Con la visita de la familia Demarco al municipio de Campo Santo, actuales propietarios de la primera casona y finca del Valle de Siancas, se abrió una gran posibilidad de que el municipio pueda recuperar uno de los más importantes patrimonios históricos, que a modo de pieza de rompecabezas, va formando parte del armado de una rica historia que no deja de sorprender.
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Con la visita de la familia Demarco al municipio de Campo Santo, actuales propietarios de la primera casona y finca del Valle de Siancas, se abrió una gran posibilidad de que el municipio pueda recuperar uno de los más importantes patrimonios históricos, que a modo de pieza de rompecabezas, va formando parte del armado de una rica historia que no deja de sorprender.
La casona de la Viña data del siglo XVI y está ubicada en la localidad de Betania perteneciente al municipio de Campo Santo, es contemporánea al Fuerte de Cobos, allí se encontraba la capilla de La Viña o La Viña Bajo el Manto de la Candelaria como era su nombre completo, donde se cobijaba la imagen de la Virgen de la Candelaria.
Cabe recordar que esa imagen fue traída desde el viejo continente por la familia Fernández Pedroza, quienes fueron los segundos ocupantes de la finca antes de ser vendida a Juan Adrián Fernández Cornejo, quién posteriormente se convertiría en el fundador del Ingenio San Isidro.
Una de las historias más conocidas de esa cpilla es que sufrió un incendio provocado por un malón, algo que por esos tiempos era muy frecuente y lo sufrían las alrededor de 3.000 personas que residían en la zona de acuerdo a un censo realizado en 1760.
Uno de los nativos integrantes del malón, al ver la imagen de la Virgen, le disparó con una flecha rozándole el rostro y como no cayó al suelo decidió cortarle el cuello con un cuchillo pero se asustó al ver que la imagen sangraba de la mejilla.
El temor lo puso en fuga, pero una nativa, al ver el niño en los brazos de la Virgen decidió robarlo y llevarlo consigo. Aunque tiempo después tomaría la decisión de devolverlo, vaya a saber por qué clase de remordimiento.
Esa primera imagen de la Virgen de la Candelaria fue llevada a la ciudad de Salta y actualmente se encuentra en la Iglesia de la Viña, ubicada en la esquina de las calles Alberdi y San Juan.
Tras el incendio provocado por el malón, la capilla de Betania quedó en condiciones muy precarias y no pudo reconstruirse. Por eso, el coronel Adrián Fernández Cornejo ordenó la construcción de una nueva capilla para reemplazar a la anterior, pero fue erigida en Campo Santo.
Este templo fue terminado en 1782 transformándose luego en la Parroquia de la Candelaria, patrona de la comunidad camposanteña hasta nuestros días.
"Esta visita de la familia De Marco es importantísima, demostraron una gran predisposición a evitar que lo poco que queda de la casona se pierda, estamos elaborando junto a nuestro asesor legal, un comodato para ser firmado por ambas partes, de tal forma que el municipio pueda trabajar en su reconstrucción", declaró Eduardo Medina, encargado del departamento de Historia de la Municipalidad.
La casona de La Viña, en tantos años de abandono sufrió todo tipo de deterioro, incluyendo el provocado por personas que le ocasionaron numerosos agujeros en busca de elementos de valor que pudieran estar escondidos entre sus muros.
"Lo primero que haremos será realizar un alambrado perimetral para evitar el ingreso de visitantes extraños y limpiarla de malezas hasta unos 20 metros alrededor. Aún es muy pronto para anticipar algo más. Primero se deberá hacer un estudio profundo para saber su estado real", explicó el historiador Medina.
La casona fue utilizada como escuela hasta mitad de la década del 60 y era conocida como la Escuela Vieja. Al cesar esa actividad cayó en un completo abandono.
La familia De Marco aprovechó esta oportunidad para visitar la Iglesia, el museo y el Algarrobo Histórico del pueblo, mantuvo una charla con el intendente Mario Cuenca, quién les informó cuales serán los lineamientos a seguir para resguardar ese histórico sitio que es considerado como la génesis de la identidad camposanteña, dado que allí creció la fe católica y la devoción a Nuestra Sra. De la Candelaria.