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Los 80 años de la “mancha negra”

Fue el acto público más importante realizado fuera de la Alemania nazi.
Domingo, 29 de abril de 2018 00:40

Hace pocos días se cumplió el 80º aniversario del acto -según crónicas de la época- más importante que se realizó fuera de la Alemania nazi, en adhesión al régimen de Adolf Hitler.

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Hace pocos días se cumplió el 80º aniversario del acto -según crónicas de la época- más importante que se realizó fuera de la Alemania nazi, en adhesión al régimen de Adolf Hitler.

Por décadas, este “meeting” o acto público permaneció en el olvido o más propiamente escondido. Una curiosa amnesia que atacó a varios de nuestros destacados intelectuales e historiadores que casi a mitad del siglo XX, comenzaron a difundir y sostener que el “nazismo”, había arribado a estas playas del Río de la Plata, de la mano del peronismo.

Por suerte, los archivos de los diarios sirven muchas veces para desnudar las verdades histórica.
Así fue que una crónica del diario La Prensa de abril de 1938, es hoy un ejemplo claro de cómo destacados intelectuales manipularon y distorsionaron la verdad echando mano a aquella frase famosa de Joseph Goebbels “miente, miente que algo quedará”.

La crónica reveladora

Aquella valiosa crónica de La Prensa, recién sacada a luz en abril de 2013, dice así:

“Pocos recuerdan, la mayoría lo ignora. Sin embargo Argentina ha vivido en estos días el 75º aniversario de otra vergonzosa ‘mancha negra’ de su historia contemporánea: el masivo mitin de apoyo al III Reich de la Alemania nazi que hubo el 10 de abril de 1938 en el polideportivo porteño Luna Park, el mayor de ese tipo realizado nunca fuera de Alemania.

Aquel día unos 15 mil nazis argentinos festejaron el ‘anschluss’ o anexión de Austria por el régimen nazi, en la misma jornada en que Adolf Hitler realizaba en Alemania un plebiscito y ganaba con 99% de votos. La embajada alemana quiso realizar el referéndum en la Argentina pero no se lo permitieron y debió conformarse con la ‘fiesta’”.

El Luna Park y la simbología nazi a pleno.

La extraterritorialidad

La Alemania nazi siempre soñó con la extraterritorialidad de ultramar y casi lo consigue en Argentina.

El partido Nacional Socialista Alemán local (argentino) alcanzó los 70.000 afiliados. Y muchos de ellos se enfervorizaron en aquel Luna Park a tope de gente coreando “¡Heil Hitler!” y el himno partidario “Horst Wessel Lied”.
Todo, en un escenario imponente encabezado con banderas alemanas y argentinas gigantes, cruces esvásticas enormes, uniformes nazi camisa parda, corbata, cinto, trincha y brazalete rojo con esvástica y un orden casi militar, según consignó la crónica del diario La Prensa.

“Un pueblo...”

Bajo la inscripción en alemán “Un pueblo, una nación, un conductor”, el encargado de negocios de la embajada de Alemania, Erich Otto Meynen, arengó a la concurrencia. El público enloqueció, se puso de pie y bramó “¡Heil Führer!” saludando con el brazo en alto.
Mientras tanto, en la cercana plaza San Martín, grupos de jóvenes democraticos convocaron a una manifestación antinazi (¿FORJA?) pero la Policía reprimió y causó dos muertos y 57 detenidos. Por entonces Argentina vivía el régimen conocido como la “década infame’, de gobiernos surgidos de fraude electoral”.

Otra vista del acto del 10 de abril de 1938.

La década infame

Era presidente de la República Argentina, don Roberto Marcelino Ortíz (UCR Antipersonalista), autor de una de las medidas más controvertidas que se tomó en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Fue la circular secreta antisemita firmada en 1938 por su canciller Dr. José María Cantilo. La norma ordenaba “a cónsules argentinos en Europa, negar los visados a “indeseables o expulsados”, en alusión a los ciudadanos judíos de ese continente.

La circular secreta

La Circular MREyC Nº11/1938, dictada durante la presidencia de Roberto M. Ortiz de la “concordancia” (atipersonalista y conservadores), estaba destinada específicamente a impedir la entrada al país de judíos europeos que huían del régimen nazi.

El 12 de julio de 1938, poco después de iniciada su gestión, dictó la mencionada Circular 11 destinada a los embajadores argentinos en Europa, en la que se les ordenaba textualmente “negar la visación, aún a título de turista o pasajero en tránsito, a toda persona que fundadamente se considere que abandona o ha abandonado su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera sea el motivo de su expulsión”.

La razón estaba ligada a las quejas que había hecho llegar el gobierno de la Alemania nazi por el refugio que se daba tanto a dirigentes opositores como a judíos que huían de su país.

En la práctica, aunque no fue uniformemente acatada en todos los casos y hubo miles de refugiados judíos en la Argentina, significó un serio obstáculo para la huida de judíos desde Alemania o de los países invadidos por los nazis en dirección a la Argentina.

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