¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

22°
29 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Empleados públicos, ¿sobran o faltan?

Jueves, 05 de abril de 2018 00:00

Que los empleados públicos viven en una permanente zozobra, no hay duda. Sujetos a los vaivenes de la política, saben que la cláusula constitucional de "estabilidad del empleado público" es una entelequia y pende cual espada de Damocles la permanente amenaza de ser considerados "prescindibles" (con la connotación emocional que implica tal calificativo). Por el contrario, sostener que faltan empleados públicos parecería contradecir la difundida creencia de que el empleo público se ha convertido en un mero artilugio del clientelismo político y en una especie de seguro contra el desempleo. Esta creencia se refuerza cuando uno recorre ciertos burocráticos pasillos de algún organismo y descubre las mil y una formas de pintarse las uñas; la variedad de entremeses gastronómicos que pueden existir (desayuno, brunch, merienda, refrigerio, mateadas, etc.) o la riqueza de recursos que presenta un celular o una PC a la hora de no aburrirse. De todas formas, este tipo de argumentación transforma en acusados a quienes son víctimas de un sistema perverso, cuyos únicos responsables son los funcionarios de turno.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Que los empleados públicos viven en una permanente zozobra, no hay duda. Sujetos a los vaivenes de la política, saben que la cláusula constitucional de "estabilidad del empleado público" es una entelequia y pende cual espada de Damocles la permanente amenaza de ser considerados "prescindibles" (con la connotación emocional que implica tal calificativo). Por el contrario, sostener que faltan empleados públicos parecería contradecir la difundida creencia de que el empleo público se ha convertido en un mero artilugio del clientelismo político y en una especie de seguro contra el desempleo. Esta creencia se refuerza cuando uno recorre ciertos burocráticos pasillos de algún organismo y descubre las mil y una formas de pintarse las uñas; la variedad de entremeses gastronómicos que pueden existir (desayuno, brunch, merienda, refrigerio, mateadas, etc.) o la riqueza de recursos que presenta un celular o una PC a la hora de no aburrirse. De todas formas, este tipo de argumentación transforma en acusados a quienes son víctimas de un sistema perverso, cuyos únicos responsables son los funcionarios de turno.

Ahora bien, en definitiva, Argentina ¿tiene, o no, un exceso de empleados públicos? Esto viene a colación del decreto conocido esta semana, a través del cual el Gobierno nacional "invita" al retiro voluntario a trabajadores mayores de 60 años. De acuerdo a datos provistos por la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), hay 3,9 millones de trabajadores públicos en el país, contemplando los tres niveles de gobierno (nacional, provincial, municipal). Es decir que, hacia 2016, el empleo público representaba el 18,8% del total de trabajadores, cifra que coincide (18,1%) con la establecida en el informe del año 2015 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Pero un dato que sorprende es que algunos de los países más avanzados se acercan a la tercera parte de sus trabajadores ocupados en el sector estatal. Es el caso de los países escandinavos, con porcentajes que giran en torno al 30% del total de trabajadores. Bélgica, Canadá y Gran Bretaña tienen una proporción de empleo público similar a la de Argentina. Nosotros superamos por amplio margen a todos los países de América Latina (Uruguay: 12,7%; Brasil: 11,5%; México y Chile: 10%).

Pero la preocupación de achicar el Estado nacional tendrá un efecto ínfimo sobre el gasto público, ya que entre 2003 y 2015 creció un 60% la cantidad de empleados públicos provinciales. A fines del 2016 había 3.490.000 empleados públicos en todo el país. Del total, 740.000 corresponden al Gobierno nacional (21%), 2.297.000 a las provincias (66%) y 451.000 a los municipios (13%). Esto significa que el 80% de la cantidad de empleados públicos se concentra entre provincias y municipios. Las provincias del noroeste tienen la particularidad de tener una proporción mayor de empleados en el sector público que en el sector privado.

De tal manera la propuesta de retiro voluntario será como una gota en el océano, como lo fue la publicitada medida de prohibir los parentescos en la administración pública que permitió la reducción de la formidable cifra de ­doce empleados!

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD