En la lejana San Francisco tal vez quedó diluida la última esperanza de ascenso a la B Nacional para Gimnasia y Tiro... a no ser que se produzca el “milagro” que aún algunos esperan: que se apruebe la reestructuración de la B Nacional que se tratará en AFA la próxima semana y que el albo, que no llegaría por mérito deportivo, sea tenido en cuenta para una hipotética invitación.
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En la lejana San Francisco tal vez quedó diluida la última esperanza de ascenso a la B Nacional para Gimnasia y Tiro... a no ser que se produzca el “milagro” que aún algunos esperan: que se apruebe la reestructuración de la B Nacional que se tratará en AFA la próxima semana y que el albo, que no llegaría por mérito deportivo, sea tenido en cuenta para una hipotética invitación.
Sin embargo, permitiéndose un básico juego de palabras, lo único cierto en relación al futuro futbolístico del albo es que no hay nada cierto, concreto, real y palpable. Y lo único que roza más de cerca una certeza es que Víctor Riggio, prácticamente en un 90 por ciento, seguirá en la conducción técnica para el segundo semestre de 2018, aunque aún resta concretarse un cónclave vital entre el entrenador y la dirigencia. Con relación a la futura temporada futbolística, es muy difícil planificar en serio cuando no hay luces que aporten claridad en el horizonte, porque tampoco se sabe el impacto que tendrá la posible reestructuración de la máxima divisional de ascenso en la tercera categoría, la forma de disputa, las plazas en juego y todo lo inherente al futuro torneo Federal A.
Y en el caso de Gimnasia, el principal tema de discusión de la mesa de decisiones, puertas para adentro, es el presupuesto que se le destinará este vez al fútbol. Por lo bajo, se dice que hay quienes ya ven como un estorbo las sucesivas apuestas fallidas con el fútbol profesional y que se impone en CD la idea de reducir considerablemente el presupuesto, abrir las compuertas de la cantera, confeccionar un plantel mayoritariamente local y darle un corte a la llegada masiva de refuerzos foráneos, como sucede año a año, y fundamentalmente en 2017, cuando se desarmó una base y arribaron 18 incorporaciones. Otro grupo aún se abraza a la idea de volver a apostar por el ascenso.
Pero esto no solo estará supeditado a la tendencia que se imponga en la CD del albo, sino también a la estructura del próximo campeonato.
Si bien esta disyuntiva está postergando los diálogos individuales entre dirigentes y jugadores para resolver el futuro de cada uno y la inevitable “limpieza” que habrá en el plantel, El Tribuno realizó un “uno por uno” para intentar clarificar quiénes continuarían y quiénes se irían si es que se impone la intención del Tano de retener a una base y rearmar un plantel que se presuma con aspiraciones de competir.
Mauro Leguiza: Tiene contrato por un año más, convencieron sus atajadas en partidos clave y para la dirigencia es además una apuesta a futuro.
Damián Cebreiro: Nunca tuvo una chance bajo los tres palos y tampoco estaría en la consideración para lo que viene.
Álvaro Cazula: Sin dudas, la revelación de la temporada, asentándose como marcador central. Sigue y hay muchas ilusiones depositadas en él.
Nelson Ibarlucea: Su buen segundo semestre, su solidez como marcador central y su oficio le dan chances de seguir.
Julio Villarino: Otro defensor con oficio y pocas chances en el último torneo por una larga lesión. Apuntado para seguir.
Gabriel Zuvinikar: El Colorado perdió el puesto en el octogonal y no tendría lugar en el próximo proyecto.
Jonathan Medina: Pese a su expulsión infantil en la final, su rendimiento en la banda izquierda conformó. Seguiría.
Jonathan Hereñú: Otra de las previsibles bajas, pese a su mejoría y evolución.
Nicolás López Macri: De los de mejor rendimiento en el año. La idea del DT es que siga.
Maximiliano López: Está en los planes de Riggio.
Fabio Giménez: Pese a los vaivenes de sus rendimientos, continuaría en Gimnasia.
Nicolás Issa: Se recuperó y volvió a demostrar sus condiciones. Tiene pulgar arriba.
Lautaro Ceratto: Poca continuidad en el último torneo, no tendría lugar en el que viene.
Pablo Agüero: Pocas chances de volver a ser considerado.
Raúl Poclaba: El más discutido y resistido del proceso. Fue el primero en desvincularse.
Pablo Motta: El de mejor rendimiento en la temporada. Ya es referente, tiene ascendencia, 35 años y quiere retirarse en Gimnasia.
Juan José Arraya: Sus incidentes y su comportamiento le bajan el pulgar. Además, se le vence el préstamo.
Alejandro Toledo: Fue el goleador del equipo y sus características lo hicieron funcional al esquema del Tano.
Luciano Herrera: La otra revelación. Si bien fue titular y es una realidad, estiman que llegó su momento y puede explotar en el campeonato que viene.
Luis Rivero: No jugó casi nunca, tuvo seguidilla de lesiones y no seguirá.
Gonzalo Garavano: No continuará, por el mismo motivo que Rivero.
Ivo Chaves: Debe retornar a Talleres de Córdoba.