¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

A los 85 años, reclama que la Justicia no la abandone

Despojada de sus ahorros por su empleada no consiguió ser escuchada.La mujer y su concubino se ufanan por las redes de los bienes malhabidos.
Lunes, 14 de mayo de 2018 00:00

Con estas palabras y de puño y letra, Elsa Susana Romano (85) hizo pública su queja por la falta de humanidad y sensibilidad de la Justicia salteña para con los ancianos: "Justicia, dónde estás; ¿siempre a favor de los delincuentes?".

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Con estas palabras y de puño y letra, Elsa Susana Romano (85) hizo pública su queja por la falta de humanidad y sensibilidad de la Justicia salteña para con los ancianos: "Justicia, dónde estás; ¿siempre a favor de los delincuentes?".

La mujer sigue con su misiva, donde expresa su pesar: "Me dejaron con las manos vacías y ellos disfrutando de mis esfuerzos, el de mi esposo mŠdico jubilado. Las pruebas están en el expediente".

La mujer, entrevistada ayer por El Tribuno, aseguró con estas palabras lo que está viviendo a diario: "Siempre los jueces de Garantías se ajustarán a la letra muerta de los códigos y no pondrán nada de su sensibilidad a favor de los ancianos y enfermos como yo, que cada día veo cómo pierdo mis posibilidades de valerme por mí misma y sin mis ahorros, que me facilitarían un mejor pasar".

Paradójicamente, la mujer se jubiló en la Corte de Justicia de Salta y hoy es oxígenodependiente y tiene problemas para trasladarse, pero su lucidez es fantástica.

Uno a uno mostró los papeles de un extenso expediente donde está detallada una extensa cantidad de denuncias contra su exempleada doméstica Soledad Ranno, quien le había sustraído de manera sistemática sus ahorros y el dinero de la jubilación de su esposo, exmédico.

Susana Romano le dijo a El Tribuno que primeramente en sus denuncias no la acusó, pero que le robaron tanto que no le queda otro camino que hacerla detener.

Sin embargo, la octogenaria mujer se quejó de que la Justicia solo la retuvo unos pocos días, y con la actuación de un abogado particular, "que seguramente contrató pagando con los miles de dólares que nos robó", esta mujer consiguió la libertad.

Después, en una audiencia pergeñada para demoler a las víctimas, obtuvieron una condena o probation, es decir que en lugar de condenarla a la cárcel la beneficiaron con trabajo comunitario.

"Dos horas, tres días a la semana, fue la condena, mientras a nosotros nos condenaron a no tener con qué solventar nuestra vejez y dignidad".

Pero eso no es todo. Faltaba la frutilla del postre: la mujer fue condenada a cumplir esas tareas bajo la protección y el amparo de la Intendencia de Salta, que mantiene un comedor municipal llamado "Los soldaditos de Dios", que, vaya sorpresa, maneja la madre de la supuesta condenada.

"A nosotros no nos restituyeron nada de lo robado, absolutamente nada. Nos queda mirar las cuentas de Facebook de Soledad Ranno y su concubino, quienes se burlan de nosotros con frases como "qué buena manera de terminar el año, moto nueva, casa nueva y lo que hacía falta hace mucho: el auto'. Yo luego de ver estas burlas, esta apología de la violencia contra los ancianos y la inacción protectora de la Justicia, no sé qué hacer, ya no sé a quién recurrir, porque a los 85 años no puedo hacer justicia, sino esperar que el Estado me brinde ese servicio.

Yo pedí por favor que se hagan allanamientos, que se verifique con qué compraron tantos bienes, cuando el concubino de esta mujer que fue mi empleada jamás trabajó en nada. O sea en dos meses compraron casa, motos, auto y nadie sabe con qué.

No hay justicia si no hay una reparación de los daños causados. No puede ser que después de despojarnos de nuestro esfuerzos paguen con dos horas en el trabajo municipal de su madre.

Es tanta mi furia, es tanta mi indignación que así como estoy, con el tubo de oxígeno en la mano, fui una y mil veces a la Ciudad Judicial y saben qué me pasó: escuchen bien o lean bien porque si están leyendo estarán imaginando mi ira. me echaron de allí por "cargosa'.

¿Qué les parece?", reflexionó.

Casa, motos, TV, etc.

"Cuando comenzaron los robos hasta tuve problemas con mi marido, quien me decía que yo le había escondido el dinero de su jubilación. Cuando descubrimos que nos robaba, porque le tendimos una trampa, comenzó a mentir. Cuando descubrimos que su casita precaria era una construcción grande y valiosa nos dimos cuenta de que nos había robado todo. Fuimos en busca de los dólares que compramos con los juicios ganados a la Anses y los mismos estaban transformados en casas, motos de enduro de primera marca, autos, smart TV y toda clase de lujos. ¿Nosotros, los ancianos, tenemos entonces que permanecer callados? Es esa la verdadera función que nos asignaron. Si la sociedad no protege y respeta a los que dejamos la vida trabajando, ya nada se puede esperar".

 

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD