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Apoyos formales y signos confusos

La insólita intervención entregó el partido al sector que responde a Massa
Viernes, 13 de abril de 2018 00:00

La soledad de José Luis Gioja, acompañado por la intendenta Verónica Magario y unos pocos más, el miércoles por la noche, fue un síntoma de la fragilidad del partido más poderoso de la Argentina de 1930 en adelante. Esa tarde se movilizó tan poca gente que la imagen contrastaba con la marcha de apoyo a Hugo Moyano, siete semanas atrás.

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La soledad de José Luis Gioja, acompañado por la intendenta Verónica Magario y unos pocos más, el miércoles por la noche, fue un síntoma de la fragilidad del partido más poderoso de la Argentina de 1930 en adelante. Esa tarde se movilizó tan poca gente que la imagen contrastaba con la marcha de apoyo a Hugo Moyano, siete semanas atrás.

La intervención dispuesta por la jueza Romilda Servini de Cubría fue cuestionada hasta por el fiscal Jorge Di Lello, pero Gioja, y luego, a coro, todos los consejos provinciales, acusaron al Gobierno nacional de "utilizar políticamente a la Justicia".

Gioja dijo ayer que "el Gobierno festeja la intervención del partido". Más allá de que el PJ no parece hoy más que un instrumento formal para pequeños liderazgos no consolidados, es probable que el macrismo salga beneficiado, como ocurre cada vez que un desatino muestra la falta de sincronización y de objetivos en el peronismo.

Ningún gobernador ni tampoco Florencio Randazzo o Sergio Massa salieron en defensa de las autoridades desplazadas. Y el pedido de intervención fue realizado por los gremialistas Carlos Acuña, que también integra el triunvirato de la CGT; Oscar Guillermo Rojas y Horacio Alberto Valdez. Y el interventor designado es un massista básico: Luis Barrionuevo, quien acusó a Gioja de haber "aprobado entre gallos y medianoche una cláusula que suspenda la obligación de elegir a los miembros del consejo nacional por el voto secreto y directo". En los últimos treinta años pocas cosas se hicieron en el PJ que no fuera "entre gallos y medianoche".

La sobreactuación de Agustín Rossi, Axel Kicillof o Pablo Moyano no agregan credibilidad a la reacción de Gioja. Ayer, de todos modos, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, tomó distancia de la intervención del Partido Justicialista señalando que es una decisión que debe "fundamentar y explicar" la Justicia, y calificó a los argumentos de los justicialistas como "teorías conspirativas". "Cuando las instituciones funcionan, a veces nos pueden gustar y a veces no, las cosas que ocurren, y uno puede opinar obviamente sobre eso", añadió.

El titular de la UCR, Alfredo Cornejo, consideró que "no es bueno que la Justicia intervenga en la vida de los partidos políticos", aunque opinó que el PJ "no cumplió con las normas".

El bloque Justicialista de Diputados, que preside Pablo Kosiner, dijo que "el fallo que ordena la intervención del PJ carece de fundamentos jurídicos", pero, en medio de reproches a los protagonistas de la accidenta vida partidaria, destacó "la obligación de reconstruir una verdadera alternativa para todos los argentinos".

Mientras que el fluctuante ex jefe de Gabinete Alberto Fernández afirmaba que el fallo de Servini "le da la razón a Cristina" sobre el uso político de la Justicia, el histórico peronista Julio Bárbaro sostuvo: "Hace años se pide la intervención... Gioja era patético, me daba mucha vergenza", y añadió: "Es un oficialista crónico: aplaudió a Menem, a Kirchner .... es un aplaudidor".

Respecto al fallo, Bárbaro dijo que "lo que hizo es tomar una cantidad de denuncias y llevarlas adelante", y remarcó que quienes estaban al frente del partido "se querían quedar para siempre".

 

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