El juez de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, Ricardo Hugo Martoccia, condenó en audiencia de juicio abreviado a cinco años de prisión a dos audaces jóvenes veinteañeras que arrebataban celulares a punta de pistola a sus ocasionales víctimas.
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El juez de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, Ricardo Hugo Martoccia, condenó en audiencia de juicio abreviado a cinco años de prisión a dos audaces jóvenes veinteañeras que arrebataban celulares a punta de pistola a sus ocasionales víctimas.
En su dictamen el magistrado norteño consideró a Alicia Alejandra Palma (25) y a Valeria Mabel Rojas (24) "coautoras responsables del delito de robo calificado por el uso de arma", y dispuso que ambas cumplan la sentencia en la cárcel. Las muchachas se movilizaban en una moto y focalizaban los ataques en menores de edad a quienes amenazaban con armas de fuego para robarles los celulares. La modalidad de "motochorras" fue detectada por personal policial en el área de Tartagal y General Mosconi. Las osadas mujeres fueron detenidas en abril pasado luego de que arrebataran los celulares a dos menores.
Las mujeres fueron ubicadas por efectivos de la sección Seguridad Vial de Tartagal en el barrio 28 Viviendas de Mosconi cuando intentaron evadir un control policial. En esas circunstancias les secuestraron los teléfonos sustraídos, un arma de fuego y la motocicleta en la que se movilizaban para cometer los atracos. La captura de Palma y Rojas se concretó en base a los datos aportados por dos menores que fueron despojadas de sus celulares cuando salían de la escuela.
A partir de las denuncias presentadas por las víctimas, las chicas fueron investigadas por otros hechos de arrebatos que sucedieron en los últimos tiempos en la ruta nacional 34 y en las principales avenidas de Tartagal y General Mosconi. Además fueron sindicadas como las autoras de asaltos similares ocurridos en la ruta que vincula a ambas ciudades del departamento San Martín.
Las personas que declararon en el juicio manifestaron que las jóvenes actuaban con frialdad y mucha determinación. Su especialidad era el robo de celulares. Cuando ubicaban a una víctima la interceptaban con la moto y sin descender del rodado, la que iba de acompañante extraía el arma de fuego y exigía la entrega de los aparatos bajo amenaza de muerte.