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Para los evacuados de La Curvita, las clases comenzarán recién el lunes

Los autoevacuados que se asentaron en Mecle, a la vera de la ruta 54, destecharon la escuela de La Curvita, que está anegada, para armar un refugio en el asentamiento. La escuela tenía 160 alumnos.
Jueves, 19 de abril de 2018 00:00

Cuando decimos que el río crece y arrastra hasta sus vidas, huelga la exageración. Unas 30 familias wichis de La Curvita, un paraje de Santa Victoria Este, tuvieron que alzar sus chicos y sus perros para escapar del agua que se hizo dueña del Chaco salteño en enero pasado y desde entonces viven en carpas, a la vera de la ruta provincial 54, a la altura de un paraje que llaman Mecle (apellido de un célebre médico del Chaco salteño que dedicó sus atenciones a los vecinos de esta región). Para los 160 chicos de La Curvita y otras comunidades cercanas, donde el agua subió arriba de los 80 centímetros y dejó un colchón profundo de barro, las clases todavía no comenzaron. El Ministerio de Educación de la provincia dispuso para ellos dos aulas móviles equipadas con agua, luz y aire acondicionado que recién terminaron de instalarse para que las clases comiencen el próximo lunes 23 de este abril, de acuerdo a lo anunciado oficialmente.

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Cuando decimos que el río crece y arrastra hasta sus vidas, huelga la exageración. Unas 30 familias wichis de La Curvita, un paraje de Santa Victoria Este, tuvieron que alzar sus chicos y sus perros para escapar del agua que se hizo dueña del Chaco salteño en enero pasado y desde entonces viven en carpas, a la vera de la ruta provincial 54, a la altura de un paraje que llaman Mecle (apellido de un célebre médico del Chaco salteño que dedicó sus atenciones a los vecinos de esta región). Para los 160 chicos de La Curvita y otras comunidades cercanas, donde el agua subió arriba de los 80 centímetros y dejó un colchón profundo de barro, las clases todavía no comenzaron. El Ministerio de Educación de la provincia dispuso para ellos dos aulas móviles equipadas con agua, luz y aire acondicionado que recién terminaron de instalarse para que las clases comiencen el próximo lunes 23 de este abril, de acuerdo a lo anunciado oficialmente.

Esto parece no agradar a las familias wichis y criollas azotadas por el desarraigo, por el abandono que sienten, porque los días y los meses pasan mientras ellos pernoctan miserablemente en carpas de plástico negro con acceso apenas a algún bocado para distraer la panza. No creen que sus hijos, que son 160 entre nivel inicial y séptimo grado, puedan estudiar en dos aulas móviles ni tampoco creen que sea posible volver a pisar La Curvita, una zona definitivamente ganada por el río.

Con este panorama, los caciques de estas comunidades decidieron ir hasta la empantanada Curvita y sacar las chapas del techo de la escuela que parece no servir más, para llevarlas hasta Mecle, donde intentan armar algo que les sirva de refugio y soporte para la educación de los chicos.

Rogelio Segundo, cacique de la comunidad, con la ayuda de vecinos de Santa Victoria, trasladaron las chapas hacia donde funcionarán las aulas móviles que, a juzgar por la cantidad de alumnos, resultarán insuficientes. Segundo aclaró en nombre de los suyos, que no piensan volver al área inundable.

Retirada el agua, el colchón de barro que quedó arruinó todo lo que había en La Curvita

Desde la Dirección General de Educación Primaria de la Provincia dicen que no se sabe si se podrá volver a usar la escuela de La Curvita por los daños que sufrió con la inundación. Marcelo Valencia, director de esta cartera, dijo: "Esa escuela fue muy afectada por el desborde del Pilcomayo, de hecho fue trasladada toda la población del lugar". Agregó: "A la escuela entraron 80 centímetros de agua y barro. Tiene 4 aulas, 2 salas de nivel inicial, un salón de usos múltiples, una galería comedor, cocina y baños, y cuenta con una matrícula de 160 alumnos desde la sala de 4 años hasta 7§ grado; todo inutilizado ahora".

Foto: Javier Corbalán

Sobre el inicio tardío de clases el próximo lunes, Valencia explicó: "El 17 de marzo se enviaron las aulas móviles a la zona para ser instaladas. Esta situación va a durar hasta que las autoridades evalúen si se podrá volver a la escuela o si se debe construir otro edificio".

Del atraso de más de un mes en los programas, el director comentó: "Vamos a garantizar la educación de los niños y aunque se ha perdido un mes por situación de emergencia les aseguramos que se van a implementar los mecanismos para ponernos al día con los programas".

Los chicos de La Curvita no son los únicos que aún están sin clases. La escuela del paraje Hito Uno, por falta de agua tampoco está dictando clases, lo que genera una gran preocupación en todas esas humildes familias del Chaco salteño, sumidas en el silencio y en tal nivel de pobreza que todos los valores, incluso la educación, se alinean detrás de otras prioridades básicas.

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