le gustaría conocer una mujer madura que lo acompañe. 
Te llaman de Salta para un cortometraje. ¿Cómo tomás la propuesta? ¿Lo pensás? 
Ya estoy grande, tengo 63 años. A esta altura de mi vida me muevo por intuición y afecto. Cuando me llamó José (Issa) no necesité que me diga mucho más, percibo con quien estoy hablando, él está haciendo lo mismo que yo hice de más joven y aunque tiene atrasado un pago del INCAA, que ahora es un despelote, él sigue igual. Le dije ‘ni siquiera me pagues’... cómo no voy a aportar a gente así! 
¿Como es volver a Salta? 
Hace más de dos años que no venía. Volver a Salta es como cargar las baterías. Tanto que hasta estoy pensando en venir a vivir acá. No quiere decir que vaya a dejar la actuación. Hoy con internet y la posibilidad de tomarme un avión para ir a filmar no necesito estar en Buenos Aires. Tengo ganas de poner una escuela de teatro y poder transmitir lo que aprendí. No soy un maestro, pero sí sé que soy un gran transmisor. Y me gustaría aportar un poco a mi provincia. Buenos Aires fue para mí absolutamente necesario en el momento justo, no podría haber hecho nada de lo que hice si no hubiera estado allá. Pero ya está, hice todo lo que quise, no necesito nada más que ser feliz y eso lo voy a poder hacer en mi provincia, con sus tiempos. Hay cosas que todavía se conservan: poder dormir la siesta, hablar a un amigo para que ponga la pava y llegar a tomar unos mates... Hay un lado de humanidad que en las provincias todavía se conserva. 
¿Tenés familia en Salta?
Acá tengo algunos primos con los que me gustaría volver a encontrarme. Mi mamá y tres hermanos a quienes conocí hace nueve años y mis dos hermanas por parte de mi papá los tengo allá. Para mí, una simple casita con lugar para plantar cedrón y una higuerita sería suficiente, no necesito más. 
No tenés grandes ambiciones
¡No, para qué! ¿Cuál sería el sentido? La verdad es que soy un privilegiado, gano bien, pero antes de darme algún gusto, a mi familia no le tiene que faltar nada. No me interesa tener un auto que valga más que un departamento o una casa que yo no pueda limpiar. Me gustaría solo un lugar para traerla a mi mamá. 
¿Que te parece el proyecto de “Hay coca”? 
Es maravilloso. Tiene un lado solidario que es el de un amigo que viene a cumplir una misión casi secreta para esa época (del proceso militar). No sabe ni lo que lleva, pero lo hace para cumplir ese sueño. Hasta casi se muere en la montaña. 
¿Te sentís identificado? 
Totalmente, soy capaz de hacer eso por un amigo. Hay una identificación enorme. 
Ya me pasó algo parecido cuando gané un premio por “Señales”. Me estaba muriendo por la muerte de mi esposa, que para mí fue durísimo, y yo me generé una coraza para sobrevivir. Y para mí también fue una forma de exorcizarme. Por eso tendría que ser obligatorio que en las escuelas los niños aprendan teatro, no para que sean actores, sino para que sean más libres pensadores. 
¿A través de la actuación sanaste heridas?
Sí. Yo tenía una violencia adentro que pude sacarme con el teatro. A mí me golpearon mucho de chico (mis tíos) y tenía violencia contenida. El teatro me ayudó a sacar eso. Uno va sanando a través de los personajes. Si tengo que hacer de un violador, tengo que sentir que lo soy, me tengo que creer que lo que hace ese personaje está bien. Cuando lo terminé de hacer lo limpio, no lo dejo adentro. Los personajes los encuentro adentro y limpio lo malo, además de tomar cosas de afuera. Los personajes se arman como las comidas, que se hacen con lo que encontrás en la heladera y salen riquísimas. 
¿Estas solo? ¿Tenés ganas de estar en pareja?
Por ahora estoy solo y me muero por estar en pareja, aunque no tengo a nadie en vista. Es muy difícil para alguien famoso, porque si me enamoro de la señora de la vuelta que vende verduras, no me va a creer. Hay un prejuicio con el famoso. Podría ser una salteña como los grandes actores de Hollywood. La salteña es una mujer hermosa que tiene la particularidad del crisol de razas, la mezcla de lo criollo con lo europeo.
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La palabra de José Issa

“Hay coca” fue la historia elegida por el concurso “Historias Breves” del INCAA, que además contará con la actuación del actor Cástulo Guerra, quien se encuentra en Salta por otra producción. 
La historia trata de “la censura en la presidencia de Onganía y el sistema ferroviario, con referencia a Ricardo Mauri y su obra, el viaducto La Polvorilla, además de la censura del cine. Es una oportunidad de mostrar la provincia, su cultura y paisajes a nivel internacional ya que participará en festivales de cine del mundo”, relató su director. 

 
 

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