En 2006, la sanción de la ley 26.150 de educación sexual integral puso sobre la mesa la necesidad de que los estudiantes reciban formación sobre su desarrollo y los derechos ligados a la sexualidad. Esta normativa vino a definir el marco de promoción de las leyes 25.673, de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable; la 23.849, de ratificación de la Convención de los Derechos del Niño; la 23.179, de ratificación de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que cuentan con rango constitucional, y la 26.061, de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y las leyes generales de educación de la Nación.
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En 2006, la sanción de la ley 26.150 de educación sexual integral puso sobre la mesa la necesidad de que los estudiantes reciban formación sobre su desarrollo y los derechos ligados a la sexualidad. Esta normativa vino a definir el marco de promoción de las leyes 25.673, de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable; la 23.849, de ratificación de la Convención de los Derechos del Niño; la 23.179, de ratificación de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que cuentan con rango constitucional, y la 26.061, de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y las leyes generales de educación de la Nación.
En la actualidad, desde el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación se llevan adelante cursos de formación para los docentes, con las distintas temáticas sexuales que van desde la diversidad sexual a los derechos de género.
Mientras los docentes se capacitan y buscan las herramientas necesarias para poder trasladar estos contenidos a la escuela, los padres parecen ser los que quedan fuera de este vínculo.
Así la necesidad de compartir estos conocimientos y hacerlos accesibles a la familia hacen surgir ideas y proyectos. Uno de ellos es el que lleva adelante la licenciada en Trabajo Social Luisa Casimiro. Oriunda de la localidad de San Antonio de los Cobres, la también docente promovió el desarrollo del programa Escuela para Padres.
Este proyecto se lleva adelante desde la oficina de Desarrollo Social del Senado de la Provincia.
En trabajo conjunto con el senador por el departamento de Los Andes Martín Arjona, la licenciada Casimiro realizó un trabajo de charlas tanto con los padres como con los jóvenes de San Antonio de los Cobres y con aporte de los profesionales de los ministerios de Salud y de Educación de la Provincia.
El trabajo que ofrece Escuela para Padres es la formación de educación sexual para los jóvenes de primer año de la escuela secundaria y la temática de violencia de género para los chicos de quinto año.
En la formación, que ya se llevó adelante en la localidad de San Antonio de los Cobres, el primer paso fue realizar un relevamiento con los docentes sobre las necesidades de la población escolar en general.
"Luego del primer taller realizamos una encuesta a 60 personas de las cuales se tuvo la devolución de 35. Los resultados fueron que los adolescentes reclaman hablar de educación sexual con los padres, y de que también se hable del tema en la escuela. Mientras que los padres mostraron resistencia a hablar del tema", destacó la licenciada Casimiro.
Desconocimiento
Una vez finalizadas la charlas, gran parte de los adolescentes participantes se acercaron a los profesionales médicos para sacarse dudas sobre uso de anticonceptivos, aborto y embarazo.
"Como profesional, lo que se detectó en los grupos de adolescentes es que saben que existen métodos anticonceptivos pero no saben cómo usarlos. En el caso de la pastilla del día después, muchos de los jóvenes pensaban que era una pastilla abortiva, cuando no lo es", afirmó la licenciada en Enfermería Mónica Lazarte, miembro del grupo de trabajo y representante de la Fundación Voluntariado, para el acompañamiento a víctimas de violencia.
Casimiro destacó que estas situaciones muestran la falta de educación sobre la temática, más allá de las cuestiones de costumbre y prácticas religiosas. "Creo que muchas poblaciones tienen esta misma realidad y que se debe promover la educación sexual", agregó.
La licenciada en Trabajo Social opinó que, sin embargo, se debe ahondar en los contenidos respetando las creencias de los padres y teniendo en cuenta que la sociedad salteña es conservadora.
El espacio de Escuela para Padres está abierto a todos los que lo soliciten. Se arman grupos de trabajo, luego de un relevamiento sobre la "población destino", que determine cuáles son los contenidos necesarios.
Aquellos que quieran acceder a este servicio pueden dirigirse al departamento Social del Senado. Tendrán que presentar una nota que cuente, además, con la firma de la directora de la escuela interesada en este programa.
En abril de 2011, el Programa lanzó la revista ESI para charlar en familia. Se trata de un material cuyo objetivo es brindar una herramienta a las familias para poder crear un espacio de confianza con sus chicos y chicas y, de esa forma, abordar las cuestiones relativas a la sexualidad sin discriminación y de manera respetuosa.