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Padres e hijo a juicio por el crimen de Paola Álvarez

Paola desapareció el 5 de mayo de 2017.Para el fiscal el móvil es el amor. Para otros fue un ajuste.
Martes, 15 de mayo de 2018 00:00

"Me mandé una cagada". Este fue el texto que el imputado le mandó a una amiga al día siguiente de la desaparición de Paola Álvarez. Esta prueba y otras más, surgen del requerimiento de juicio que el fiscal penal Ramiro Ramos Ossorio presentó hoy en contra de Santiago Zambrani y sus padres, Alfredo Zambrani y Amelia Huergo, por el crimen de la joven desaparecida el 5 de mayo de 2017.

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"Me mandé una cagada". Este fue el texto que el imputado le mandó a una amiga al día siguiente de la desaparición de Paola Álvarez. Esta prueba y otras más, surgen del requerimiento de juicio que el fiscal penal Ramiro Ramos Ossorio presentó hoy en contra de Santiago Zambrani y sus padres, Alfredo Zambrani y Amelia Huergo, por el crimen de la joven desaparecida el 5 de mayo de 2017.

En su análisis del caso, el fiscal concluyó que Zambrani elaboró y ejecutó un plan asesino que tuvo como móvil principal el rechazo de la víctima, Paola Álvarez, a formalizar una supuesta relación sentimental que solamente tenía entidad para el imputado.

Sin embargo la familia de Paola, su madre y su hermana dijeron entonces que no había relación posible porque Zambrani no era el hombre que aparentaba.

El fiscal sostuvo en su elevación a juicio que la mayor expresión homicida no solo se advierte en los pasos previos al asesinato y en el crimen mismo, sino sobre todo a posterior de cometido el asesinato, pues se pudo apreciar un amplio despliegue tanto del acusado como de sus padres, en busca de alcanzar la impunidad con la desaparición del cuerpo de la joven.

Ramos Ossorio oficializó el requerimiento de juicio para Santiago Alfredo Zambrani por el delito de homicidio "doblemente calificado por la relación de pareja y por mediar violencia de género", cuya escala penal incluye la pena de prisión perpetua.

Asimismo, solicitó el enjuiciamiento de sus padres, Alfredo Francisco Zambrani y Amelia Inés Huergo, por el delito de "partícipes secundarios de delito de homicidio doblemente calificado. También solicitó el embargo de la camioneta VW Amarok, en la cual el principal imputado cargó el cuerpo de Paola e intentó hacerlo desaparecer arrojándolo en el camino a la cornisa, en La Caldera.

La desaparición

Como ya se conoce, la desaparición de Paola Álvarez fue denunciada el 5 de mayo del año pasado por sus familiares, quienes informaron que la última vez que fue vista con vida fue esa misma fecha, cuando se hallaba junto a Zambrani.

Luego de un prudencial tiempo de búsqueda, el caso fue girado a la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, donde se dio intervención. Los investigadores pudieron extraer y analizar la cuenta que Zambrani poseía en la red social de Facebook, de donde se pudieron obtener mensajes que despertaron las sospechas en su contra: "Hoy he perdido a la persona que más amé en este mundo, no sé por qué ni cómo ahora todos me juzgan y me culpan, ya mi vida no tiene sentido. La encontrará allá arriba, por fin podré estar a tu lado sin importar lo que los otros piensen u opinen. Voy en tu búsqueda". Los padres de Zambrani, "al momento de tomar conocimiento de que las pesquisas policiales se orientaban hacia la posible detención de su hijo, decidieron entorpecer el trámite investigativo".

Por otra parte, el fiscal indicó que de una profunda investigación, la que se hizo a partir de entrevistas, redes sociales y declaraciones testimoniales, se pudo establecer que en febrero de 2017, Zambrani fue protagonistas de episodios de violencia en contra de Paola, un anuncio de lo que vendría.

Droga y asfixia, la combinación letal

Días antes de la desaparición de la joven, el acusado buscó pastillas como el “clonazepan, para adormecer a la víctima”.
 Zambrani realizó búsquedas en torno de los efectos de esta droga en Google.
Una testigo aportó otro dato clave: el 6 de mayo a las 19, al otro día de la desaparición, el imputado responde un mensaje suyo con la siguiente frase: “me mandé una cagada”.
El fiscal sostiene “de lo actuado se tiene entonces acreditado con suficiencia que Zambrani, entre la noche del 5 de mayo de 2017 y la madrugada del día siguiente, en la vivienda ubicada en calle Ramón Valle 64 del Autódromo resolvió quitarle la vida a la joven Paola Álvarez, a quien primeramente habría dado a ingerir (subrepticiamente) una sustancia apta para provocar su somnolencia (clonazepam), mezclada con alcohol (cerveza), todo ello tendiente a quebrantar su voluntad o posible resistencia, para luego estrangularla (asfixia mecánica)”.
“Posterior a lo cual dispuso del cuerpo de la misma, cargándolo a bordo de la camioneta, VW Amarok, y dirigirse por ruta 9, denominado camino de cornisa, donde arrojó el cuerpo al vacío”, señaló el fiscal al fundamentar su acusación.
Para su madre, Zambrani planeó su muerte para ocultar otra “cosa grosa”. En ese entonces dijo: “Si era amor hubiera planeado conquistarla con cosas del amor”. 
 

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