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Natalia Salmoral: “Me gustaría llevar obras de teatro a Salta”

Viernes, 11 de mayo de 2018 15:24

Natalia Salmoral promediaba el secundario en el Colegio de Jesús de Salta cuando empezó a estudiar teatro con el maestro Juan Cruz Morata (y participó de “Clementina la pingüina”). Quizás no pensaba entonces que ese arte la acompañaría tan lejos. Hoy, adulta ya, es actriz, madre de Maitena (5) y de Amanda (4) y esposa del también actor Julián Calviño. Cuando terminó el secundario en Salta, se fue a Buenos Aires a estudiar psicología, pero el teatro no terminaba de soltarle la mano. Y la atrapó, finalmente. 

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Natalia Salmoral promediaba el secundario en el Colegio de Jesús de Salta cuando empezó a estudiar teatro con el maestro Juan Cruz Morata (y participó de “Clementina la pingüina”). Quizás no pensaba entonces que ese arte la acompañaría tan lejos. Hoy, adulta ya, es actriz, madre de Maitena (5) y de Amanda (4) y esposa del también actor Julián Calviño. Cuando terminó el secundario en Salta, se fue a Buenos Aires a estudiar psicología, pero el teatro no terminaba de soltarle la mano. Y la atrapó, finalmente. 

¿Qué pasó cuando llegaste a Buenos Aires con el teatro en la mochila?
 Empecé Psicología y paralelamente el Conservatorio de Arte Dramático, pero pasado un tiempo me decidí por el teatro aunque la Psicología me sigue gustando, me atrae mucho la posibilidad terapéutica que ofrece con el teatro. Trabajé durante tres o cuatro años en eso, incluso hasta con mi hermana que es terapista ocupacional y ahora vive en París.

¿Cuáles fueron los primeros pasos en el camino del teatro?
Mi primera experiencia fue -mientras cursaba la carrera- con “Fango rojo” que dirigía Carlos De Francisco. Estudié el último año con Silvina Sabater, que es una gran actriz y directora de teatro, y ella me recomendó para el trabajo en el circuito porteño. Después hice “Gore” y “Bésame mucho” con la dirección de Javier Dolte, la experiencia de residencia del último año del Conservatorio. Viajamos bastante incluso al exterior, y fue una experiencia exquisita. Después estuve con Roberto Aguirre con unas obras llamadas “Incriminándome” de Peter Hank y “El secreto de la torre” con Julián Calviño, mi actual pareja. Y con Fernando Rubio hice “Donde comienza el día” y “Pueden dejar lo que quieran”. También “Todo lo que está a mi lado” que estuve a punto de llevarla a Salta; incluso hablé con Sergio Bravo, del Ministerio de Cultura, pero todo se dilató y al final se diluyó, lamentablemente. Pero me encantaría poder llevar estas obras a Salta porque creo que son dignas de ver. Esas que hicimos con Fernando Rubio tienen que ver con la cercanía con el espectador que no es frecuente. El año pasado estuve con Joaquín Bonet haciendo “Los pioneros” y este año “Inestimable hermano” con Daniel Hendler, obra que reestrenaremos el viernes próximo, con Ezequiel Rodríguez como personaje masculino. 

¿Qué sabés del teatro de Salta?
Las últimas veces que estuve en Salta fue por motivos familiares y no tuve tiempo para ver nada, pero me gustaría poder quedarme unos días para ver y tener la posibilidad de interactuar, tener la experiencia de trabajar con actores de allá o algún director. No tuve todavía la posibilidad de hacer teatro allá y me interesa. Sé que hay mucho movimiento y que es importante.

¿No te interesa el cine?
El año pasado participé con un personaje muy chiquito pero fue una experiencia única, en “The Pope”, una película que todavía no se estrenó de Fernando Meirelles, con producción inglesa y filmada en la villa 31. Jonathan Pryce es uno de los protagonistas y tengo una escena con él. El cine me interesa y mucho, pero lo que no me gustaría dejar de hacer es teatro. 
 

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