Un hombre de aproximadamente 60 años fue hallado sin vida en la esquina de Yrigoyen y Arturo Dávalos por un transeúnte que le llamó la atención la posición en la que se encontraba, sentado con los pies sobre la calle.
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Un hombre de aproximadamente 60 años fue hallado sin vida en la esquina de Yrigoyen y Arturo Dávalos por un transeúnte que le llamó la atención la posición en la que se encontraba, sentado con los pies sobre la calle.
Al intentar tocarlo el hombre se derrumbó sobre uno de sus laterales evidenciando que ya se encontraba sin vida.
El 911 acudió al lugar y ante la presencia de varios vecinos se constató que el cuerpo aún se hallaba caliente y solicitaron una ambulancia de la emergencia médica.
A las 17 llegó el Samec y durante varios minutos intentaron reanimar al hombre, sin éxito hasta que finalmente declararon su muerte.
Para el personal médico el hombre habría sufrido una crisis cardíaca que le provocó la muerte en cuestión de minutos, eso en parte explicaría los prolongados minutos que permaneció sentado mirando hacia el canal. Hubo hondo pesar del vecindario ya que la víctima era una persona conocida de Villa Soledad.
Posteriormente personas que dijeron conocerlo aportaron datos. También se hizo presente un compañero de trabajo de una repuestera conocida en el medio para verificar la noticia que le habría transmitido la policía. Sin embargo nadie aportó la verdadera identidad del extinto. Desde la policía se informó que el hombre llevaba un bolso con sus pertenencia y ropa de trabajo que lo identificaban con el comercio ya señalado. Entre los papeles hallaron un resumen bancario a nombre de una persona de 60 años, pero no se pudo corroborar su verdadera identidad porque no llevaba documento.
En tanto los conocidos de Villa Soledad aportaron otros datos que tampoco coincidían del todo con el infortunado hombre así que la identificación fehaciente se conocerá con el estudio de las huellas digitales.
Una fuente del lugar dijo a El Tribuno que el fallecido se había presentado minutos antes de las 17 en su trabajo, donde se desempeñaba como personal de seguridad, y que le notificaron que fue despedido o suspendido de sus tareas.
El hombre se dirigía, supuestamente, a hacia su domicilio pero se detuvo en la esquina de Arturo Dávalos e Hipólito Yrigoyen, donde se sentó mirando hacia el canal y quedó con sus ojos clavados en dirección sur.
Según un testigo, el hombre estuvo recostado contra un poste durante largo tiempo hasta que una persona lo tocó y advirtió que estaba ya sin vida.
La noticia hizo que muchos vecinos de Villa Soledad concurrieran al lugar, pero solo hallaron policías, un cordón de seguridad y un cuerpo tapado con la pobreza de los cartones.