Para uno de los pocos médicos especializados en la atención de personas trans en la provincia es necesario un protocolo que establezca requisitos, como estudios psicológicos, para realizar tratatamientos y operaciones de reasignación. Desde el colectivo de mujeres trans cuestionan esta idea.
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Para uno de los pocos médicos especializados en la atención de personas trans en la provincia es necesario un protocolo que establezca requisitos, como estudios psicológicos, para realizar tratatamientos y operaciones de reasignación. Desde el colectivo de mujeres trans cuestionan esta idea.
"Toda cirugía plástica necesita autorización legal y psicológica, hay todo un protocolo que ayuda a la paciente a autodefinirse. Porque hay pacientes que están definidos y otros no. Ante ese abanico, necesitamos el aval de salud mental por sobre el del cirujano, porque es el que va a hacer la reposición de los tejidos. Un tratamiento hormonal es irreversible, se vuelve a cero, se necesita estar seguro", aseguró el médico.
Consultado por las quejas de la comunidad trans, sostuvo que a "la mujer que se siente mujer no le va a importar cumplir con todo el protocolo, porque el objetivo es llegar al final", advirtió el profesional, que realizó hace algunas semanas la primera intervención de reasignación de género financiada por una obra social.
Reconoce la ley, pero sostiene que su rol es el de hacer que se cumpla un proceso, porque "convertimos a la gente en lo que quiere ser, desde el principio al fin".
Enumera que los trámites requeridos para las intervenciones y antes de "poner un bisturí sobre una persona", son: presentar estudios de endocrinológica, psicología y autorización por parte del cirujano.
Los pasos administrativos, son para él una forma de asegurarse de la decisión de la o el paciente. Resaltó que estos pasos previos sirven para "ayudar a la paciente en su identidad de género".
Lo que la comunidad trans consideran obstáculos administrativos, para el cirujano es parte de un proceso para "llegar bien, y no a medias".
Coronel realizó las primeras intervenciones luego de capacitarse con profesionales de Buenos Aires. Además de la reasignación de género, llevó a cabo implantes mamarios y de glúteos. Es parte del grupo de profesionales del Observatorio para la Promoción de Derechos de la Diversidad.
La solución santafesina
La Provincia ya financió 22 operaciones de cambio de género.
La casa LGBTI, que trabaja por la diversidad en Rosario
En Santa Fe, hasta mediados del año pasado se llevaron a cabo 22 operaciones financiadas por el Estado a través del sistema de salud pública, y por el Instituto Autárquico Provincial de Obra Social.
“Se hace la presentación y, como Gobierno de la Provincia, nos comunicamos con la superintendencia de obras sociales para que las obligue a financiar”, explicó Patricia Emanuele, coordinadora provincial de Salud Trans, cargo creado por el Gobierno santafesino para atender el cumplimiento de la ley de identidad de género.
La otra herramienta que se utiliza es la de los médicos especializados en atender a personas trans del organismo provincial, que intervienen ante la negativa de una obra social.
“Este médico les hace la operación, poniendo luego en la receta que la operación se hace bajo la ley de género, para obligar a las obras sociales a cubrir. Por ley tenemos el 100% de todo tipo de cirugías”, explicó la funcionaria. El organismo también brinda asesoramiento legal a través de abogados.
Más allá de la predisposición gubernamental, se registraron casos en los que los médicos se negaron a operar, “pero fueron desplazados”, indicó Patricia.
La coordinadora indicó que es necesario un acompañamiento profesional antes y después de la intervención, pero que ello “no es una determinante. No se necesita un alta médica para operarse, lo que dice el médico es una opinión muy personal, él no tiene que tener el sí de un psicólogo ni endocrinólogo”.