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Anita Brizuela, una mujer del tango que sintetiza simpatía, belleza y gran talento

La cantante salteña, quien es sobrina del reconocido artista Laureano Brizuela, tiene recorrido un amplio camino en el país.
Jueves, 17 de mayo de 2018 14:47

Su dulzura te enamora y su voz te atrapa, son las palabras exactas para presentar a Anita Brizuela, una cantante salteña que, hace bastante tiempo, se abrazó a la música ciudadana para despuntar su enorme talento artístico. Creció entre músicos y artistas, respetando el arte en general.
“La música es mi manera de decir la vida, lo que siento, lo que deseo, y en el tango encontré mi aliado”, se animó a decir Brizuela, quien mañana viernes ofrecerá su espectáculo, desde las 23, en un local de Balcarce y Necochea. Se presentará con una formación acústica, junto a Gogui Barbosa, en guitarra; y Fernando Calleja, en piano. Asimismo, el jueves 24 de este mes actuará desde las 20, en el Centro Cultural América (Mitre 23), durante la apertura del Mundial de Tango subsede Salta.
Anita, es hija del escribano Sergio Brizuela, quien cantaba en su adolescencia con su hermano Laureano Brizuela, en el dúo Sergio y Sebastián. El consagrado Laureano logró su éxito en México, apodado el “Angel del rock”. Además, la artista salteña es nieta de Laureano Brizuela, reconocido pintor catamarqueño.
“Mis inicios se dieron en el mundo clásico: la ópera, en la Escuela de Música de Salta, junto al maestro Ernesto Costello. Me enamoré del tango cuando comienzo a leerlo, antes de escucharlo. La poesía me atrapó, y después de cada letra, fui a buscar la música. Y encontré una dupla perfecta con la que podía expresar lo que sentía”, aseveró Brizuela.
Su carrera no fue constante pero le alcanzó para adquirir respeto y admiración entre los amantes de éste género musical.
“Mi primer formación tanguera se dio con amigos en la Escuela de Música, con los que nos unía la pasión por el 2x4, allá en el año 2000. Armamos una orquesta de cámara, bajo la dirección de Sergio Altamirano, con quien seguí tocando en dúo durante varios años posteriores. Pisé varios escenarios, festivales importantes. Serenata a Cafayate me acompañó de mil maneras en mis comienzos artísticos. Este amor se los inculqué en el vientre a mis hijos, ya que durante los embarazados afronté diversos compromisos en distintos sectores del país, como Santa Fe, Buenos Aires, y otros lugares. Tuve el placer y el honor de ofrecer mi repertorio junto al Ballet Folclórico de la Provincia, que ese momento estaba bajo la dirección del maestro Lito Luna. Con ellos aprendí enormemente sobre la puesta en escena: trabajo artístico en conjunto, con bailarines, escenógrafos, actores, músicos, etc. Hace 3 años, junto a una delegación de bailarines, fuimos al festival de Buenos Aires, en Salto, en el que compartimos escenario con grandes artistas del rubro tango, entre ellos, Lidia Borda. Admiré a las cantantes femeninas del tango como Libertad Lamarque, y a la compositora y letrista Eladia Blázquez. Jamás en mi repertorio faltaron tangos de Piazzola y Ferrer”, agregó Anita.
Su estilo no tiene parecidos, marca presencia cuando se instala sobre las tablas. “No tengo una artista en particular a la que siga, por lo cual no creo que me parezca a alguien, por lo menos no intencionalmente. Solo intento decir el tango a mi manera, tratar de poner mi sello. No soy arrabalera ni me caracterizo por una voz ronca o grave, como suelen creer que es la voz del tango, más bien todo lo contrario”, enfatizó la salteña.
“Ahora estoy grabando, junto a grandes amigos que me acompañaron en este camino tan hermoso. Muchos participan de este proyecto ecléctico, con la principal intención de compartir. Quiero agradecerles a cada uno de ellos, lo aprendido, y lo vivido. La música solo me dejó satisfacciones y grandes aprendizajes”, aclaró la tanguera.
“Soy de una personalidad nostálgica, y apasionada, que disfruto de la amistad sincera, de la bohemia y la filosofía, es así que encuentro en las letras del tango las palabras justas con las que me puedo expresar. Aún así, soy una salteña con orgullo, y cuando digo Salta, digo zamba, romance, dulzura, tradición, por lo cual, nunca dejo de cantar y disfrutar de una zamba en mis shows”, acotó finalmente Anita Brizuela, quien esta noche se reunirá con su gente.
 

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Su dulzura te enamora y su voz te atrapa, son las palabras exactas para presentar a Anita Brizuela, una cantante salteña que, hace bastante tiempo, se abrazó a la música ciudadana para despuntar su enorme talento artístico. Creció entre músicos y artistas, respetando el arte en general.
“La música es mi manera de decir la vida, lo que siento, lo que deseo, y en el tango encontré mi aliado”, se animó a decir Brizuela, quien mañana viernes ofrecerá su espectáculo, desde las 23, en un local de Balcarce y Necochea. Se presentará con una formación acústica, junto a Gogui Barbosa, en guitarra; y Fernando Calleja, en piano. Asimismo, el jueves 24 de este mes actuará desde las 20, en el Centro Cultural América (Mitre 23), durante la apertura del Mundial de Tango subsede Salta.
Anita, es hija del escribano Sergio Brizuela, quien cantaba en su adolescencia con su hermano Laureano Brizuela, en el dúo Sergio y Sebastián. El consagrado Laureano logró su éxito en México, apodado el “Angel del rock”. Además, la artista salteña es nieta de Laureano Brizuela, reconocido pintor catamarqueño.
“Mis inicios se dieron en el mundo clásico: la ópera, en la Escuela de Música de Salta, junto al maestro Ernesto Costello. Me enamoré del tango cuando comienzo a leerlo, antes de escucharlo. La poesía me atrapó, y después de cada letra, fui a buscar la música. Y encontré una dupla perfecta con la que podía expresar lo que sentía”, aseveró Brizuela.
Su carrera no fue constante pero le alcanzó para adquirir respeto y admiración entre los amantes de éste género musical.
“Mi primer formación tanguera se dio con amigos en la Escuela de Música, con los que nos unía la pasión por el 2x4, allá en el año 2000. Armamos una orquesta de cámara, bajo la dirección de Sergio Altamirano, con quien seguí tocando en dúo durante varios años posteriores. Pisé varios escenarios, festivales importantes. Serenata a Cafayate me acompañó de mil maneras en mis comienzos artísticos. Este amor se los inculqué en el vientre a mis hijos, ya que durante los embarazados afronté diversos compromisos en distintos sectores del país, como Santa Fe, Buenos Aires, y otros lugares. Tuve el placer y el honor de ofrecer mi repertorio junto al Ballet Folclórico de la Provincia, que ese momento estaba bajo la dirección del maestro Lito Luna. Con ellos aprendí enormemente sobre la puesta en escena: trabajo artístico en conjunto, con bailarines, escenógrafos, actores, músicos, etc. Hace 3 años, junto a una delegación de bailarines, fuimos al festival de Buenos Aires, en Salto, en el que compartimos escenario con grandes artistas del rubro tango, entre ellos, Lidia Borda. Admiré a las cantantes femeninas del tango como Libertad Lamarque, y a la compositora y letrista Eladia Blázquez. Jamás en mi repertorio faltaron tangos de Piazzola y Ferrer”, agregó Anita.
Su estilo no tiene parecidos, marca presencia cuando se instala sobre las tablas. “No tengo una artista en particular a la que siga, por lo cual no creo que me parezca a alguien, por lo menos no intencionalmente. Solo intento decir el tango a mi manera, tratar de poner mi sello. No soy arrabalera ni me caracterizo por una voz ronca o grave, como suelen creer que es la voz del tango, más bien todo lo contrario”, enfatizó la salteña.
“Ahora estoy grabando, junto a grandes amigos que me acompañaron en este camino tan hermoso. Muchos participan de este proyecto ecléctico, con la principal intención de compartir. Quiero agradecerles a cada uno de ellos, lo aprendido, y lo vivido. La música solo me dejó satisfacciones y grandes aprendizajes”, aclaró la tanguera.
“Soy de una personalidad nostálgica, y apasionada, que disfruto de la amistad sincera, de la bohemia y la filosofía, es así que encuentro en las letras del tango las palabras justas con las que me puedo expresar. Aún así, soy una salteña con orgullo, y cuando digo Salta, digo zamba, romance, dulzura, tradición, por lo cual, nunca dejo de cantar y disfrutar de una zamba en mis shows”, acotó finalmente Anita Brizuela, quien esta noche se reunirá con su gente.
 

 

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