Hoy, desde las 9, en los campos del Pucará Grande, en inmediaciones del viejo camino a Los Vallistos, al sur de Rosario de Lerma, se conmemorará el 201 aniversario de la batalla de Rosario de Lerma, dada por los gauchos de Gemes el 28 de abril de 1817.
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Hoy, desde las 9, en los campos del Pucará Grande, en inmediaciones del viejo camino a Los Vallistos, al sur de Rosario de Lerma, se conmemorará el 201 aniversario de la batalla de Rosario de Lerma, dada por los gauchos de Gemes el 28 de abril de 1817.
Las fuerzas reunidas por Luis Burela, Juan Antonio Rojas, Pedro José Zavala, Bernardino de Olivera, Bonifacio Ruiz de los Llanos y Jorge Torino de Viana atacaron al ya diezmado, aunque bien entrenado y bien armado ejército realista.
Duró pocas horas la batalla y el triunfo fue de los patriotas.
Y fue lo suficientemente importante para que los realistas reconocieran el fracaso de su plan para recuperar el virreinato, descabezado con la Revolución de Mayo.
Esta acción de guerra existió y está documentada por los historiados Bernardo Frías, Atilio Cornejo, Ricardo Solá, en un estudio del 10 de abril del año 1935, encargado por el entonces gobernador de Salta Avelino Aráoz bajo el nombre de "Lugares Históricos de Salta". También figuran los antecedentes de la batalla de Rosario de Lerma en el tercer tomo de la historia de Belgrano, escrita por Bartolomé Mitre.
Así de claro y contundente, la comunidad comenzó a reivindicar un hecho histórico, el cual fue vapuleado por un dirigente gaucho, que en ocasión de la conmemoración del año pasado mencionó que "nunca hubo una batalla" y que "el combate fue el 23 de abril del año 1817".
A lo que agregó una desafortunada frase: "Y al que no le gusta, que se rasque con un marlo". Las palabras del expresidente de la Agrupación Tradicionalistas Gauchos de Gemes, calaron hondo en la comunidad rosarina.
A tal punto que distintos referentes iniciaron una serie de investigaciones a propósito de estos dichos y una nota periodística sobre el tema.
"No puede ser que un personaje pintoresco (Diez San Millán) haya venido en nombre de una institución a cambiar la historia; lo peor fue que hizo cambiar la fecha y en ese momento nadie dijo nada. Fue el epicentro de un bochorno que vapuleó a nuestros antepasados, que constituyen nuestra historia y esencia", destacó Alicia Nebreda, escritora que repudió los dichos del año pasado y ahora pregona la elaboración de un documento que reivindique la historia.
Y agregó: "Debe realizarse, con motivo de un nuevo aniversario de esta batalla, un acto de desagravio de lo sucedido, desde el desconocimiento total de nuestra historia. Fue mal intencionado decir que fue la batalla del 23 de abril de 1817, cuando la documentación de numerosos historiadores data del 28 del mismo año".
Toda la documentación fue puesta a disposición del Concejo Deliberante local y la Municipalidad, para que se concrete el ansiado libro sobre la historia de Rosario de Lerma.
"Hay que levantar una piedra y nos encontramos con la historia, porque la tenemos y no necesitamos que venga un señor a cambiar esas páginas de gloria. A los que le justa desprestigiar nuestras raíces sepan que Gemes supo reunirse en la casa de Julio Wierna con Jorge Torino, preparando la defensa de Salta, que todo está documentado en los archivos de Salta", acotó Liliana Armo nía.
La fecha histórica es el 28 de abril
Hay varias expresiones coincidentes entre reconocidos autores locales y nacionales.
Vista del acto oficial del año pasado.
Dice Bernardo Frías, en su obra “Historia de Güemes y la provincia de Salta”, que la época fijada para la partida de la expedición realista al valle fue exactamente la noche del 20 de abril. La misma estaba al mando del coronel Vicente Sardina, afamado oficial de caballería llegado de España.
Y sigue: “Al amanecer del 21 se encontró la vanguardia española con la vanguardia de Güemes, que mandaba Luis Burela en el punto de los Cerrillos. Aquí dio comienzo aquella tremenda lucha. Y lo afirma el mismo Güemes; que no hubo cesación de fuego por más de veinticuatro horas, incluso en la oscuridad de la noche. Así hasta llegar a Sumalao. Y luego en la hacienda de Gauna se batieron por tercera vez con las ya reforzadas fuerzas de Burela, Pablo Latorre y Bonifacio Ruiz de los Llanos. Cuando al fin llegaron al Bañado (El Carril), donde el 24 se produce la famosa emboscada, donde Sardina cae herido de muerte por un certero disparo de fusil en manos del ‘pasado’ soldado español Bernardo Mas. Tomando el mando el coronel Antonio Vigil.
A todo esto, el 25 de abril, chocan con las fuerzas patriotas de Burela, Zavala y Torino justamente en Escoipe. Y el 26 en Pulares. Luego de marchas y contramarchas junto al permanente aguijoneo de las milicias gauchas, que les hacen imposible avanzar, los realistas dan por fracasada la expedición al valle y resuelven volver a Salta.
Para eso, son llevados a tomar otro camino; aquél que conduce directamente a Rosario de Lerma. Aquí Güemes elije dar la carga general, en el descampado llamado el “Pucará Grande”, donde están todas las fuerzas reunidas. Cada compañía contaba con unos 300 hombres, los que se enfrentaron con una fuerza no menos respetable de un ejército muy entrenado y mejor armado.
“Sin entrar en controversias ni tomar en cuenta declaraciones e informes periodísticos vertidos durante el transcurso del aniversario de la batalla el año pasado, nosotros reafirmamos que la batalla de Rosario de Lerma sea tomada como un verdadero legado de todo el valle”, comentó Hugo Galván, escritor, periodista e historiador.