Van en aumento los despidos en la Subsecretaría de Agricultura Familiar, delegación que funciona en los predios del INTA en Cerrillos. Ya son 18 los desvinculados en esta área, entre ingenieros, técnicos y trabajadores sociales.
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Van en aumento los despidos en la Subsecretaría de Agricultura Familiar, delegación que funciona en los predios del INTA en Cerrillos. Ya son 18 los desvinculados en esta área, entre ingenieros, técnicos y trabajadores sociales.
El ajuste para reducir el presupuesto del Ministerio de Agroindustria de la Nación pretende recortar gastos que puedan balancear la cartera nacional que dirige Luis Miguel Etchevehere, a costa de dejar sin trabajo a 330 profesionales de todo el país con experiencia en sus labores por más de 20 años.
Esta problemática trae aparejado que la herramienta de servicio para las comunidades rurales y originarias quedarán diezmadas para su trabajo de agricultores familiares en toda la provincia de Salta.
Este nexo promueve el arraigo y fomenta las producciones regionales que permitan el autoconsumo.
"El desmantelamiento abarca desde los puestos de trabajo hasta recortes en los proyectos de la agricultura familiar. Nos han sacado oficinas, y hasta los vehículos para realizar nuestros trabajos en zonas alejadas. Esto ha motivado que desde hace dos años queden a la deriva territorios enteros sin asistencia", contó Ricardo Vima, delegado de ATE.
Un trabajo silencioso
Varios de estos sectores desarrollados con los programas de agricultura familiar salieron a la palestra merced al trabajo de estos técnicos, cuyos procesos llevan alrededor de 20 años. Uno de ellos se ejecuta en Los Toldos, en donde se asesora a emprendedores de la comunidad Baritú, a organizarse colectivamente para recibir viajeros a modo de generar empleo local, y complementar sus ingresos tradicionales.
En Aguaray se apoya a la feria de pequeños productores criollos y aborígenes que cumple 18 años en la venta directa de productos sanos y a precio justo a familias de la zona.
Así como estos ejemplos, la Subsecretaría de Agricultura Familiar tiene presencia en lugares como Coronel Moldes, Nazareno, Amblayo, Cachi, entre otros puntos de la provincia de Salta, donde han conseguido grandes avances en las economías de subsistencia.
330 telegramas de despido
"Semanas atrás se cursaron 330 telegramas de despidos a distintas reparticiones, la salteña fue la más afectada; en Salta de 60 trabajadores, 18 fueron despedidos. Es el 30 por ciento de la planta, es decir que se dejaron desmantelados territorios cubiertos con equipos técnicos interdisciplinarios que realizaban programas de desarrollo rural, apoyando a organizaciones campesinas y pueblos originarios de la agricultura familiar", explicó Vima.
Y agregó que "son procesos que llevan 20 años y van a quedar desmantelados. Estas bajas no solo son fuentes laborales, a su vez es un achique para no desarrollar estos programas".
Finalmente, Vima, como delegado de ATE, dijo: "Estas políticas públicas que llevan dos años vienen a recortar recursos imprescindibles, nos dejaron sin oficinas, sin vehículos y ahora no se financiarán los proyectos para el sector de la agricultura familiar, que incluye a comunidades más alejadas y necesitadas de la provincia".
Seguir en la lucha
La importancia del apoyo técnico de estas áreas reside en que permite que las economías rurales no sean excluidas y que sean admitidas sus formas de producir por los mercados del agronegocio. “Estos actores tienen derecho a producir y alimentarse, como nosotros tenemos derechos a alimentarnos con los productos que ellos producen. Vamos a seguir en esta lucha hasta que sean reincorporados nuestros compañeros cesanteados”, dijo el ingeniero Vima.
La Agricultura Familiar es un modelo productivo de gran importancia para el país, ya que representa al 66% de las familias que viven en el campo y a 250.000 establecimientos productivos que involucran a 2.000.000 de personas (aproximadamente el 5% de la población total del país, según los datos del Censo Nacional Agropecuario 2002).
Incluir al sector de pequeños productores, regulando la producción de los alimentos de origen vegetal y animal, es indispensable para garantizar la calidad e inocuidad de sus productos y, al mismo tiempo, favorecer su comercialización para generar desarrollo.