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Fueron pocos los pañuelos celestes que se levantaron en plaza Güemes

En la Catedral hubo rezos de rosarios alrededor del Cristo Peregrino.
Jueves, 14 de junio de 2018 00:00

Ruidos ensordecedores. Cánticos a favor y en contra mezclados. Mucho frío. En un costadito de la escalinata de la plaza Gemes, frente a la Legislatura provincial, quizá unas 30 personas gritaban anoche: "Sí a la vida, no al aborto". Repetían la frase una y otra vez. Del otro lado, el repertorio de respuestas de la marea verde era variado y, por la cantidad de manifestantes, se imponía.

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Ruidos ensordecedores. Cánticos a favor y en contra mezclados. Mucho frío. En un costadito de la escalinata de la plaza Gemes, frente a la Legislatura provincial, quizá unas 30 personas gritaban anoche: "Sí a la vida, no al aborto". Repetían la frase una y otra vez. Del otro lado, el repertorio de respuestas de la marea verde era variado y, por la cantidad de manifestantes, se imponía.

Cuando El Tribuno llegó al lugar, pasadas las 18, el gacebo de la campaña "a favor de la vida" que había estado instalado durante 40 días en el lugar ya se había levantado. Mientras una multitud reclamaba a viva voz "aborto legal en el hospital", "iglesia basura, vos sos la dictadura", un grupo de fieles católicos, bastantes nerviosos, decidía qué hacer: si quedarse en el lugar o retirarse para ir a la misa convocada a las 19, en la Catedral.

Atentos a lo que decía un sacerdote de sotana marrón, como las que usan los religiosos de la parroquia de la Santa Cruz, casi ninguno quería hablar. El cura tampoco. "Estamos a favor de la vida no hay más nada que decir", dijo molesto y siguió cantando por el megáfono.

El grupo finalmente se quedó en la plaza. Sumaron algunos carteles, algunos pañuelos celestes y voces, como la de Guadalupe Aguirre, que es evangelista y decidió unirse en la vigilia histórica por el debate del aborto en el Congreso. En un momento dado, uno de los tantos pañuelos verdes se levantaron y la euforia de ambos lados explotó dejando a la vista la grieta irreconciliable.

"Realmente estoy muy mal, porque no hay respeto de parte de los otros, la oposición. Nos empujan, nos insultan, nosotros no hacemos nada. Solamente estamos aquí en contra del aborto", expresó Guadalu pe.

Para Alejandro García, un hombre que anoche pasó con su esposa por la plaza y decidió quedarse, el panorama era triste. "Noto mucha agresión, nos quisieron tirar con el aerosol verde en la cara", aseguró, y además mencionó que el hecho de que escribieran (Ni una menos por abortos, no a la clandestinidad) en el piso del monumento también le molestó. Consideró que la plaza es espacio público y "es de todos", más allá de cualquier manifestación.

 

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