La droga volvió a estar presente en un hecho de sangre. Jóvenes marginados del sistema volvieron a enfrentarse luego de haber consumido drogas dejando el saldo de un menor agonizando en la vía pública, falleció cuando era trasladado al hospital San Vicente de Paul. Ocurrió en la madrugada de ayer en el barrio San Antonio, de Orán, pasaje Sargento Cabral.
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La droga volvió a estar presente en un hecho de sangre. Jóvenes marginados del sistema volvieron a enfrentarse luego de haber consumido drogas dejando el saldo de un menor agonizando en la vía pública, falleció cuando era trasladado al hospital San Vicente de Paul. Ocurrió en la madrugada de ayer en el barrio San Antonio, de Orán, pasaje Sargento Cabral.
Por motivos que hasta el momento se desconocen, un menor de 17 años y otro joven de 22, quienes consumían drogas junto a un grupo de amigos, se retaron a pelear. El primero sacó un arma blanca e hirió de muerte al más grande, quien recibió un corte en el abdomen que le habría provocado un shock hipovolémico cuando era trasladado de urgencia al hospital zonal.
Según fuentes oficiales, el joven de 22 años, identificado por la policía como Abel Smither, llegó sin signos vitales al instituto médico.
Según datos extraoficiales, en lo que va del año la ciudad norteña cuenta con cerca de diez homicidios, se trata de una zona caliente en materia criminal. El enorme consumo de sustancias prohibidas en muchos de los jóvenes involucrados en sangrientos episodios no deja de sorprender a los organismos encargados de velar por la salud y el cuidado de quienes luego de ocurrido el suceso pasan a ser victimarios de cruentos homicidios.
El joven víctima del octavo homicidio en Orán hacía prácticamente ocho años que era adicto a las drogas, sobre todo a la pasta base. Estuvo bajo rehabilitación, sin embargo no pudo alejarse de ese nefasto universo y volvió a incurrir una y otra vez. En medio de un círculo de amigos, el destino le jugó una mala pasada y esta vez no pudo zafar, un puñal incrustado por un menor de 17 años, quien sería conocido de la víctima, terminó con su vida.
Una vecina alertó
Cerca de la media noche una mujer, vecina de San Antonio, antes de ingresar a su casa observó a un joven malherido en la esquina. Según la señora, el muchacho estaba tambaleante y como podía solicitaba auxilio, alguien que lo ayudara. Se acercó hasta donde estaba Abel Smither y, tras ver la sangre, de inmediato alertó al 911.
Una ambulancia del Samec llegó hasta el lugar donde el joven de 22 años peleaba por sobrevivir, fue trasladado de urgencia sin poder llegar con vida al hospital. Según manifestaron algunos vecinos, se trata de una esquina donde suelen juntarse los jóvenes -muchos menores de edad- a consumir drogas.
Cerca de media hora transcurrió hasta que el menor de 17 años, acusado del homicidio, fue capturado por personal de la Brigada de Investigaciones de esa ciudad. El arma blanca que habría utilizado el joven para matar a Smither quedó secuestrada.
Récord en 2017
Las cifras del año pasado respecto a los homicidios ocurridos en Orán fueron verdaderamente alarmantes, tasa de homicidios en la provincia que fue publicada por el mismo Ministerio Público Fiscal. El inédito crecimiento de dichos números en Salta indicaron que en Orán los hechos de sangre a causa de algún tipo de homicidio pasaran de ser 9 en 2016 a 26 en 2017, de los cuales 16 ocurrieron en la ciudad cabecera.
El distrito Orán registró, según datos oficiales, el incremento más notable triplicando la cifra de un año a otro.™
El consumo y el delito
Opinión de Silvina Elvira (Jefa de Programa Tinku Orán)
Desde el punto de vista investigativo no podemos asociar en una relación causa/efecto que la persona que consume sustancias necesariamente sea violenta. La intoxicación lo que hace es agudizar el proceso, en ese sentido si se trata de una persona con rasgos violentos, al consumir puede que esa violencia se exacerbe, si es depresiva puede que se autolesione o tenga conductas también que se pueden potenciar por lo cosumido. Hay que tener en cuenta que ni la droga ni el alcohol son desencadenantes de la violencia, el alcohol por ejemplo es una sustancia que deprime el sistema inmunológico y sistema nervioso central provocando somnolencia, mareos.
El consumo de alcohol tiene un efecto paradojal, entonces en una primera instancia potencia conductas que la persona tiene como características personales. Quienes son agresivos por lo general no tendrán control de la conciencia y es ahí donde detona este tipo de hechos que terminan con el fallecimiento de alguna persona.
Tampoco se puede decir que el consumo de sustancias esté asociado a los delitos. En el último tiempo en Orán no solo se incrementó el consumo sino también se visibilizó.